Los discursos en torno al cuerpo: la ambigüedad

Los discursos en torno al cuerpo: la ambigüedad

Los distintos desarrollos, los diferentes modelos de adaptación y la evolución corporal crearon instrumentos en una sociedad para así proporcionar una identidad a las personas, sin embargo, en las sociedades cada individuo tiene distintas funciones que varían con el tiempo, motivo por el cual los modelos y usos corporales son influenciados.

Tras la homogeneización, el cual es un proceso que se involucran los intereses globales y tiende a ser transmitido, igualado y adoptado como una manera de estandarización y regulación de las características más importantes para vivir en sociedad, todos los cuerpos marcan una identidad individual necesaria que no va a depender del grupo al pertenezcan o las funciones que desempeñan en una comunidad.

Actualmente, las sociedades posindustriales occidentales acuden a valorar al ser humano y la condición humana, sin embargo, esto se convirtió en un “valor fetiche” en algo que con propiedades mágicas o sobrenaturales interponiéndose por la imagen o apariencia corporal que dice todo de la persona y queda unida con la identidad propia del ser que busca asimilarla con la imagen corporal de otros.

Se observa una ambigüedad en torno a la cultura del cuerpo, por un lado, lo elogiaba y por el otro, produce la destrucción actual de sus características particulares.

Lo que sobresale del cuerpo queda encuadrado en el interior de la cultura de consumo. La cultura de consumo es donde todo puede comprarse o venderse, y por lo tanto, tiene como objetivo la multiplicación y difusión de imágenes que de esta forma comienza a vincularse con lo corporal.

Las apariencias que se distinguen por la imagen pasan a ocupar el lugar de las esencias.  En esta cultura se forma una nueva escala de valores que establece y determina la imagen de los sujetos, las posibilidades y formas de conocer, sentir y actuar. Los valores más cotizados se expresan en términos de belleza, sexualidad, sensualidad, juventud.

Cada persona tiene ante sí el nuevo trabajo de preparar su cuerpo, cuidarlo y controlarlo, después de la imagen que manifiesta ante los demás, es decir, que esto señala la posición social del éxito o fracaso. Cada persona se convierte así en un mero vigilador vigilado de la imagen corporal, de los gestos y posiciones en público. Es vigilador porque mira a los demás, y es vigilado porque los demás lo miran a él.

Con respecto a los discursos del sentido común y los discursos científicos, Furlán (Profesor de Educación Física Profesor y Licenciado en Ciencias de la Educación) observa, desde una perspectiva histórica, un evidente desplazamiento desde lo estructural hacia lo procesal, de lo material a lo funcional, y en este mismo sentido, desde lo corporal hacia lo motriz.

...