Las competencias en los Telebachilleratos Comunitarios.

Las competencias en los Telebachilleratos Comunitarios.

En la actualidad se habla de las competencias a desarrollar en diversos ámbitos en los que los seres humanos nos desempeñamos; en cuanto a la educación, en la refiriéndose a la media superior y exclusivamente en los Telebachilleratos Comunitarios  existen diversas, tanto las competencias que forman a los alumnos (las cuales se dividen en  genéricas cada una con sus atributos y las competencias disciplinares que van de acuerdo a la asignatura) como las competencias que debe presentar el docente para lograr su meta, que es que sus estudiantes comprendan lo que les enseñan.

Para definir que es una competencia, la mayoría pensamos en ese conjunto de habilidades, actitudes, destrezas, conocimientos y valores que una persona posee, del cual se tienen que lograr un equilibrio entre dichas “cualidades” para lograr resolver un determinado problema en un determinado contexto. Existen una infinidad de conceptualizaciones de una competencia, de las cuales la mayoría coincide con la definición anterior, pero también, hay autores que ven una competencia de distinta manera, para José Moya, esta definición pierde la esencia debido a que afirma que no cualquier conjunto logra una competencia, para él una persona competente es aquella que utiliza todo su recurso para resolver una tarea en un contexto, aun si esta persona no tiene todo el conocimiento, ni todas las habilidades, actitudes o destrezas, si no que utiliza todo lo que tiene para realizar la tarea específica en el contexto específico, entonces, la competencia se adquiere cuando se usa un conjunto adecuadamente.

El modelo educativo actual propone en la educación media superior (EMS) una educación basada en competencias, en el cual el alumno será capaz de desarrollar las once competencias genéricas que ahí se proponen; Para esto, el docente debe dejar un modelo tradicionalista que va desde la enseñanza hasta el momento de evaluar y adoptar este nuevo enfoque por competencias, pero esto genera grandes dudas y es un gran reto para los docentes de la EMS, especialmente para los docentes de los Telebachilleratos Comunitarios (TBC) debido a que, en este subsistema los docentes no están formados pedagógicamente, si no que cubren el currículo a partir de su perfil de formación; en los TBC existen tres áreas disciplinares las cuales son: Ciencias sociales y Humanidades, Ciencias de la comunicación y Matemáticas y Ciencias Experimentales, los docentes encargados de cada área disciplinar tiene por formación una licenciatura que va a acorde a un área específica, por lo cual carecen de pedagogía, por este motivo, el simple hecho de adoptar un modelo educativo es un gran reto y el adoptar un modelo educativo nuevo, por el cual, ni siquiera fueron formados ellos implica un doble reto. Esta desventaja se multiplica cuando dichos docentes no son capacitados para la adopción de dicho modelo educativo, la falta de capacitación e información hacia el conocimiento del enfoque por competencias, afecta en gran medida el proceso de enseñanza-aprendizaje (EA).

Por tal motivo ¿cómo evalúa un docente TBC a sus alumnos mediante el enfoque por competencias? La verdad es cruda, en la mayoría de los planteles de esta modalidad, el proceso de EA y todo lo que conlleva a ello se da casi en su totalidad de manera tradicional, y el principal motivo es el nombrado anteriormente, el desconocimiento casi en su totalidad de este nuevo enfoque por competencias, sin embargo se toman en cuenta algunas cuestiones que propone este nuevo modelo educativo; otras cuestiones podrían ser, la falta de compromiso por parte del docente para indagar a cerca del enfoque que debe trabajar o las condiciones bajo las cuales se desenvuelven la mayoría de estos centros educativos, donde no se genera una educación inclusiva debido a los déficits a los que se enfrentan dichas instituciones por de planteles de nueva creación. En fin citando todos estos retos a los que se enfrenta un docente de TBC para evaluar por competencias este debe ser capaz según Malpica de una cosa, “la observación”. Malpica dice que las competencias se evalúan mediante la observación y que esta la desarrolla el docente mediante el desarrollo e incorporación de competencias para ser buenos observadores de las competencias que desarrolla el alumno; pero ¿Qué pasa si el docente en su afán de ser un buen observador termina por juzgar mal el desempeño de los alumnos? No existe una medida para la observación, aun cuando dos docentes sean buenos observadores, ambos probablemente diferirán en sus observaciones incluso con el mismo alumno, en el mismo contexto y bajo la misma tarea asignada.

Entonces surge una gran pregunta: ¿Las competencias son medibles? ¿Se puede asignar una escala numérica a una competencia? De acuerdo a las definiciones dadas a una competencia, tanto por la definición general, tanto como la aportación de Moya, las competencias no pueden ser medibles numéricamente, pues no se le puede dar valor numérico a los Valores que posee una persona, o sus habilidades o destrezas, probablemente a sus conocimientos pero estos representarían tan solo un porcentaje del total de las “cualidades” que conforman una competencia. Tomando en cuenta que una competencia está conformada por el saber ser, saber hacer, saber conocer, saber convivir y saber aprender, asignarle un valor numérico a cada una de estas características resultaría un tanto complicado.

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