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Lección 1. LA MASCULINIDAD HEGEMÓNICA


Enviado por   •  28 de Marzo de 2016  •  Documentos de Investigación  •  5.751 Palabras (24 Páginas)  •  113 Visitas

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Lección 1. LA MASCULINIDAD HEGEMÓNICA

  1. LA IDENTIDAD MASCULINA

Aportes para la reflexión sobre la identidad de género

¿Qué es la Identidad?

La identidad es el conjunto de características y cualidades que tiene cada persona y que la hacen diferente a las demás. Asimismo, es el conjunto de características y cualidades que una persona comparte, o tiene en común, con otras.

¿Qué es la Identidad de Género?

La identidad de género es el conjunto de características sociales y culturales que asigna cada sociedad a las mujeres y a los hombres, a partir de sus diferencias de sexo para que: sean y actúen expresando y reafirmando esas diferencias.

A continuación, se presentan tres elementos claves que se relacionan con la identidad del género masculino: Los hombres definimos todo lo que somos y lo que hacemos en relación a nuestro rol productivo. Esto es: “ser proveedores de la casa”, a ser “independientes” y “exitosos en nuestro trabajo”...

Identidad integral

¿De qué se compone la identidad de las personas?

A menudo, oímos la palabra identidad. Por ejemplo, al pensar en la cédula de identidad nos referimos a un documento que contiene datos sobre nosotros: el nombre, la edad, dónde nacimos, nuestro estado civil, los nombres de nuestros padres y nuestro nivel de educación. La identidad que registra la cédula no es más que un grupo de datos que corresponden sobre todo al origen familiar de un individuo, lo que lo hace único y diferenciable de las demás personas. Pero en sentido más amplio la identidad abarca muchas más cualidades: el carácter, la historia de vida, los ideales, las ejecutorias. Además la identidad no es estable. Se modifica constantemente con las nuevas experiencias de vida.

Cada persona (cada mujer y cada hombre) tiene múltiples identidades que van cambiando a medida que transcurre su existencia. Nunca somos las mismas personas que cuando éramos niñas, niños o adolescentes. Y no seremos iguales después de unos meses o años, porque la vida siempre nos va modelando.

Identidad asignada

Todas las personas tenemos una IDENTIDAD ASIGNADA, que es una identidad que se nos impone a través de la familia, la escuela, la Iglesia, los medios de comunicación. Esa identidad asignada no depende de nuestra voluntad. Así:

Nacemos perteneciendo a una clase o sector social.

Somos parte de una etnia o cultura: indígena, mestiza, afrodescendiente.

Nacemos con un sexo de mujer o de hombre y correlativamente se nos marca una identidad de género.

Autoidentidad

Además de la identidad asignada, mujeres y hombres tenemos una AUTOIDENTIDAD. Esta identidad consigna lo que pensamos de nosotros mismos y lo que piensan otros y otras de nosotros. La autoidentidad es entonces: Lo que nosotros pensamos del mundo. Lo que el mundo piensa de nosotros.

A menudo, a pesar de que crecemos, cambiamos y tenemos nuevas ideas, el resto de las personas nos siguen tratando de la misma manera. Esta actitud puede ser favorable o desfavorable según los casos.

Conflicto de identidades

Muchos de nuestros conflictos personales están en relación con esa identidad asignada y con la autoidentidad. Por ejemplo hay mujeres que aunque tienen una jornada, o más, de trabajo en la casa, cuando les preguntan: ¿Usted trabaja? Responden: “No. Sólo mi marido trabaja”.

El conflicto que vivimos por estas identidades impuestas es muy profundo. Para comprobarlo intentemos reflexionar sobre las siguientes cuestiones:

¿Cuántas veces nos hemos sentido inútiles, tontos, tímidos por lo que otras personas han opinado de nosotros mismos?

¿Podemos recordar ocasiones en que nos han discriminado por nuestro origen étnico o cultural, por nuestra condición económica…?

¿Podemos recordar aquellos momentos cuando hemos tenido que reprimir nuestras emociones, nuestros miedos e inseguridades para que no nos digan que tenemos “poca hombría”?

¿Podemos recordar cuántas luchas han tenido que librar en la vida las mujeres para que se respeten sus decisiones y pensamientos?

¿Cómo podemos superar los problemas que nos causa esa identidad que nos asigna la sociedad en contra de nuestra voluntad?

¿Y cómo podemos dejar de tener una autoidentidad que se basa más en lo que los demás personas quieren y piensan que en lo que nosotras y nosotros queremos y pensamos de nosotras y nosotros mismos?

Hay una manera: ¡Tomando en nuestras manos el gobierno de nuestras vidas! Para ello necesitamos construir una identidad elegida por nosotros mismos!

Identidad elegida

La identidad elegida se refiere a lo que escogemos ser y hacer. Está relacionada con las oportunidades que podemos tener dentro de la sociedad en que vivimos para crecer como personas, para cambiar nuestras vidas y hacer realidad nuestros sueños.

Aunque nuestra sociedad no brinde muchas oportunidades para el crecimiento, lo más importante es que la identidad elegida dependa sobre todo de nuestra voluntad, respondiendo afirmativamente a la pregunta: ¿Quiero darme la oportunidad de crecer, desarrollar mis cualidades y superar mis defectos, de aprender y hacer nuevas cosas, sin afectar, o a costa de otras personas y de la naturaleza? Este cambio requiere de un propósito individual y el apoyo de un colectivo. Sin organizarnos y hermanarnos no tendremos alianzas que puedan ayudarnos a cambiar nuestras vidas y la de nuestras familias. No podremos construir una sociedad de personas iguales. Pero con la ayuda de otras personas que nos motiven, nos enseñen o que nos muestren sus experiencias, sí podemos hacer realidad lo que hemos elegido ser.

Por eso, una razón esencial para defender nuestras organizaciones es que esos espacios nos permiten cambiar, crecer y soñar. Y poco a poco, nos animan a luchar incansablemente para que nuestras familias: marido o esposa, hijas e hijos, padres y madres, amigos y amigas, vecinos y allegados respeten y compartan las cosas que vamos haciendo, los cambios que vamos dando; vayan escuchando, dialogando, haciendo acuerdos. El cambio produce un efecto sinérgico. Nuestro crecimiento personal repercute en el crecimiento de las personas que amamos. Pero nuestro crecimiento también depende del crecimiento de esas mismas personas, y de cómo las alentamos para que lo logren.

  1. IDENTIDADES FEMENINAS

Roles de género, son las tareas y actividades que una cultura asigna a los sexos. Relacionados con los roles de género están los estereotipos de género, que son ideas demasiado simplificadas, pero fuertemente asumidas sobre las características de varones y mujeres. La estratificación de género describe una distribución desigual de recompensas entre hombres y mujeres, reflejando sus posiciones diferentes dentro de la jerarquía social. (Conrad Phillip Kottak).

La identidad se define a partir de elementos singulares que diferencian a las personas, o por el contrario, que las hacen semejantes entre sí. Somos semejantes al mismo tiempo que somos diferentes. Si soy mujer, no soy hombre. Si soy hombre soy semejante a otro hombre. Todo sistema de clasificación es un sistema de inclusión y de exclusión.

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