La Responsabilidad Social Empresaria
manelovskyInforme25 de Enero de 2015
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La Responsabilidad Social Empresaria (RSE) y los grupos de interés
La definición más común de RSE expresa que consiste en incorporar a la visión del negocio el respeto por los valores éticos, los empleados, la comunidad y el medio ambiente.
Deja de ser la mera filantropía tradicional para constituir un programa integrado, un verdadero camino metodológico, una conciencia asumida de que se puede lograr un justo equilibrio entre los objetivos de lucro de las empresas con los objetivos sociales y medio ambientales que están en el corazón de la RSE.
Las empresas con su actividad generan impactos directos o indirectos que afectan a los llamados “stakeholders”, o grupos de interés, los cuales es necesario identificar, analizar y gerenciar, minimizando las debilidades (impactos negativos) y optimizando las fortalezas (impactos positivos).
Esos “stake holders” están dentro y fuera de la empresa, y están constituidos por las personas, instituciones o entornos físicos que pueden impactar o ser impactados por las actividades de la empresa.
Dentro de la empresa podemos identificar a los inversionistas (dueños o accionistas), los empleados y sus familias, fuera de ella a los clientes, los proveedores, los consumidores, la comunidad y ONGs, el Gobierno y también el medio ambiente. A esta lista se pueden agregar más grupos como los medios de comunicación, las centros de estudio, los jóvenes y nuevas generaciones, etc.
Como se comprenderá la lista de stakeholders puede ser muy amplia y es casi imposible y muy costoso poder atender a la vez a todos los grupos de interés, por lo cual es necesario que aquellas empresas que quieren trabajar seriamente el tema de la RSE hagan un mapeo de sus stakeholders y definan sobre cuales dirigirán sus esfuerzos, en función de la gravitación de los mismos.
Cuando una empresa desea implementar un modelo de gestión basado en principios de RSE, deberá no sólo destinar recursos (que pueden ser los mismos que destina a donaciones y asistencias sin un plan concreto), sino que además deberá “vender” el tema en la empresa en los diferentes niveles y sobre todo investigar las expectativas y necesidades de sus stakeholders en el más amplio espectro porque no tenerlas en cuenta pueden significar problemas a enfrentar en el futuro.
Todos conocemos el caso de la empresa Botnia, empresa que realiza una inversión muy importante para el país, creación de miles de empleos de buen nivel, generación de divisas y pago de impuestos, desarrollo de tecnologías de producción y cuidado del medio ambiente de última generación, en fin todos aspectos muy positivos y sin embargo enfrenta la fuerte oposición de uno de sus stakeholders (en este caso la comunidad colindante de Gualeguaychu) que parecería ser no fue tenido en cuenta en el momento de fijar el lugar físico para instalar la planta. Más allá de la sin razón de esa protesta, cabe preguntarse si a Botnia le hubieran cambiado mucho los números, de haberse instalado algunos kilómetros más al sur.
Cuanto mayor es el grado de involucramiento de la empresa en la RSE, mayor es la importancia de los grupos de interés que giran en torno a ella.
Generalmente en los modelos de gestión de RSE se distinguen tres fases: una primera fase marginalizada, en la cual si bien se hacen cosas, la empresa es vulnerable y los stakeholders son receptores pasivos de esas políticas, una segunda fase integrada, donde la RSE forma parte de la estrategia del negocio y existe un diálogo activo y exigente con los grupos de interés, donde ellos saben mucho de la empresa y ésta sabe mucho de ellos y finalmente una tercera fase consolidada, en la cual la empresa realmente se transforma, mantiene obviamente su propósito primordial de generar ganancias para los inversionistas,
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