La adolescencia es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
asdfghiEnsayo22 de Abril de 2017
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Presentación
La adolescencia es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el periodo de vida que se da entre los 10 y 19 años de edad, se caracteriza por una serie de cambios orgánicos (pubertad) así como por la integración de funciones de carácter reproductivo (ciclo menstrual en las mujeres y ciclo espermático en los hombres), acompañados de profundos cambios psicosociales de ajuste a un ambiente sociocultural cambiante y en ocasiones hostil. Muchos adolescentes, sobre todo en países en vías de desarrollo como el nuestro, encuentran múltiples dificultades para ajustarse a esta etapa de su vida, en particular en lo relativo a su sexualidad.
En fecha reciente, la Organización Mundial de la Salud, con motivo del día mundial de la población 2013, celebrado el 11 de julio, llevó adelante una campaña, a nivel mundial, en interés de disminuir el embarazo en la adolescencia, lo que destaca la importancia que se le da, mundialmente, a este problema.
Datos obtenidos de algunas encuestas sobre el comportamiento sexual y reproductivo en los/las adolescentes muestran que estos(as) tienden al inicio de relaciones sexogenitales a más temprana edad y en la mayoría de los casos lo hacen desprovistos de información objetiva, oportuna, clara y veraz acerca del manejo de la sexualidad, de las responsabilidades que implican la maternidad y la paternidad y del uso correcto y sistemático de métodos anticonceptivos modernos. Estas situaciones exponen a los/las jóvenes a mayores riesgos de que se produzca un embarazo no planeado, un aborto provocado o una infección de transmisión sexual, incluyendo el VIH/SIDA.
El embarazo durante la adolescencia es considerado por la OMS como un embarazo de riesgo, debido a las repercusiones que tiene sobre la salud de la madre y el producto, además de las secuelas psicosociales, particularmente sobre el proyecto de vida de los/ las jóvenes. Dar respuesta a la pregunta ¿cómo satisfacer las diversas necesidades de los/las adolescentes?, es un problema que enfrentan padres, prestadores de servicios, educadores y sociedad en general. Pese a la urgente necesidad de satisfacer las demandas de los/las jóvenes, los programas se enfrentan con controversias y barreras sociales que limitan la efectividad de los resultados. La ayuda que necesitan los adolescentes varía de acuerdo a sus características particulares, recordando que existen adolescentes tempranos, intermedios y tardíos; adolescentes urbanos, rurales e indígenas; escolarizados y no escolarizados y en diferentes contextos socioculturales.
Contenido
Por lo tanto, el embarazo adolescente es un problema de salud pública que tiene graves repercusiones médicas, psicológicas y sociales que hacen que se convierta en una larga condena moral para la joven embarazada. Rechazo, depresión, soledad, vergüenza, abandono, incluso violencia obstétrica, son solo algunos de los aspectos que puede experimentar una adolescente que está atravesando por esta condición.
La mayoría de los embarazos en adolescentes son producto de un descuido, de impulsos que se tienen en esta etapa de la vida durante la cual los jóvenes empiezan a experimentar distintos cambios biológicos. Al mismo tiempo, transitan por la vida sin un acompañamiento de la familia o la escuela para que los guíen sobre cómo deben comportarse ante las transformaciones físicas y sociales que viven a diario. Es por ello que es de gran importancia que todo adolescente mantenga una buena comunicación con sus padres acerca de su sexualidad, ello será pieza clave para el desarrollo de una sexualidad integral y responsable, porque si bien, la educación comienza en el hogar, se debe fomentar un ambiente de confianza entre padres e hijos.
El adolescente interactúa siempre con su núcleo social primario: la familia y la comunidad. Por tanto, las acciones dirigidas a mantener su salud integral deben tener un enfoque participativo, familiar y comunitario, con énfasis en la prevención. La educación es clave en la explicación y la transformación de los fenómenos relacionados con la salud reproductiva. Es un instrumento importante para lograr la conservación y el restablecimiento de la salud individual y de las comunidades, y ejerce su influencia sobre los conocimientos, criterios, convicciones, motivaciones y actitudes de los individuos. La experiencia de trabajo con las y los adolescentes enfatiza que un efectivo proceso de educación y orientación, para prepararlos para gozar del derecho indiscutible de experimentar su sexualidad de manera plena y responsable, es efectiva y debe ser aplicado sistemáticamente.
El médico de la atención primaria tiene una importante tarea para llevar adelante este propósito: la dispensarización y el control adecuado de las adolescentes consideradas como riesgo preconcepcional así como la labor educativa, realizada de forma permanente con las y los adolescentes y con todos los miembros de su comunidad, es fundamental en esta labor.
Los adolescentes, viven constantemente cambios que van formando su propia personalidad y autoestima. Buscan ser aceptados por las personas de su entorno (en la escuela, amigos, grupo social, etc.), y entre las principales preocupaciones que tienen en esa etapa de su vida es la búsqueda de qué estudiarán, pues esto será parte de su futuro profesional. Sin embargo, estos planes generalmente se ven truncados ante un embarazo vivido en esa etapa, pues aún no terminan de crecer cuando ya tienen que hacerse cargo de otro ser humano que va a demandarles de toda su atención y cuidados.
La expectativa social de la adolescencia es que esta es una etapa en la que los individuos se preparan para la vida y adquieren habilidades para desarrollarse con plenitud. La permanencia escolar favorece el desarrollo personal y abre alternativas a otros roles sociales además de la maternidad. Asistir a la escuela es uno de los factores protectores con mayor potencial para disminuir la fecundidad de los adolescentes. El abandono escolar o rezago educativo provoca desigualdad en la distribución de capital económico, cultural y social.
Estos resultados, en conjunto, hacen evidente también que es imprescindible e impostergable garantizar, desde nivel primaria, el acceso a educación sexual integral. A nivel mundial se ha documentado que la educación sexual integral y los programas de salud reproductiva con enfoque de género y derechos sexuales y reproductivos para adolescentes constituyen pilares esenciales y estratégicos para favorecer comportamientos más saludables que contribuyen a prevenir el embarazo adolescente.
Cuando alguien está en la pubertad y la adolescencia sufre varios cambios biológicos, además de que sus intereses, gustos, amistades y deseos se transforman. En esta etapa se presentan dos eventos biológicos importantes: la aparición de la menstruación en las adolescentes y la eyaculación con semen en los jóvenes. Ambos son evidencia de que ya dejaron de ser biológicamente niños y que su cuerpo cambiará.
La maestra Ena Niño Calixto, académica del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que “a los adolescentes es muy difícil que se les dé información sobre las reacciones biológicas que experimentarán en su cuerpo como producto del proceso normal de crecimiento: no se les dice que si son mujeres, sentirán lubricaciones vaginales y que si son hombres, tendrán erecciones”.
Esta falta de información es la que a veces los lleva a descubrir su propio cuerpo a través de la autoexploración y a buscar ejercicios amorosos con otros adolescentes de su misma edad. Esto entonces significa que no preparamos a los adolescentes para el coito, por el contrario, se les niega la información, creyendo que si lo prohíben no va a suceder. Sin embargo, en esta exploración de su cuerpo y del otro terminan teniendo relaciones sexuales.
En México, el debut sexual para las mujeres es a los 14 años y para los hombres a los 12, sobre todo en zonas urbanas como el D.F., Guadalajara y Monterrey. Sin embargo, en algunos sitios del interior de la República la edad disminuye y es de 12 años para ambos sexos.
Generalmente, los adolescentes cuando tienen su primera relación sexual no utilizan anticonceptivos, ya sea por desconocimiento de los mismos, por no saber usarlos o por presión de la pareja. Finalmente, tener relaciones sexuales sin protección ocasiona contagios de enfermedades de transmisión sexual o embarazos no planeados.
Los embarazos en las adolescentes son de alto riesgo para la joven y el bebé. Físicamente el cuerpo humano de una mujer después de los 16 años estaría mejor preparado que una joven por debajo de esta edad para recibir al embrión y posteriormente al feto. Entre las principales complicaciones que pueden presentarse se encuentran la preclampsia, la eclampsia, la anemia, infecciones en las vías urinarias o de transmisión sexual, así como el aborto. En el bebé los problemas principales serían bajo peso, prematurez, retardo en el desarrollo cognitivo y en el crecimiento físico, además de que puede ser más propenso a infecciones.
Los mayores riesgos y complicaciones se presentan en los embarazos de adolescentes de entre 10 a 15 años, cuando la anatomía de la mujer aún sufrirá diferentes cambios y en ese momento de su vida aún no está preparada para soportar un embarazo. La pelvis de estas jóvenes aún no está desarrollada para aguantar el peso de un feto, además de que es más estrecha y hay cambios anatómicos que aún no se han dado por completo tanto en la vagina y el cuello uterino, lo cual puede condicionar a que el bebé no se desarrolle de forma adecuada.
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