Los fallos del mercado.

Los fallos del mercado.

Los fallos de mercado se dan cuando un mercado afecta a terceras personas al tomar decisiones, los bines no son sólo privados y posibles de intercambiar en mercados, el mercado es no competitivo y cuando los compradores y vendedores no poseen información suficiente.

Desglosaré los puntos que llevan al fallo del mercado, empezando por la externalidades. Son las influencias de las decisiones de los mercados sobre personas externas a estos. Estas externalidades pueden ser negativas, cuando afectan de manera perjudicial a las personas externas al mercado; o positivas, cuando su influencia es beneficiosa para las personas externas al mercado. También se pueden dividir por su consumo o su producción, igualmente en el modo en que afecta a las personas ajenas.

Para la solución de las externalidades la parte privada (no estatal) inculca cierta educación en la sociedad para mejorar, surgen las ONG o las partes llegan a un acuerdo cuando no son demasiadas. Por otra parte la parte pública intenta resolverlas estableciendo normas que regulen el comportamiento de consumidores y productores, o colocando impuestos.

Continuamos con los bienes públicos y los recursos comunes. Los primeros son los que no se puede prohibir su uso una vez dado, ni si se usa por alguien, otra persona no podrá hacer uso de él. Los segundos tampoco son prohibidos, pero si alguien lo consume, otra persona sí se ve afectada.

Los bienes públicos no pueden entrar en el mercado porque habría personas que se verían beneficiados de ellos sin pagar por ellos, mientras otros sí lo hacen. La solución de este fallo del mercado podría ser que el Estado realice estos bienes por medio de los ingresos públicos o que incentive a que se realicen donaciones.

Los recursos comunes no están en el mercado porque igualmente son gratuitos e innegables a la sociedad pero ellos sí afectan su consumo hacia otros; la solución aquí sería que una institución se encargase de ellos exclusivamente, de preferencia el Estado, aunque también funciona con propietarios privados.

Pasamos a los mercados no competitivos que pueden ser monopolios o mercados de competencia imperfecta, éstos últimos a su vez son oligopolios o de competencia monopolística.

Los monopolios son los encargados de un bien o servicio sin competencias, sin un sustitutivo cercano. En este tipo de mercado su ingreso marginal es menor que su precio, lo cual no ocurría en un mercado competitivo. La ventaja de este tipo de mercado es que pueden ajustar el precio de ganancia al máximo que la gente está dispuesta a pagar sin preocuparse que la competencia les gane los consumidores, generando una mayor ganancia por mucho. Por los mismos altos precios se preguntan por qué permitimos los monopolios u otras empresas no entran en el mismo negocio; siendo visto desde este punto de vista suele suceder porque el estado le concedió ese poder a una empresa, conviene más que una empresa se haga cargo de un solo sector o porque no hay modo de que otra empresa entre. Lo que podemos hacer en contra de estos monopolios es regular sus precios y que el gobierno asuma la posible pérdida de la empresa, que se ayude a que haya más competencia, aprobando leyes antimonopolio, cobrando impuestos por ganancias arriba de lo establecido o que el mismo Estado sea el propietario del monopolio.

Los mercados de competencia imperfecta son dos los oligopolios y los de competencia monopolística, combinan a los mercados de competencia perfecta con los monopolios. En los oligopolios hay pocos mercados con productos similares, con barreras para nuevas empresas, por lo mismo hay una interacción entre las pocas empresas existentes y las decisiones de una afectan a las demás; son muy parecidos a los monopolios a diferencia del número de empresas. En la competencia monopolística hay varios mercados con diferentes productos pero que satisfacen

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