Lucubre forma amorfa
llaufensInforme22 de Abril de 2014
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Lucubre forma amorfa, de extrañas características, variados gustos y extensas mañas. Aquel ser, de entre sombras y luz, comienza a desarrollarse. Tan variados gustos, que incluso brillaba de forma pragmática. Aunque fuera un luz oscura la que comenzaba a proyectar.
Oh, ¿qué ser, se ha formado ahí? – una voz omnipotente, comenzaba a cuestionarse. No obstante, debía entre lazar el destino de la extraña criatura a la tierra. Pero mientras esta reflexión continuaba. El extraño ser comenzaba a adquirir forma, e incluso dentro de tal oscuridad se podía percibir su camino.
Sus gustos se refinaban a una melódica y fuerte música, casi sinfónica e incluso variando a la usanza medieval. No obstante, para bien de todos. Se había logrado adaptar a los distintos géneros, permitiendo ser permisivo antes estos, pero siempre sin dejar de escuchar aquella melódica música metalizada.
La melodía comenzaba a adquirir forma, poco a poco. Y aparecían altos y bajos en está. Dándole un tonalidad peculiar y singular. Es debido a esto, que comienzan a desarrollarse los demás intereses.
La mano de un artesano herrero se formaba mientras aquella música sonaba. Elaborando espadas y armaduras, escudos y arcos, y por último. De dicha forja, nacería el aprecio singular por “Gaia”, y un destino que había sido organizado, por aquel ente omnipotente. Había juntado una serie de casualidades poco, e incluso casi improbables en un único ser. Aquel maquiavélico sentido de darle un destino, parecía más ser un juego de dados lanzados al azar.
Frente a tal dilema, nacían las dudas. Inmiscuirse en tal destino o mantenerse alejado de dicha curiosidad. Pero como buen felino, caía en la tentación malvada de investigar. Se embarcó en grandes coliseos de libros, pocos usados y prácticamente olvidados. Muchos parecían simples patrañas, casi como sueño dentro de otro sueño. Aquellos textos comenzaban a revelar la identidad de un ser, aun más peculiar que aquella “hija de la tierra – Gaia”. Pero dado los pocos conocimientos, debía embarcarse previamente en comprender a la humanidad.
Se aspira en el aire, el olor a rio de conocimiento. Abarcaría ramas de agua como: Sigmund Freud, Descartes, Sócrates, Platón, y una serie de pensadores. Sean estos filósofos, antropólogos, historiadores, psicólogos, sociólogos, entre muchos otros riachuelos. No obstante, no quedarían inconclusa las demás ramas, tales como la física y matemática, la biología y química, conceptos de cocina y varias elaboraciones. Incluso, comprender las falacias como “ad-baculum” y “ad-hominem” para que ningún texto lograse generar una falsa percepción. Ya que todo esto, era necesario para ir inmiscuyéndose en el objetivo primordial.
Lograba saciar poco a poco, esa curiosidad. Logrando finalmente, no solo ser teorías sino, comenzaba a lograr la praxis pura de tales temas. Dicho ámbito lo embarcaba en una serie de eventos, que además debía añadirse la pérdida de sus aliados más queridos. Cuartando parte de su praxis y conocimiento. Para terminar bajando poco a poco a la sociedad presente.
Pero aún quedaban los grandes bajos. Que empezaban ser partícipe de esta melodía. Una sombra cruel y cadavérica se posaba sobre aquel ser. Siendo casi una hermana consejera, aquella denominada por “La muerte”. Daba explicaciones a una simple regla primordial… “El conocimiento mata” había leído esto, en un sinfín de alquimistas donde relataban sus conocimientos.
Había hecho caso omiso a tal regla, pero no obstante aún continuaba atado a la sociedad. Debía ser aspirante a la universidad y forjar un “destino” convencional. Pero dado los avances y hechos nada será tan “convencional” como desearía. Aquel pensamiento, “vivir una vida simple y convencional” había salido de todo ordena hace mucho. Pero no obstante se mantenían los gustos e intereses.
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