La Supervision
Osita311 de Enero de 2013
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Selección y adiestramiento de los supervisores.
Debido a esa función tan responsable y delicada del supervisor, se hace preciso y necesario hacer énfasis en la formación del supervisor mediante el conocimiento exacto de lo que es y significa el don de mando, las relaciones humanas, los métodos adecuados de supervisión y las comunicaciones.
Ampliando un poco más sobre la supervisión, diremos que todo supervisor necesita ser preparado, no solo en las técnicas de producción, ventas, contabilidad, etc., que va a manejar, si no al mismo tiempo en las que requerirá por su carácter de jefe.
Es muy frecuente el error considerar como el único criterio para seleccionar quien ha de ser jefe de mecánicos, el buscar el mejor mecánico, dejando después que la experiencia, los errores, los aciertos, etc., enseñen todo lo necesario para ser un buen jefe. Ya Fayol hacía notar la necesidad de dos tipos de cualidades distintas en un jefe: las de la técnica que va a manejar, y las de la técnica administrativa.
Aun, cuando todo supervisor requiera necesariamente un porcentaje mayor de la primera capacitación, a la segunda debe dársele importancia también, si no se quiere caer en el error, muy frecuentemente cometido, del “muy competente”, pero que constantemente está originando problemas. Por otra parte, la autoridad del supervisor tiene que ser fortalecida procurando sobretodo, que toda orden o instrucción así como queja, sugerencia, etc., pasen por él.
Es muy frecuente en las empresas la queja: que no cuentan con supervisores responsables. Esto puede ser muy cierto, pero no lo es menos que, por falta de preparación, como jefes por el escaso cuidado que se tiene y la poca importancia que se le da a su misión, se les quiten toda clase de facultades, dejándoles exclusivamente el papel de capataces, que estén exigiendo la rapidez, la cantidad, la disciplina, etc., pero todo lo que sea función propiamente supervisora, se les quita, encomendándolo en todo caso a departamentos superiores.
Selección y requisitos para ser supervisor.
Ser activo y capaz; tener facultades creadoras, prever los objetivos y aceptar críticas sin perder la fe en lo que se está haciendo.
Poseer la facultad de tomar decisiones y hacer que otros las alcancen.
Aceptar obligaciones y responsabilidades.
Conocer a fondo el fin que se propone.
Poseer una ideología, de progreso para sí mismo, sus subordinados y los demás miembros de su unidad de organización.
Coordinar perfectamente los esfuerzos de todo el personal.
Relaciones humanas como base fundamental del supervisor.
Las buenas relaciones humanas se fundamentan principalmente en el principio de cada persona que sirve a una determinada empresa debe ser objeto.
Un respeto absoluto a su dignidad personal.
Un trato digno y decoroso.
Una motivación adecuada para la ejecución de sus tareas.
Un adecuado ambiente de trabajo.
Buenas relaciones obreras-patronales.
Un sentido de utilidad e importancia para la empresa.
Estímulos colectivos o individuales por su eficiencia y buen desempeño de sus tareas.
Don de mando.
El don de mando es indispensable en todas las jerarquías administrativas; no está destinado especialmente a las jerarquías superiores, si no que es igualmente necesario en las inferiores. Los negocios requieren de personas de mando; el gobierno necesita de jefes y las escuelas también.
De hecho, cualquier grupo, no importa cuán grande o pequeño sea, necesita jefe.
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