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Mi Vida Imperfecta


Enviado por   •  9 de Junio de 2014  •  587 Palabras (3 Páginas)  •  123 Visitas

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Hola, mi nombre es Mónica Figueroa y esta mañana vengo a contarles un poco de mi testimonio de vida.

A los 18 años, en el año 2006, yo era una chavita ordinaria, sin nada especial que contar o que hacer. A la cual nadie hubiera invitado a dar una charla hoy. Pasaron dos acontecimientos importantes, que me han formado para ser la mujer que soy hoy. Primero, en febrero de ese año, conocí a Dios. Él empezó a ser una persona en mi vida, no solamente ese Dios que escuchamos que está en la iglesia y hay que ir los domingos a escuchar sobre Él, nooo, empecé a conocer de Él y debido a eso yo empecé a cambiar. Empecé a interesarme por el bien de alguien más que yo. Por querer servirle y conocerlo cada vez más. Entonces, mientras iba en ese camino tratando de entender qué es lo que Dios quería para mí, qué quería que hiciera para servirlo, a finales de ese mismo año empecé a tener dolor y visión borrosa en un ojo, tenía una neuritis óptica. Fui de doctor en doctor, hasta que me dieron el diagnóstico, esclerosis múltiple. En ese momento lo tomé a ligera, pensando bueno, ya sé que tengo, solo me dan algo y ya. Pasó el tiempo y la esclerosis empezó a afectar mi cuerpo, ahí es cuando la empecé a sentir real en mí y tenía que tomar medicina y hacer lo que el doctor dijera sí o sí.

Al ir afectando mi cuerpo, también empezó a afectar mi autoestima. Me costaba caminar y no quería que nadie me viera, me alejé de mis amigos, solo salía si tenía que hacerlo porque había empezado a estudiar en la universidad y tenía que terminar, y ya. Me daba vergüenza que me vieran caminando con dificultad, usar un bastón, un andador o silla de ruedas era un suicidio social para mí, qué iba a decir la gente, ya no van a querer hablarme. Ahora pienso, que vergüenza esa persona que era, que ridícula, que ignorante, que vacía. Cualquier persona que dejará de hablarme por eso, pues qué bueno, gracias a Dios salió de mi vida. Pero regresando a esos años, yo no entendía el propósito de la enfermedad y mucho menos de la discapacidad. Yo siempre le busco el por qué a todo y pensaba, si Dios tiene un propósito para todo, cuál es el propósito de esto. Por qué a mí? Lo veía como una maldición. Empecé a morir por dentro, a morir a mis sueños pensando que de esa forma no los iba a lograr, porque según yo, si no puedo caminar, no puedo llegar. Las personas a mi alrededor, mi familia, mis amigos, mis líderes de la iglesia, siempre me motivaban, y yo, iba cambiando y entendiendo poquito a poquito. Me gradué de la universidad y después me certifiqué como traductora jurada, luchando pero aún con miedo y vergüenza por ser así “anormal” Empecé a trabajar desde mi casa, seguí escondiéndome, pero poquito a poquito Dios iba poniendo una semillita en mí de yo puedo, yo puedo, yo puedo. Empecé a tener terapia física, ahí está mi terapista, buscando mejorar, empecé a buscar

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