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Las Hortalizas

angel199820 de Noviembre de 2012

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INTRODUCCION

El cultivo del ajo es considerado hoy día como una de las hortalizas más rentable a nivel nacional. Las zonas de mayor producción de ajo se encuentran en los estados Mérida, Trujillo y Táchira.

El ajo es una hortaliza muy apreciada en la mesa venezolana. Su uso es generalmente para condimento aún cuando muchos estudiosos han demostrado una serie de propiedades relacionadas con la circulación y producción de sustancias antisépticas en el cuerpo humano. Se puede decir que el consumo de esta hortaliza es cada vez más apreciado aún cuando cada día su valor es una traba para su consumo, particularmente para la clase media baja de nuestra población.

Debido al continuo incremento en el consumo de este producto, se hace necesario aumentar la producción del mismo y la alternativa más viable es la explotación del ajo en zonas cálidas; lo cual implica la posibilidad de ataques de plagas y enfermedades no comunes.

CLASIFICACIÓN BOTANICA DEL AJO

Familia: Amaryllidaceae (Liliáceas)

Género: Allium

Especie: sativum

Nombre científico: Allium sativum L.

Nombre común: Ajo

ORIGEN

El ajo es de origen centro asiático es uno de los ingredientes fundamentales de la cocina mediterránea. Hay muchas variedades de ajo, siendo el más común es el ajo blanco. Lo hay también rosa o morado, gigante y miniatura, cultivado éste en el Sudeste asiático, con 4 ó 6 dientes por cabeza.

El ajo es una de las hortalizas más antiguas usadas por el hombre, se cree que es origina río de Asia Central, desde donde se extendió al sur de Europa y llegó a Venezuela introducido por los españoles durante la colonia.

Es un cultivo de alta rentabilidad y de mercado seguro, pero en Venezuela presenta grandes riesgos, ya que existen limitantes como el uso de semilla contaminada con plagas y enfermedades y el mal manejo del cultivo, situándose el rendimiento nacional entre 4 000 y 5 000 kg/hectárea.

CARACTERÍSTICAS DE LA PLANTA

Planta perenne de la familia de las liliáceas de hasta 1,5 m. de altura. Hojas planas de hasta 8mm de anchura. Flores verdosas o blanquecinas, a veces rosadas, muy poco abundantes (algunas veces inexistentes) que sobresalen con su largo pedúnculo sobre una cabezuela de bulbillos. Espata mucho más larga que la cabezuela. Bulbo (cabeza de ajo) formado por una envoltura blanca dentro de la cual se encuentran varios bulbillos (Los dientes de ajo).

Es una planta herbácea de raíces numerosas, simples, finas y en forma de mechón, que alcanzan poca profundidad en el suelo. Presenta un tallo blando y liso de unos 40 cm de altura donde nacen dientes aéreos que pueden ser utilizados como semillas. Posee hojas alargadas, planas y replegadas; cuando el tallo crece aparecen flores de color rosado o verde que no producen semillas.

La planta de ajo forma una cabeza o bulbo subterráneo, formado por dientes unidos por su base alrededor del tallo y recubiertos por membranas o túnicas de color blanco o morado en varias tonalidades, según la variedad y la altura del sitio de siembra.

Tallos: son fuertes, de crecimiento determinado cuando se trata de tallos rastreros que dan a la planta un porte abierto, o de crecimiento indeterminado cuando son erguidos y erectos, pudiendo alcanzar hasta 2-3 metros de altura. Dependiendo del marco de plantación, se suelen dejar de 2 a 4 tallos por planta. Los tallos secundarios brotan de las axilas de las hojas.

Hoja: radicales, largas, alternas, comprimidas y sin nervios aparentes.

Tallo: asoma por el centro de las hojas. Es hueco, muy rollizo y lampiño y crece desde 40 cm a más de 55, terminando por las flores.

Flores: se encuentran contenidas en una espata membranosa que se abre longitudinalmente en el momento de la floración y permanece marchita debajo de las flores. Se agrupan en umbelas.

EXIGENCIAS DE CLIMA Y SUELO

El ajo es una planta de bulbo que para la formación de él requiere ciertas condiciones relacionadas con las horas-luz y temperatura ambiente, por lo cual sus mayores zonas de siembra están ubicadas sobre los 1.200 m.s.n.m., asegurando una temperatura fresca durante ciertas épocas del año propicias para su cultivo. En nuestro país se siembran principalmente 2 clones o variedades conocidas como ajo blanco "criollo" de cabeza y dientes pequeños de color blanquecino y ajo morado de cabeza y dientes grandes de color morado. En el mercado internacional las variedades blancas tienen una mayor aceptación y demanda que las moradas aún cuando éstas no dejan de ser buenas. Vamos a encontrar que las variaciones de selección se van a referir a fotoperíodo (largo o corto), precocidad, coloración y rendimiento.

Este cultivo se produce en altitudes que van desde os 600 a los 3.500 m.s.n.m. El ciclo vegetativo, período que va de la siembra a la cosecha, tiene una duración que varía de 120 a 150 días, dependiendo de la variedad utilizada y de la altura del lugar. Se adapta en lugares con temperaturas que oscilan entre 10 y 34°C, siendo la media óptima de 18°C.

En el país, el ajo es cultivado principalmente en aquellos lugares donde las temperaturas ambientales son frescas caso de Los Andes, zona alta del Estado Lara y Miranda. Requiere de un ambiente seco y suelos francos a franco arcillosos, de buen drenaje, con un pH muy cercano a 6,5; aquellos con pH menores de 5.5 no son recomendables para el cultivo del ajo.

ESQUEMA DE LOS REQUERIMIENTO CLIMATICOS

SUELOS DRENAJE PH TEMPERATURA M.S.N.M.

Franco - Arcillosos Con buen declive 6.0 - 7.0 10°-34° 600-3500

PREPARACIÓN DEL TERRENO Y DENSIDAD DE SIEMBRA

La preparación del terreno para el cultivo del ajo debe ser muy cuidadosa. Normalmente, en la región andina se utiliza el arado de bueyes para esta labor, ya que se dificulta el uso de maquinaria agrícola debido a la pedregosidad y fuertes pendientes del terreno.

La escasa profundidad de raíces en este cultivo (20 cm) obliga a realizar una buena preparación del sitio de siembra a una profundidad de 30 - 40 cm, que comprende la nivelación del suelo, el arado y la fragmentación de terrones hasta que el suelo quede bien mullido.

SIEMBRA

El ajo se siembra en surcos o en eras; en terrenos inclinados y pequeñas superficies se recomienda el sistema de eras, las cuales son canteros o camas de suelo levantadas unos 6 a 10 cm, de 1 a 1,2 m de ancho y al largo que permita el terreno.

En las eras se trazan surquitos cada 10 cm, donde se colocan los dientes de ajo con una separación de 6 a 8 cm entre sí y después de colocados se cubren con tierra. La profundidad de siembra depende de la textura; en suelos arenosos los dientes deben colocarse a una profundidad de 2 a 3 cm, y en suelos pesados de 1 a 2 centímetros.

Las densidades de siembra son muy variables en los diferentes países productores de ajo. En los Estados Unidos se usan 35 a 40 cm de distancias entre hileras y 5 a 10 cm de distancias entre plantas (5). En Chile se siembra en melgas con separación de 70 cm entre surcos y en las melgas se disponen los "dientes" en cuatro hileras espaciadas 12,5 cm entre ellas. Ensayos realizados para probar distintos sistemas de plantación, pero manteniendo la densidad de población constante en 38 plantas/m2 no produjeron diferencias significativas entre ellos (4).

En Los Andes se siembra en dos formas; en zonas con pendientes se hacen melgas de 1 a 2 m de ancho en el sentido de la pendiente, cortadas cada 3 a 5 m perpendicularmente a la pendiente formando especie de pequeñas terrazas, no se hacen surcos, sino que las separaciones entre melgas de 15 a 20 cm, son hechas con piedras. Las hileras de ajo, se disponen perpendicularmente a la pendiente. En zonas más planas, se siembran lotes completos y las hileras se disponen aproximadamente en curvas de nivel. En ambas formas, las distancias de siembra varían de 10 a 40 cm entre hileras y de 5 a 20 cm entre plantas.

EL APORQUE

Es una práctica que consiste en “arrimar” tierra de los camellones alrededor de los bulbos. Se efectúa cuando se realizan las limpias manuales del cultivo, para eliminar las malezas que hayan logrado emerger durante el primer mes después de la siembra

El aporque puede favorecer la producción porque se logra bajar la temperatura del suelo alrededor del bulbo, manteniéndola humedad y evitando que el área de exploración de las raíces, que es poco profunda, llegue a secarse.

Al realizar el apoques es recomendable tener cuida do de no lesionar las raicillas, ya que se les puede causar daños muy graves

La tierra que se arrimé alrededor de la planta debe quedar suelta y no cubrir demasiado: las plantas porque con frecuencia producen bulbos deformes de maduración retrasada.

En aquellas siembras donde se apliquen camadas de conchas de arroz, éstas mantienen la humedad, reducen la temperatura y mejoran la estructura del suelo. En estos casos, el cultivo no necesita el aporque.

LA FERTILIZACIÓN

Las necesidades de fertilizantes deben ser determinadas a través de

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