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Nutrientes En Cultivo De Citricos


Enviado por   •  16 de Octubre de 2014  •  1.232 Palabras (5 Páginas)  •  177 Visitas

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El calendario de fertilización de cítricos llega a su fin en el mes de noviembre, momento que aprovechamos para recordar las carencias nutricionales de nuestros agrios, que son de vital importancia conocer para corregir a lo largo del próximo plan de abonado.

Antes de entrar en materia, conviene señalar que un cultivo puede presentar deficiencia de un elemento mineral por dos razones básicas:

- por la naturaleza del propio suelo, que sea pobre en el elemento en cuestión.

- por no ser asimilable para la planta, a pesar de estar presente el elemento en el suelo, ya sea por un pH inadecuado o por antagonismos entre elementos.

La fertilización en plantaciones comerciales hoy en día no se puede concebir sin los análisis que nos permitan conocer el estado de nuestro suelo (análisis de suelo) y cómo repercute su fertilidad en el cultivo (análisis foliar). No obstante, es una herramienta muy valiosa para técnicos y agricultores el poder detectar en campo cualquier posible anomalía nutricional mediante un diagnóstico visual.

A continuación se exponen las posibles carencias de los cítricos, aunque las más comunes suelen ser por falta de hierro, zinc, manganeso y magnesio.

NITRÓGENO

Es el elemento más importante, influye en el crecimiento, floración, rendimiento y calidad de la cosecha.

Síntomas

Amarilleo generalizado de hojas, más acusado en los nervios. Los síntomas comienzan en las hojas más viejas y son más intensos en las que están próximas a frutos.

Hay un menor número de hojas, y son de tamaño inferior al normal, además el árbol presenta falta de vigor.

Los frutos son más pequeños y tienen la corteza fina. Por exceso de nitrógeno la corteza se vuelve excesivamente gruesa, apareciendo la alteración fisiológica conocida como clareta o creasing, en la que el fruto presenta unos abultamientos característicos. Además, la planta presenta un excesivo vigor, siendo más propensa al ataque de algunos parásitos.

Corrección

Pulverización foliar con urea en cualquier época del año, mejor en primavera.

Abonado nitrogenado en forma de nitratos fraccionándolo en primavera y verano, o amoniacal aplicado a finales de invierno.

FÓSFORO

Es una carencia poco frecuente y difícil de detectar.

Síntomas

Las hojas viejas palidecen, perdiendo su brillo característico y son más pequeñas.

Se reduce la floración, los frutos que presentan falta de zumo, desarrollan una corteza muy gruesa y los gajos se separan con facilidad.

Corrección

Abonado fosforado, que al fijarse rápidamente al suelo se puede aplicar en cualquier época, preferentemente a comienzos de primavera. Los fertilizantes aplicados al suelo son superfosfato, fosfato amónico, etc., y en fertirrigación ácido fosfórico.

POTASIO

Su deficiencia suele limitarse a suelos de textura arenosa o con alto contenido en caliza. Los síntomas son poco específicos.

Síntomas

Precisa de análisis foliares para su detección. Las hojas viejas se enrollan y se desprenden con facilidad. Las plantas se vuelven más sensibles a la sequía y al frío.

Los frutos son más pequeños, de corteza fina, poco ácidos, y cambian de color de forma prematura. Este elemento en exceso reduce la calidad de los frutos y hace que se pudran con mayor facilidad.

Corrección

Nitrato potásico en pulverización foliar al 2-3%. No aplicar a caída de frutos.

Al suelo: sulfato potásico o un fertilizante N-P-K con alta cantidad de potasio. En fertirrigación se emplea nitrato potásico.

MAGNESIO

Síntomas

Amarilleo en forma de V invertida en el ápice de la hoja, especialmente en las hojas viejas.

Disminuye el rendimiento y calidad de la cosecha.

En exceso produce la desecación de la pulpa por el haz central, alteración del fruto conocida como granulosis.

Corrección

En pulverización foliar: nitrato de magnesio o sulfato de magnesio.

Aplicado al suelo: Sulfato de magnesio (0,25-2 kg/árbol), en primavera o verano.

La absorción de magnesio queda bloqueada a elevada concentración de sus antagosnistas iónicos: el calcio y el potasio.

HIERRO

Es la carencia más habitual, propia de suelos alcalinos, donde aún existiendo hierro, este se encuentra retenido por el calcio procedente del carbonato cálcico existente en el suelo, de manera que no puede ser asimilado por la planta.

Síntomas

Amarilleo de hojas jóvenes, permaneciendo los nervios

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