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Malala.


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2016  •  Trabajos  •  3.155 Palabras (13 Páginas)  •  326 Visitas

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INTITUTO POLITECNICO NACIONAL[pic 1]

Cecyt 6 “Miguel Othón de Mendizábal”

Malala Mi Historia

Malala Yousafzai con Patricia McCormick

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Nombre: Vázquez Hernández Geraldine

Grupo: 1IM14

Resumen

(Primera parte)

Antes de los talibanes

Malala una niña que a simple vista es como cualquier otra, que le gustan los cupcakes, la pizza, el color rosa y pasa delante del espejo probándose peinados.

Es pashtún, miembro de una tribu repartida entre Afganistán y Pakistán.

Hasta sus quince años de vida vivió en Mingora , la cuidad más grande del valle de Swat que era conocido por sus altas montañas, sus verdes colinas y sus ríos cristalinos , ahí vivo con su padre, Ziauddin, su madre, Toor Pekai y sus dos hermanos Kushal y Atal.

Lo que origino que llevara este nombre se debió a la gran heroína pashtú Malalai.

Con sus hermanos solía correr por las callejuelas próximas a su casa, jugando corre que te pillo, mango, mango, chindakn (rana), policías y ladrones y su favorito Cricket. Cuando no jugaba con sus hermanos por lo regular hablaba con su vecina Safina, el código para que esta le contestara era dar unos golpecitos en la pared y retiraban un ladrillo y por el hueco que dejaban las dos casas podían susurrar. A veces veían juntas su programa favorito Shaka laka boom boom, que se trataba de un chico con un  lápiz mágico ó trabajaban haciendo muñecas para una casita de cartón.

Una vez llego a tener un problema con Safina pues aseguraba que ella le había robado su único juguete y Malala tomo la decisión de robarle cosas también, cuando su madre la descubrió regreso las cosas y pidió una disculpa a Safina y a sus padres. Su padre no la reprendió y la consoló hablándole sobre los errores que los grandes héroes habían cometido de pequeños, y se refirió a un proverbio de una historia que su padre solía contarle: - De niño, un niño es u  niño, incluso si es un profeta-.

La casa de Malala siempre estaba llena de gente, porque uno de los principios más importantes del código pashtunwali es la hospitalidad. Su madre y las mujeres se reunían  en el porche en la parte de atrás de la casa y cocinaban, reían y charlaban sobre joyas, ropa y otras mujeres, mientras su padre y los hombres se reunían en la habitación de invitados, bebían té y hablaban de política.

Malala se sentía atraída hacia el mundo de los hombres y se sentaba a los pies de su padre a escuchar la conversación. Cuando estaba con las mujeres le sorprendía verlas sin los pañuelos, y ver sus hermosos rostros pintados con henna ya que por el código purdah, se cubren en público. Algunas se ponían un velo que les tapaba la mayor parte del rostro: el niqab. Pero otras llevaban burkas: largas túnicas negras que les cubrían la cabeza y la cara además de que las mujeres debían caminar unos pasos detrás de sus maridos y estaban obligadas a bajar la vista cuando se cruzaban con un varón. Las niñas desaparecían entre los velos cuando llegaban a la adolescencia, a Malala le parecía injusto vivir confinada bajo los velos y desde pequeña decía que hicieran lo que hicieran las demás niñas, ella nunca se cubriría la cara así porque consideraba que su cara era su identidad; a su madre esto le escandalizaba y a sus parientes les parecía que era muy atrevida, sin embargo su padre de decía todos- Malala será libre como un pájaro-.

Las competiciones de cometas era un juego emociónate, lleno de escapadas y caídas imprescindibles, pero le parecía un poco triste cuando las cometas caían al suelo, quizá porque creía que a su futuro le cortaría las alas por ser niña, ya que cuando fuera mayor debería cocinar y limpiar para sus hermanos además de abandonar sus sueños.

Cuando nace un niño en Pakistán, se celebra por todo lo alto. Se hacen disparos al aire. Se dejan regalos en la cuna del bebe. Y el nombre del niño se escribe en el árbol genealógico. Pero cuando nace una niña, nadie visita a los padres, y las mujeres solo muestran empatía hacia la madre pero su padre no hizo caso de estas costumbres y escribió en tinta azul brillante su nombre en el árbol genealógico, el de ella fue el primer nombre femenino en trescientos años.

Cuando Malala comenzó a leer a la edad de cinco años, su padre se jactaba ante sus amigos:- fíjense en esta niña – decía- está destinada a algo grande-. Ella era afortunada respecto a las otras niñas, pues su padre dirigía una escuela y a pesar de que esta era un lugar humilde que contaba solo con pizarras y tizas para ella un paraíso y decía- La escuela era mi mundo y mi mundo era la escuela-.

Durante las fiestas del Gran Eid y del Pequeño Eid, visitaban Shangla, una aldea situada en las montañas y en donde se habían criado sus padres. Gran parte de su población era muy pobre y no tenían comodidades modernas como hospitales y mercados.

Cuando ella se encontraba en la aldea se comportaba como un chica de campo, por la mañana se levantaba con el canto del gallo mientras las mujeres preparaban el desayuno, comía miel directamente de la colmena, jugaba con los demás niños rayuela o cricket, por la tarde los chicos iban a pescar mientras las niñas bajan al rio a jugar su juego favorito: las bodas.

La vida de las mujeres en las montañas no era fácil, no había tiendas, ni universidades, ni hospitales, ni doctores, ni agua limpia, ni electricidad. Muchos hombres se iban a trabajar en la construcción de carreteras y minas muy lejos de la región y enviaban dinero a casa, pero también muchos otros nunca regresaban.

Es muy frecuente que las mujeres no sepan leer y escribir en el país porque sus padres no las mandan a la escuela porque no consideran a sus hijas miembros valiosos  de sus familias, porque serán entregadas en matrimonio muy jóvenes.

Además de que en esta cultura hay que respetar a los mayores, inclusos cuando están equivocados.

Una vez le pregunto a su padre que porque trataban tan mal a las mujeres en su país; este le respondió que la vida para las mujeres era aún peor en Afganistán, donde un grupo llamado “Talibanes” se había apoderado del país. Ellos habían quemado los colegios de niñas y todas las mujeres estaban obligadas a llevar una forma rigurosa de burka.

Aquella vez fue la primera en que  oyó hablar sobre los talibanes, lo que no sabía era que no solo estaban en Afganistán.

Por lo general Malala solía hablar con dios y decirle sus plegarias, una vez cuando tenía ocho años le pio que  le concediera el lápiz mágico como el de Shaka Laka Boom Boom porque creía que con este podría cambiar al mundo, pero un día que fue a tirar el desperdicio se encontró en el basurero a unos niños que estaban revisando entre la basura y corrió a contarle a sus padre y estos le explicaron que trabajaban para mantener a sus familias, entonces comprendió que ella tenía que hacer algo para poder cambiar al mundo y también que fue voluntad de dios que viera a esos años por que le estaba mostrando como seria su vida si no tuviera la oportunidad de ir al colegio.

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