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Mecanismos De Defensa


Enviado por   •  19 de Julio de 2012  •  3.591 Palabras (15 Páginas)  •  736 Visitas

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EL YO Y LOS MECANSMOS DE DEFENSA DE ANNA FREUD

Resumen del texto

Este libro, desde el punto de vista de la teoría psicoanalítica, es uno de los más importantes realizados hasta el presente por ser en su conjunto considerado como muy completo. En efecto, los aportes a la psicología del Yo sobre los problemas de conducta así como la técnica misma del psicoanálisis son de relevancia. Los mecanismos defensivos que el yo utiliza para solucionar los conflictos que lo acosan son la consecuencia real de las necesidades vitales planteadas por los instintos y la imperiosa necesidad simultánea de adaptación al medio ambiente o mundo exterior. En consecuencia, la conducta de cualquier ser humano está guiada por las reacciones inconscientes del Yo, así como las conscientes que integran parte de la mente humana.

Este libro redescubre la importancia de las nociones esenciales o básicas de la personalidad humana para aprender las manifestaciones patológicas en idéntica importancia que las normales. La investigación psicoanalítica sobre los procesos mentales generó el descubrimiento de las reacciones defensivas del Yo lo que obligó a modificar ciertos conceptos y doctrinas que permitieron seguir avanzando en dicho campo.

Definición del Psicoanálisis. Para Anna Freud, en cierto período del desarrollo de la ciencia psicoanalítica, el estudio del yo individual era hasta impopular. Tal vez porque varios analistas pensaban que cuanto más profundo se iba en la vida anímica mas se lograría. El psicoanálisis entonces se resumía al estudio del psíquico inconsciente, esto significaba el estudio de los instintos reprimidos y de los afectos y fantasías.

Anna Freud propone un viraje en tales conceptos, para ella es importante la adaptación del niño tanto como el adulto en la sociedad o mundo exterior, la salud y su diferencia con la enfermedad. Anna Freud analiza que en la época de su padre psicoanálisis y psicología profunda eran sinónimos. Para la autora el psicoanálisis tenía como objeto el estudio del Yo y sus perturbaciones. La investigación del ello solo servía como medio para llegar a ese fin que era el estudio del Yo. Es precisamente en los trabajos freudianos (Sigmund) de Psicología de las masas y análisis del yo, Más allá del principio del placer, donde S. Freud orienta al psicoanálisis sobre la centralización del estudio del Yo. Y es en estos trabajos donde la Psicología Profunda pasa a ser tan solo una parte del Psicoanálisis.

Anna Freud, luego de hacer esta referencia, define la tarea del Psicoanálisis como aquella que busca adquirir el mayor conocimiento posible sobre las tres instancias psíquicas que constituyen la personalidad psíquica del individuo así como las relaciones de estas entre sí y con el mundo exterior.

En lo referente al Yo, Anna define la tarea como el estudio de sus contenidos, límites, funciones, relaciones con ello, superyó y mundo exterior.

En su relación con el ello resalta la importancia del estudio de la descripción de los instintos, los contenidos del ello y el estudio de sus transformaciones. El inconsciente o ello solo puede conocerse gracias a los derivados que viajan al preconsciente o inconsciente. Si desde el Ello los instintos no van al Yo para buscar su gratificación o producen sentimientos de tensión y displacer se carece entonces de elementos que nos permitan conocer sus contenidos. El superyó, por el contrario, tiene contenidos conscientes que facilitan su indagación salvo cuando esta armonizado con el Yo. En ese caso pueden coincidir cuando no lo capta un observador. Y la única diferenciación aparece cuando el superyó enfrenta al yo de forma hostil o crítica, en los que se presentan sentimientos de culpa. En el yo debemos capturar las imágenes de otras dos instancias. Observando al yo podemos adentrarnos a la vida psíquica del individuo. El yo se limita a observar al Ello cuando entre estos no hay grandes problemas. Los instintos van del ello al Yo y este pone en función el aparato motor para satisfacerlos. El yo siente que la tensión generada por el instinto genera un displacer que al satisfacerlo se vuelve placer. Cuando un instinto viaja al yo, este debe verificar el campo de la realidad para cumplir lo deseado y pasar la censura ética y moral de superyó. Cuando el impulso es reprimido o bien cuando llega a la conciencia y se forma una defensa del yo, estos están uno junto a otro por escasos instantes gracias a el poder de síntesis del Yo.

A. Freud ve un tanto inútil el método de hipnosis para trabajar sobre el Yo pues dicho método solo elimina el Yo para buscar o profundizar en el Ello. Cuando se trato en el caso de Histeria se percibió que el Yo existía pues al encontrarnos con el Ello habíamos descubierto que suprimimos algo que le impedía aflorar que era precisamente el Yo.

La asociación libre de ideas que sustituyó al anterior método, el paciente hablara sin buscar coherencia sugiriéndosela al Yo que tome un papel inactivo. Ahora si se le permite al Ello que exponga sus instintos, pero de antemano se establece que no se pondrá en marcha el aparato motor para satisfacerlos, evidentemente nos encontraremos con dificultades. La interpretación de los sueños por parte del analista también produce una asociación libre constante que se basa en la nulidad de actividad motora por lo cual va a existir censura generando resistencia y deformando las asociaciones.

La interpretación de los símbolos tienen de para A. Freud relaciones constantes y universalmente validas que nos permiten sacar conclusiones sobre las manifestaciones conscientes de lo inconsciente sin romper la defensa del Yo. La técnica de la traducción del símbolo nos permite bucear en las profundidades inconscientes.

Actos Fallidos, cuando el ello irrumpe generando actos fallidos por descuido de la tarea vigilante del Yo, podemos analizar ese trozo iluminado de la oscuridad del Ello. La transferencia, aquí nos encontramos en opinión de A. Freud, ante el instrumento analítico más importante y decisivo. La transferencia son aquellos impulsos que experimenta el paciente en relación a su analista, que se remontan a las vinculaciones con el objeto reavivadas en el análisis por el impulso repetitivo. El mundo afectivo del paciente queda al descubierto y esta se pueden dividir en los siguientes tipos: Transferencia de impulsos libidinales. Amor, odio, celos, angustia. Transferencia de la defensa, donde las transferencias son defensivas generando una maniobra de camuflaje.

Actuación en la trasferencia, donde se actúa fuera del análisis.

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