La Villa

La Villa

Este lugar es, el máximo centro religioso de México. Comúnmente conocida como La Villa de Guadalupe, La Basílica de Guadalupe o simplemente La Villa, es un santuario visitado por millones de peregrinos al año, especialmente el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. La Villa de Guadalupe, donde, enclaustra uno de los más grandes tesoros de los mexicanos, la imagen de la Virgen de Guadalupe patrona de las Américas y uno de los símbolos más profundos del mestizaje y la mexicanidad. Se encuentra al norte de la ciudad de México, en el vecindario de la Villa de Guadalupe Hidalgo.

La basílica de Nuestra Señora de Guadalupe es el segundo santuario católico más visitado del mundo, después de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, con aproximadamente 20 millones de visitantes en todo el año por innumerables peregrinaciones desde todas las partes del país. En el 2006 superó a la Basílica de San Pedro en número de visitantes, convirtiéndose durante un año en el santuario católico más visitado del mundo, lo que da fe de la profunda devoción católica arraigada en toda Latinoamérica. Es uno de los destinos obligatorios de todo viajero durante su visita a la Ciudad de México.

Historia

Este santuario se remonta a la época prehispánica, ya que en el cerro del Tepeyac se rendía culto a Tonantzin también llamada Cihuacóatl (mujer de la culebra), la deidad azteca de la maternidad, cuya celebración se relacionaba con el solsticio de invierno.

En el siglo XVI las aguas de la laguna de México llegaban hasta la base del cerro del Tepeyac; así conocido por lo mexicas, quiere decir en la nariz de la montaña o cumbre. Desde la ciudad de Tlatelolco partía una calzada que conducía a los peregrinos hasta este santuario dedicado a Tonatzin posiblemente en el sitio en el que hoy ocupa la capilla del cerrito.

Los mexicas utilizaron ciertas elevaciones estratégicas que rodeaban el gran lago para erigir en ellas santuarios con relieves y estatuas talladas en la piedra. Este es el caso del Tepeyac, en donde según el análisis de textos y dibujos coloniales, demuestran que en ese lugar existían dos deidades femeninas esculpidas en las rocas. Hoy desaparecidas por la construcción y/o remodelación de la escalinata oriental del cerro de Tepeyac.

Hacia 1531 un indígena llamado Cuautlatoatzin y bautizado como Juan Diego, apresuraba el paso por el cerro del Tepeyac para escuchar misa en México. El día sábado 9 de Diciembre de 1531, la Virgen se le apareció para encomendarle acudir con el obispo Zumárraga, y construir un templo en el sitio donde ella estaba. El Obispo no creyó al mensajero, después de cuestionarlo y mandar vigilarle, finalmente le pidió una señal de la aparición de la que decía ser la madre del verdadero Dios.

Cuando el tío de Juan Diego, Juan Bernardino enfermó de gravedad, Juan Diego fue rápidamente en busca de un sacerdote. Y fue ahí en el cerro de Tepeyac cuando se le volvió a aparecer la Virgen diciéndole que no se preocupara por su tío, pues él ya estaba sano. A Juan Bernardino también se le apareció la Virgen, sanándolo y revelando su nombre como “Santa María de Guadalupe”. Le dijo entonces que subiese al cerro a recoger unas flores, Juan Diego subió y en efecto encontró unas frescas y muy bellas rosas, que no se daban ahí y ni siquiera era tiempo de florecer. Ya con ellas en su ayate, la Santísima Virgen le dijo que las llevase al señor Obispo, pero que no desplegase su ayate ni lo mostrase a nadie más. Así lo hizo Juan Diego. Después de conseguir entrar en el obispado, le dijo al señor obispo que ahí le llevaba la prueba que le había pedido. En ese momento soltó su ayate y apareció en éste grabada la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. A partir de estos hechos se inició un fuerte culto que pronto se difundió al resto de América Latina. Iniciando así la Historia Mágica de este lugar.

Basílica Antigua

Numerosas familias y turistas, cruzan el puente especial sobre la Calzada de Guadalupe o ingresan por la calzada a la gran explanada de La Villa, conocida como la “Plaza Mariana”. Un poderoso imán te atraerá para admirar a los grupos de danzantes que ejecutan sus pasos con gran fervor, dedicándolos a la “Morenita del Tepeyac”. Después podrás pararte en frente de la Antigua Basílica y poder admirarla. Este edificio el cuarto levantado en honor a Santa María de Guadalupe, fue consagrado en 1709. Diseñada por el arquitecto Pedro de Arrieta colocó en cada una de las puertas un relieve con una de las apariciones a Juan Diego y las imágenes de apóstoles y profetas. Las cuatro torres, la cúpula y el arco poligonal sobre la puerta principal, se colocaron para así poder relacionar este templo, de manera simbólica, con el Templo de Salomón en la ciudad de Jerusalén que seguía estas mismas formas según la escritura. En 1904, el templo adquirió la categoría de Basílica, palabra que proviene del griego, significa “Casa Regia”. Cerrada por cuestiones de conservación desde 1976, fue reabierta al culto hasta el 2000.

Al entrar observarás su enorme altura, la pintura de la cúpula, el tallado y la decoración de los marcos en las ventanas de los muros; el órgano monumental del coro, los enormes lienzos sobre las paredes laterales y, desde luego, el altar mayor con su notable baldaquino. El hundimiento evidente del piso es otro de sus elementos interesantes.

Al fondo, en el costado derecho, se localiza el Sagrario, donde te recibirá un impresionante nicho–retablo salomónico y estípite, y una sillería señorial tallada en madera. Tiene una talla de la dolorosa, San Juan y al centro la inmaculada concepción. Se encuentra una rica colección de reliquias que suman un total de más de 130, de lado derecho se encuentra una astilla de la “Santa Cruz”. La iglesia considera reliquias a los huesos y a la sangre. El retablo fue donado por una familia piadosa igual que el sagrario y la mesa de altar que se encuentra de frente a éste retablo.

Basílica Nueva

Para ofrecer un mayor espacio de veneración a la Virgen de Guadalupe, se levantó en 1976 la nueva Basílica de Guadalupe, consagrada como la casa más moderna de Santa María de Guadalupe. Diseñada por un grupo de profesionistas encabezado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. De base circular con 100 m. de diámetro para que 10,000 personas ubicadas en la parte central y en las nueve capillas, pudiera participar de las celebraciones litúrgicas; y techumbre inclinada, que semeja el manto de la virgen. Este espacio contiene la imagen de la Guadalupana, que puede apreciarse desde todos ángulos.

Uno de los elementos de decoración más importantes de aquí es el

...