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Los 7 Habitos


Enviado por   •  9 de Noviembre de 2013  •  2.249 Palabras (9 Páginas)  •  176 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE COAHUILA

PROFR. LIC. ISIDO VARGAS

ALUMNO: JORGE ALBERTO SIERRA TALAMANTES

ENSAYO: LOS 7 HABITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA

AUTOR: STEPHEN R. COVEY

3 de mayo de 2013

TITULO DEL ENSAYO: “EL VERDADERO CAMBIO”

“El verdadero cambio”

“De cada mil personas cortando las hojas del mal hay una sola atacando la raíz”. Si hay algo constante en la vida son los cambios, ya sean para bien o para mal. Vivimos con la creencia de que la manera en que vemos las cosas debería ser adoptada por todo el mundo, o en otras palabras, que el mundo debe cambiar y ajustarse a la manera en que percibimos la vida. El ser humano por naturaleza culpa sus circunstancias volviéndose una víctima de factores externos; esperando que de algún modo todo se vuelva a su favor. El problema radica en no comprender que el problema somos nosotros y no el mundo exterior y que el cambio es de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro. De esto se trata, atacar la raíz es la única manera que conlleva al verdadero cambio; pero por desgracia, solo una de cada mil personas comprende esto. La buena noticia es que existen hábitos que nos permiten llegar y atacar la raíz del verdadero cambio.

A través de los años, los libros de superación personal y de auto-ayuda han llenado sus páginas con la idea del “arreglo rápido” o lo que se conoce como la ética de personalidad. Esta se preocupa mucho en cómo nos vemos ante la sociedad, son técnicas superficiales utilizadas en el trato con las personas para caerles bien, disimulando interés en los pasatiempos de otros para luego beneficiarnos de ellos. Es procurar ser el “alma de la fiesta” con habilidades de comunicación fantásticas que sorprenden a todos a nuestro alrededor. El común denominador de las personas recurre a estas tácticas con la idea de que se trata de liderazgo eficaz, lo cual quizá podría surgir algún efecto en el corto plazo, como una aspirina que pareciera resolver un problema temporal pero que deja los problemas crónicos intactos solo para que se intensifiquen y resurjan una y otra vez.

No malinterpretemos, no hay nada de malo con estas técnicas, pero cabe recalcar que solo pueden ser tomadas como algo secundario, no algo primario. Si en mis relaciones con las personas busco motivarles a que trabajen mejor, se porten mejor, rindan más, se esfuercen más, etc. Sin tener el mas mínimo interés en ellos más que mi beneficio propio, quizá me hagan caso unas dos o tres veces, pero a la larga, no se obtendrá el éxito deseado. La falta de sinceridad e interés genuino en las personas es un indicio de que hay algo mal dentro de nosotros, algo sobre lo que podemos y debemos trabajar. Ahí radica la ética de carácter.

La ética de personalidad es como la punta de un iceberg, el cual los demás pueden ver sobre la superficie del agua. Por otro lado, la ética de carácter es como la gran masa de iceberg que se encuentra debajo del agua, el cual nadie observa a simple vista pero donde realmente se encuentra la base de esa gran bola de hielo. En otras palabras, la ética de carácter se refiere a principios como integridad, fidelidad, valentía, compasión, contribución, etc. Estos principios existen desde el inicio del hombre, existen actualmente y seguirán existiendo a través de los siglos, a diferencia de las constantemente cambiantes técnicas de influencia. No cabe duda alguna que es en los principios donde encontramos una fuente inagotable de recursos que darán paz, gozo y sentido a nuestra existencia terrenal.

La frase “yo soy así, y así moriré” es una tragedia para aquellos que perciben su vida así, como un montón de factores externos que han moldeado su carácter y que así será para siempre. Gente que culpa a sus abuelos, padres, etc. por sus circunstancias, “heredaste el mismo mal carácter de tu abuelo” diría una madre a un joven iracundo y con mal genio, “no tienes remedio” está en tu ADN. Simplemente se pasa a través de las generaciones. Hay quienes piensan que la manera en que fueron criados determino su manera de ser, “tengo miedo de decir lo que pienso porque en casa siempre fui vetado y se me dijo que yo no podía opinar” diría un joven que creció con padres tiranos. O hay quienes culpan al jefe, la esposa, el gobierno, la política, en fin, a una gran cantidad de factores externos.

Todo esto es una ilusión, algo irreal ya que en cada ser humano existe el agente de cambio. Sin embargo, debe ser algo que deseemos tanto como quisiéramos respirar si estuviéramos a punto de ahogarnos. Debemos estar dispuestos a pagar el precio y desarrollar hábitos que nos conduzcan a triunfar sobre nosotros mismos y remover aquellas impurezas que nos aquejan. Analicemos los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.

El primer hábito es ser proactivo. Significa tomar la iniciativa. Quiere decir que como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas. Al analizar la palabra responsabilidad, vemos que se divide en dos partes –“respons-abilidad”- La habilidad de responder ante una determinada situación. En palabras de Stephen R. Covey: “La gente altamente proactiva reconoce esa responsabilidad. No culpan sus circunstancias, condiciones o el comportamiento de otros. Su comportamiento es producto de sus propias elecciones consientes, basadas en valores.”

Al permitir que las condiciones externas nos afecten nos volvemos reactivos. “Si el clima esta rico, me siento bien”. “Si me tratan bien, me siento bien, si no, me pongo a la defensiva”. El ejemplo de alguien que enfrento sus circunstancias adversas con valor fue Viktor Frankl quien era un hombre judío que vivió la amarga experiencia de estar en los campos de concentración Nazzi. Tenía todo en su contra. En muchas ocasiones lo torturaron y sufrió toda clase de vejaciones y maltrato. Su familia fue asesinada en las cámaras de gas, a excepción de su hermana. A pesar de todas las privaciones que sufrió, había una libertad que no podían quitar de él. En palabras de Stephen R. Covey: “Él pudo decidir dentro de sí mismo como le iba a afectar todo esto.” Físicamente estaba cautivo, pero su integridad permaneció intacta, su habilidad para responder ante semejantes condiciones era de una persona altamente efectiva. Para lograr un verdadero cambio debemos estar conscientes de que no son las condiciones las que determinan nuestro carácter, sino la manera en que respondemos

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