Lunes por la mañana

Lunes por la mañana

“Jamás acepté que la práctica educativa

debería limitarse sólo a la lectura de la palabra,

a la lectura del texto, sino que debería incluir

la lectura del contexto, la lectura del mundo.”

                                                                                                                       Paulo Freire

Así como cualquier otro lunes, comienza un nuevo día, pero con la misma rutina de siempre. Ir al colegio, trabajar, quedarse postrado en una cama, buscar la forma de comunicarse intentando relacionarse con el otro, una monótona vida de una sola dirección. Pues bien, hagamos un pequeño cambio en esto y démosle otro sentido.

Es esencial explicar, en primer lugar, dos conceptos claves para la educación que son inclusión y calidad educativa. Refiriéndonos al primero de ellos, lo entenderemos como:

La educación inclusiva puede ser concebida como un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los educandos a través de una mayor participación en el aprendizaje, las actividades culturales y comunitarias y reducir la exclusión dentro y fuera del sistema educativo (…) El objetivo de la inclusión es brindar respuestas apropiadas al amplio espectro de necesidades de aprendizaje tanto en entornos formales como no formales de la educación. (UNESCO, 2005, pág. 14.)

Lo que queremos explicar con esto, es que la inclusión no hace solo referencia a integrar a niños con algún tipo de discapacidad al sistema educativo y social como tal, sino más bien, como un proceso en el cual se eliminen todas las barreras que existen en el aprendizaje e integración de todos los estudiantes por igual, es decir, por ejemplo, todos los niños de la escuelita de San Javier puedan asistir a ella sin importar su origen, sus condiciones o sus capacidades individuales, recibiendo una educación digna para todos atendiendo a la convivencia y a la diversidad.

Asimismo, tenemos el concepto de calidad educativa y si bien tiene muchas apreciaciones tanto en el ámbito empresarial como educativo, nos centraremos solo en una de ellas que es la categoría subjetiva del término:

En la “relatividad” de la calidad está implícita la idea de su subjetividad, entendida en el sentido weberiano como “significado promedio o aproximado de algo que le otorgue un grupo de personas” (Weber, 1984, p. 26). En efecto, lo que parece de buena calidad a algunos puede parecer de muy baja calidad para otros. Y dado que la idea de lo que es la calidad y lo que no lo es se forma en el proceso de comunicación entre los individuos de una sociedad, el concepto de la calidad se convierte en una representación social, o realidad social, construida intersubjetivamente y regida por normas consensuales. (Bondarenko, N. Educere 2007, pág. 619)

Esperando que con esto se entienda que la calidad educativa va variando según la realidad social en que se esté inmerso. En el caso de Chile esta calidad se evaluada mediante pruebas como PISA, TIMMS, entre otras. Que arrojan resultados totalmente negativos en cuanto al panorama educación en comparación a países con PIB per cápita similar al nuestro (comparación PISA 2012).

Ahora bien, qué significa todo esto para nosotros. Pues, primero que nada, nos dice explícitamente que Chile es un país en el cual existe una segregación totalmente abismal en el plano educacional, geográfico, social y económico, intentando, según nos dicen los altos mandos, ir en busca de una educación inclusiva y de calidad, pero que claro esta no se ve ningún avance significativo para lograr esto.

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