El Discurso Del Cuerpo En La Modernidad

El Discurso del Cuerpo en la Modernidad

Lcdo. Freddy Ayala

Zurita Sandy

Pablo Palacio (Loja, 25 de enero de 1906 - Guayaquil 7 de enero de 1947) fue un escritor y abogado ecuatoriano. Palacio es uno de los fundadores de la vanguardia en el Ecuador y América Latina, por tanto un adelantado en lo que respecta a estructuras y contenidos narrativos por ser su obra casi no correspondida a los escritores del costumbrismo de su época1.

Pablo Palacio, “La Doble y Única Mujer”, Obras Completas. Editorial la Palabra, Centenario de nacimiento, 1906-2006, pp. 46-54.

En esta obra, se toma el concepto de la dualidad vs. Unicidad del ser, de esta forma el escritor hace referencia a un problema humano “el conflicto del ser” para vincularlo con la sociedad, es decir el papel de juzgar sobre lo que puede ser aceptado o rechazado por las personas en un medio social “normal” dando origen al rechazo y aislamiento de las personas diferentes.

“El erotismo como expresión humana es la búsqueda y evocación del placer, también debe ser concebido como una manera especial de comunicación que trasciende al individuo para manifestarse en la literatura, la música, o el cine. Para las culturas orientales, se trata de una manifestación vital, científica, artística o religiosa sobre la que no recae prohibición. Por el contrario para los pueblos de raíz judeocristiana se trata de algo negativo y pecaminoso, prohibido en consecuencia en el código de conducta personal y social2”.

Así el cuerpo entendido no como un recipiente o receptor pasivo de un contenido externo por tanto, un elemento secundario de la significación, si no como un generador de significado, está siempre en estrecha relación con el erotismo.

Por lo tanto el erotismo se presentara cuando exista un deseo frente a la prohibición y la negación, por lo cual se trasgrede el hecho y se evidencia la culpabilidad, el remordimiento en el mismo ser.

Relacionando el cuento de Pablo Palacio, La doble y Única Mujer con el erotismo se evidencia que en toda la obra existe erotismo, pues se marca un deseo persistente por parte de aquella mujer siendo dos y una a la vez, frente a las prohibiciones y limitaciones que se presentan por un aspecto físico, un cuerpo doble. Y la incesante culpabilidad que sentía la parte dominante y superior de su ser frente al deseo débil de su segundo Yo que se venía opacando por la superioridad física de Yo primera sobre yo segunda, cuando estos deseos se veían violentados por la misma.

Esto se demuestra cuando “Yo primera” piensa que podía cumplir su deseo “¿Por qué no decirlo? podría llegar a la satisfacción de su deseo” se pregunta, pero al mismo tiempo entra en remordimiento cuando es plantea la lucha que significaría esa decisión en su ser, “Y vencería Yo primera como más fuerte, pero al mismo tiempo me vencería a mí misma. Sería un triunfo de prioridad, acompañado de aquella tortura.”

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