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La investigación científica en México.


Enviado por   •  7 de Julio de 2016  •  Ensayos  •  1.967 Palabras (8 Páginas)  •  950 Visitas

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La investigación científica en México

Anahí Chávez Pérez

Introducción

La investigación en México ha ido evolucionando a un ritmo lento debido a las diversas políticas existentes a su alrededor, a la falta de investigadores e incluso a las exigencias para pertenecer al grupo “elite” de investigadores mexicanos, ubicándose en el sótano en cuanto a aportación de conocimiento a nivel mundial.

Dentro del campo de la Investigación Educativa existen investigadores profesionales que tienen algún proyecto de investigación, desgraciadamente, la mayoría de ellos son a largo plazo, sin tomar en cuenta la situación actual o las necesidades inmediatas en este rubro, por lo que dichos proyectos algunas veces no sirven a las personas tomadoras de decisiones, por lo que no se ven reflejadas en las políticas públicas y educativas.

Contenido

Desde el comienzo de la humanidad nos hemos preocupado por la obtención de conocimientos, primero para la supervivencia de la raza humana y, posteriormente, para mejorar la calidad de vida. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) define a la Investigación y desarrollo como: “el trabajo creativo realizado de manera sistemática con el fin de incrementar el acervo de conocimientos del hombre, la cultura y la sociedad, y la utilización de ese acervo de conocimientos para desarrollar nuevas aplicaciones”. Es una actividad humana orientada a la obtención de conocimientos y su aplicación para la solución de problemas.

La investigación científica en México ha transitado por diversas etapas, en su inicio los investigadores no contaban con instalaciones, salarios, equipo, personal auxiliar ni la infraestructura adecuada para llevar a cabo su labor. Con el paso del tiempo se introdujeron cambios en las políticas académico-administrativas de las instituciones para intentar mejorar y formalizar los aspectos que conlleva la investigación.

México se encuentra en el lugar 53 de los 63 países que conforman el grupo de naciones con alto índice de desarrollo, sin embargo solo destina el 0.47% del Producto Interno Bruto (PIB) a la investigación y desarrollo de tecnología, mientras que Israel tiene asignado el 4.9 por ciento, siendo el país que más gasta en este rubro, tomando en cuenta que el promedio de gasto para este grupo es del 1.6 por ciento. Los países de la OCDE destinan en promedio 2.3 por ciento y la Unión Europea (25 países), 1.86 por ciento. Estamos muy lejos de ellos, se tendría que aumentar el recurso para la Investigación y Desarrollo de 4.7 a 5.7 veces más de lo que se tiene asignado actualmente. (González, 2009)

Aunque por tamaño México es la decimotercera economía del mundo, por ingreso de sus habitantes se encuentra en la 74 según el Banco Mundial, como consecuencia de la poca inversión para la investigación y desarrollo así como para la formación de investigadores, México es el más rezagado como aportador al desarrollo científico y tecnológico al mundo de acuerdo a la OCDE; también ocupa el último lugar es cuanto a personal ocupado que se desempeña en áreas científicas, tecnológicas y registro de patentes. Lo anterior limita la capacidad de crecimiento económico y frena la capacidad de respuesta ante emergencias. (González, 2009)

Como prueba de lo anterior se tiene que se registran solo 2 patentes por millón de habitantes en México al año mientras que en Finlandia se registran 271. Además se estima que solo 2 de cada mil empleados formales trabaja en actividades relacionadas con la investigación y desarrollo, lo que nos da aproximadamente 30 mil personas que laboran en este rubro en México, dentro de las que se incluyen a los investigadores, proveedores directos de servicios, gerentes y administrativos.

“El desarrollo de innovaciones en las regiones es crucial para mejorar en general la competitividad de las regiones y lograr el crecimiento de las naciones en el largo plazo”, informe “OECD regions at a glance 2009”. Por lo tanto una mayor inversión en investigación y desarrollo básicos generará más aplicaciones científicas y tecnológicas.

Una de las áreas de investigación en México es la educativa que inicia con la fundación del Instituto Nacional de Psicopedagogía (INP) en 1936 por la SEP; se dedicaba principalmente a temas relacionados con la antropometría, fisiología y pedagogía. Posteriormente, en 1970, se convierte en el Instituto Nacional de Investigación Educativa.

Pablo Latapí Sarre funda en 1963 el Centro de Estudios Educativos con trabajos sobre la eficiencia del sistema escolar. (Díaz-Barriga, 1998)

A partir de ahí la Investigación Educativa (IE) en México comienza a fomentarse, lo que conlleva a la creación de diferentes instituciones y programas como el Centro de didáctica de la UNAM, la Comisión de Nuevos Métodos de Enseñanza (CISE), el Programa Indicativo de Investigación Educativa del CONACYT, el Sistema Nacional de Investigadores, el Primer Congreso Nacional de Investigación Educativa y como resultado de éste último, el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE).

Con la creación de diversos programas de posgrado en ciencias sociales y de la educación se fomenta la IE y ayuda a la formación y consolidación del profesional de la investigación mediante el Programa Nacional de Posgrados de Calidad e intercambios para terminar los posgrados en el extranjero.

La OCDE y el Centro de Recursos Internacionales para Organizaciones Civiles (CERI) valoran los informes sobre la investigación y desarrollo educativo dentro de un país, para verificar su funcionalidad como un medio efectivo para la creación, cotejo y distribución de conocimiento. Esta información sirve para elaborar políticas y como base de las prácticas educativas, así como para lograr innovaciones en la economía de los conocimientos, sus implicaciones en la educación y los sistemas de aprendizaje.

No se sabe a ciencia cierta cuantos investigadores en el campo de la educación están registrados, existen discrepancias; mientras que el Programa Nacional Indicativo de Investigación Educativa informa de 200 investigadores, el diagnóstico de la SEP reporta 968 y el SIN tiene 55 y más de 200 profesores de tiempo completo adscritos a diversas licenciaturas en educación. Esta situación está dada porque existen investigadores registrados en 2 o más instituciones.

Ramirez y Weiss (2004) afirman:

Sin duda, hay más personas dentro de la investigación educativa, es decir aquellos que realizan algunos trabajos de investigación siendo fundamentalmente docentes o profesionales de la educación y que no alcanzan los requisitos para afiliarse o que no han deseado hacerlo, como puede ser también el caso de personas que trabajen en consultorías u organismos no gubernamentales (ONG). (p. 505)

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