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Obesidad infantil


Enviado por   •  7 de Abril de 2014  •  Tareas  •  5.372 Palabras (22 Páginas)  •  311 Visitas

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Obesidad infantil

• Obesidad infantil:

a) Definición.

b) Enfermedades causadas por la obesidad.

• Causa de dichas enfermedades:

a) Ignorancia de los padres.

b) Falta de ejercicio.

• Enfermedades más comunes:

a) Enfermedades cardiovasculares.

b) Accidente cerebro vascular.

c) Cáncer.

d) Trastornos psíquicos.

e) Diabetes.

• Soluciones:

a) Genéticos.

b) Ambientales.

c) Dietéticos.

d) Psicológicos.

OBESIDAD INFANTIL

Se considera obesidad a un exceso de peso corporal, a expensas fundamentalmente de la masa grasa, situación que altera la salud del individuo y lo pone en riesgo de desarrollar una enfermedad crónica. Clínicamente, un niño se considera obeso cuando su peso supera en más de un 20% el peso medio ideal para su edad, talla y sexo. Para mayor certeza diagnóstica, esto debería ser complementado con algún índice que permita estimar grasa corporal, como por ejemplo, la medición de pliegue tricipital.

El peso para la edad, en forma aislada, no es un buen indicador porque pueden ser catalogados como obesos niños con talla por encima de la media o niños con mayor desarrollo muscular y cantidad normal de tejido graso, o a la inversa, ser considerados normales niños de baja estatura con escasa masa magra y exceso de grasa corporal.

La obesidad es una enfermedad crónica, progresiva e incurable de forma espontánea. Por lo tanto, es sumamente valiosa la intervención de padres y personal médico.

Ellas incluyen:

1.-Aumento en la presión arterial (hipertensión).

2.-Aumento de los niveles del colesterol general, especialmente del "colesterol malo".

3.-Altos niveles de insulina en la sangre.

4.-Problemas respiratorios al dormir (apnea de sueño).

5.-Problemas ortopédicos, especialmente de articulaciones.

6.-Problemas hormonales.

La elección de los alimentos por parte de los padres para confeccionar una dieta equilibrada para toda la familia y la realización de actividad física a diario son los factores que más pueden contribuir a que los niños non presenten sobrepeso.

Muchos padres tienen que dividirse entre las múltiples tareas, laborales y domésticas, y les resulta más cómodo ofrecer una comida rápida a sus hijos. Empiezan con los bollos industriales, siguen los "nuggets" (rebozados preparados de pollo), y terminan con las chuches. Día tras día, estos hábitos alimenticios se convierten en una mala costumbre. Las comidas resultan muy atractivas por su aspecto, pero no llevan los nutrientes ni las vitaminas necesarias para que los niños crezcan sanos y fuertes.

Para esos padres, normalmente los que nunca tienen tiempo, lo más importante es saciar el hambre de sus hijos, sin preocuparse si están o no comprometiendo el futuro de su salud. Los padres, del mismo modo que muchos abuelos, también pecan con la preocupación exagerada por la cantidad de comida que consumen los niños. Les ofrecen unos menús sin considerar los controles cuanto a las grasas, azúcares, y otros componentes que solo engordan.

Existen, además del mal hábito alimentario y la falta de actividad física, que son los que encabezan los motivos por los que la sociedad tenga sobrepeso, otros factores que determinan la obesidad infantil. Puede haber influencias sociales, fisiológicas, metabólicas y genéticas. Un niño con padres obesos, por ejemplo, estará predispuesto a ser obeso también. Sea por una cuestión social, de mal hábito alimentario, o por genética. También se puede presentar obesidad en caso de que el niño sufra algún trastorno psicológico.

Enfermedades cardiovasculares

La causa principal de fallecimiento en personas obesas son las enfermedades cardiovasculares. A diferencia de alguien con un peso normal, el riesgo de sufrir una enfermedad de este tipo se triplica en comparación a una persona obesa.

Una enfermedad cardiaca se produce por la formación de la placa de ateroma, una acumulación de materia grasa que obstruye las arterias coronarias, las cuales llevan el oxígeno y los nutrientes al corazón.

Así, aumenta la posibilidad de sufrir una falta crónica de oxígeno con algún esfuerzo físico pequeño, lo cual puede producir incluso un infarto de miocardio.

Accidente cerebrovascular

De forma similar a un accidente cardiovascular, una persona obesa puede sufrir lesiones en las arterias cerebrales que pueden desprenderse total o parcialmente, dando como resultado daños cerebrales por falta de riego a éste órgano.

A medida que el exceso de peso aumenta, lo hace también la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular que puede causar la muerte del afectado.

Distintos tipos de cáncer

Diversos estudios a lo largo de la historia de la medicina, demuestran que existe un mayor riesgo de padecer cáncer de esófago, colon, recto, hígado, vesícula biliar, páncreas y riñón, mama y útero cuando se es obeso. El riesgo de padecer este tipo de enfermedad es un 50% mayor que en personas de peso normal.

En el caso de los tumores del tubo digestivo, se conoce que la causa más verosímil del aumento del riesgo de cáncer de esófago es el reflujo de jugo gástrico desde el estómago al esófago (conocido como reflujo gastroesofágico), lo que usualmente ocurre en las personas obesas y da lugar a ardores de mayor o menor intensidad.

Depresión y otros trastornos psíquicos

Suele ser común, y afecta a personas obesas de todas las edades. El sobrepeso puede conllevar a una falta de aceptación social, lo que sumado a una exclusión a menudo produce una depresión.

En el caso de las mujeres, se ha demostrado una relación proporcional entre la obesidad y la depresión. En cambio los hombres no presentan mayor grado de depresión debido a su sobrepeso.

Diabetes

Un obeso puede tener hasta 8 a 10 veces más probabilidades de desarrollar diabetes mellitus tipo II. Las consecuencias de ésta maligna enfermedad son muchas y se presentan en forma progresiva, llegando a provocar insuficiencia renal, insuficiencia arterial, ceguera, infarto y/ó insuficiencia cardiaca, infecciones, trastornos circulatorios que pueden llevar a amputación de miembros, etc.

Cuando nos planteamos la problemática de la obesidad infantil, nos enfrentamos a una serie de cuestiones asociadas a sus causas, consecuencias y posibles abordajes.

Con respecto a las causas, sabemos que esta patología puede responder a una serie de factores:

Genéticos - metabólicos.

Ambientales- vinculados al estilo de vida como el sedentarismo asociado en estos tiempos a la cantidad de horas que los niños pasan frente a la televisión y la computadora.

Dietéticos- dieta rica en grasas (comida chatarra).

Psicológicos- bajo nivel de autoestima, altos niveles de ansiedad, depresión y pasividad, conductas bulímicas.

Pensando en las posibles causas a nivel psicológico, solemos encontrarnos con niños obesos que aprenden a tomar la comida para llenar ciertos "vacíos" que suelen tener que ver con la falta de sostén, contención, afecto y la construcción de estilos de afrontamiento ineficaces.

La comida, entonces, viene a aliviar insatisfacciones, para calmar de este modo la angustia y la ansiedad. Están presentes dificultades para identificar emociones, no pudiendo distinguir hambre de saciedad, ni hambre de otras sensaciones o sentimientos. Algo a nivel psicológico no puede ser procesado, quedando atrapado en el cuerpo.

Es por ello, que el tratamiento del niño obeso, y del obeso en general cualquiera sea su edad, debería contemplar un enfoque interdisciplinario incorporando lo médico, nutricional y psicológico, donde el papel de la familia sea fundamental. La familia debe entender la envergadura de lo que está sucediendo y acompañar al niño en su tratamiento. En tal sentido, la escuela también tiene un lugar, sobre todo a lo que prevención se refiere, promoviendo hábitos saludables y un espacio para la actividad física.

Pruebas y exámenes:

El médico llevará a cabo un examen físico y hará preguntas acerca de la historia clínica, hábitos alimentarios y rutina del ejercicio de su hijo.

Se pueden hacer exámenes de sangre para buscar problemas tiroideos o endocrinos, los cuales podrían llevar al aumento de peso.

Los expertos en salud infantil recomiendan que a los niños se les hagan exámenes para la obesidad a la edad de 6 años. El índice de masa corporal (IMC) de su hijo se calcula usando la estatura y el peso. Un médico puede usar el IMC para calcular aproximadamente cuánta grasa corporal tiene su hijo.

Sin embargo, medir la grasa corporal y diagnosticar la obesidad en los niños es diferente a medir estos parámetros en los adultos.

Tratamiento:

CÓMO APOYAR A SU HIJO

El primer paso para ayudar a su hijo a lograr un peso saludable es consultar con su médico. El médico puede ayudarle a establecer metas saludables para bajar de peso y ayudar con el monitoreo y apoyo.

Trate de lograr que toda la familia se una al plan para bajar de peso, incluso si la pérdida de peso no es la meta para todos. Los planes para bajar de peso en los niños se enfocan en hábitos de estilo de vida saludables que es algo bueno para cualquier persona.

Tener el apoyo de los amigos y la familia también puede ayudar a que su hijo baje de peso. Ver también: apoyar.

CAMBIAR EL ESTILO DE VIDA DE SU HIJO

Comer una dieta balanceada significa que su hijo consume los tipos y cantidades correctas de alimentos y bebidas para mantener su cuerpo saludable.

• Sepa qué tamaño de las porciones debe comer su hijo para satisfacer las necesidades de su cuerpo con respecto a los nutrientes, sin obtener demasiado de algunos e insuficiente de otros.

• Abastezca su despensa y refrigerador con alimentos saludables. Ver también: compra de comestibles saludables.

• Escoja una variedad de alimentos saludables de cada uno de los grupos de alimentos y coma alimentos de cada grupo en cada comida.

• Aprenda más respecto a comer saludable y salir a comer.

Escoger refrigerios y bebidas saludables para sus hijos es importante, pero puede ser un reto. Ver también: refrigerios.

• Las frutas y verduras son buenas opciones para los refrigerios saludables. Están llenas de vitaminas y son bajas en calorías y grasa. Algunas galletas y quesos también son buenos refrigerios.

• Evite los refrigerios de comida chatarra como papitas fritas, dulces, pasteles, galletas y helado. La mejor manera de evitar que los niños consuman comida chatarra u otros refrigerios malsanos es no tener estos alimentos en su casa.

• Evite las gaseosas, las bebidas para deportistas y las aguas saborizadas, sobre todo las que vienen preparadas con azúcar o jarabe de maíz. Estas bebidas están llenas de calorías y pueden llevar al aumento de peso, incluso en los niños activos. De ser necesario, escoja bebidas con edulcorantes artificiales (sintéticos).

Los niños no deben ver más de dos horas de televisión al día. Esto puede ser difícil debido a que ver televisión es parte de su rutina diaria. Ver también: tiempo de pantalla y los niños.

Los niños deben tener muchas posibilidades de jugar, correr, montar en bicicleta y practicar deportes durante el día. Los expertos recomiendan que ellos hagan 60 minutos de actividad moderada todos los días. Actividad moderada significa que usted respira y su corazón palpita más rápido de lo normal. Si su hijo no es un atleta, encuentre maneras de motivarlo a ser más activo. Ver también: el ejercicio y la actividad en los niños.

EN QUÉ MÁS PENSAR

Usted puede ver anuncios de fitoterapia y suplementos que afirman que ayudarán a bajar de peso. Pero muchas de estas afirmaciones no son ciertas y algunos de estos suplementos pueden tener efectos secundarios serios. Hable con su médico antes de dárselos a su hijo.

Los medicamentos para bajar de peso no se recomiendan para los niños.

La cirugía bariátrica se está realizando actualmente en algunos niños, pero sólo después de que completan su crecimiento. Ver también: cirugía para bajar de peso en los niños.

Posibles complicaciones

Un niño que tenga sobrepeso o que sea obeso es más propenso a tener sobrepeso u obesidad como adulto. Los niños obesos ahora están desarrollando problemas de salud que solían verse sólo en los adultos. Cuando estos problemas empiezan en la niñez, se vuelven con frecuencia más graves cuando el niño se convierte en un adulto.

Los niños con obesidad están en riesgo de presentar estos problemas de salud:

• Glucosa (azúcar) alta en la sangre o diabetes

• Presión arterial alta (hipertensión)

• Colesterol y triglicéridos elevados en la sangre (dislipidemia o grasas elevadas en la sangre)

• Ataques cardíacos debido a cardiopatía coronaria, insuficiencia cardíaca congestiva y accidente cerebrovascular posteriormente en la vida

• Problemas óseos y articulares: más peso ejerce presión en los huesos y las articulaciones. Esto puede llevar a osteoartritis, una enfermedad que causa dolor y rigidez articular.

• Detención de la respiración durante el sueño (apnea del sueño). Esto puede causar fatiga diurna o somnolencia, atención deficiente y problemas en el trabajo.

Las niñas obesas son más propensas a no tener períodos menstruales regulares.

Los niños obesos con frecuencia tienen baja autoestima. Ellos son más propensos a ser fastidiados o intimidados y pueden tener dificultad para hacer amigos.

Un estudio de la Universidad de Carolina del Norte (UNC) reveló que la manera en que muchos padres, entre ellos progenitores hispanos, alimentan a sus hijos cuando son infantes está relacionada con la obesidad infantil.

Responsables de la obesidad infantil

La investigación, dada a conocer por la revista "Pediatrics", revela, entre otros datos, que los padres latinos fueron "encontrados culpables" de empujar la leche para que el infante se acabe la toda la botella, y de no colocar al bebé en la posición "de barriga" para jugar y ejercitarse.

Para un estudio sobre hábitos de alimentación, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de North Carolina entrevistaron a 863 padres, en su mayoría hispanos (un 50 % del total), además de un 27 % de afroamericanos y un 18 % de angloamericanos.

El estudio muestra que el 45 % de los padres con bebés alimentan a sus hijos con fórmula, en contraste con el 19 % que prefiere la leche materna, y el 12 % con alimentos sólidos.

A su vez, un 23 % le da el biberón al bebé en vez de sostenerlo durante la alimentación, lo que genera una sobrealimentación, mientras que un 90 % de los infantes fueron puestos a ver televisión después de comer sin motivación a realizar ejercicio.

Para evitar desperdicios y asegurar que se alimentó

María Pérez, residente de Charlotte y madre de una bebé de un mes de nacida, comentó a la agencia de noticias Efe que no permite que su pequeña deje el biberón con leche, y que trata que se lo termine para asegurarse que se "alimentó".

"No puedo darle pecho porque no tengo leche, y creo que es mejor, ya que con el biberón me aseguro que haya comido bien. La alimento a cada rato", resaltó la joven de 23 años.

Para los investigadores, de no corregirse este tipo de conductas por parte de padres, los niños "correrán el riesgo" de ser obesos en el futuro.

"Lo que este estudio nos ha enseñado es que debemos hacer un mejor trabajo", escribió Eliana M Perrin, autora principal del estudio y profesora asociada de pediatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.

La investigación da a conocer que un 20 % de los encuestados nutre al infante cuando comienza a llorar, que el 43 % permite que el bebé vaya a la cama con el biberón, y además un 38 % fuerza al pequeño a acabarse toda la leche.

"Los programas de consejería para los padres, en especial de las minorías y cuando sus hijos son infantes, son necesarios para que los pequeños lleven una vida más sana. Esperamos encontrar la mejor manera de hacerlo", resaltó Perrin.

Algunos otros errores que se cometen a la hora de alimentar a los niños son:

• No tener reglas a la hora de comer: los padres deben fijar normas para controlar la disciplina de sus hijos durante las comidas.

• No establecer un horario fijo: si en el hogar no hay una hora establecida para comer, el niño tenderá a comer de más.

• Ofrecerles comida chatarra: darles alimentos que no tienen escaso valor nutricional hace que el niño coma mucho, pero no esté bien alimentado.

• No variar los alimentos: elegir siempre los mismos alimentos hace que el niño no obtenga todos los nutrientes necesarios para su crecimiento.

• Reaccionar de forma negativa a la inapetencia del niño: muchos padres recurren a formas poco adecuadas para alimentar a sus hijos. Castigarlo, obligarlo a comer o servirle una porción más grande resulta muy perjudicial.

• Apurarlo a comer: acelerar el proceso de comida del niño lo obliga a comer demás y sin disfrutar los alimentos. Se debe respetar el tiempo del pequeño.

• Sobornar al niño: la técnica de dar premios al niño para que coma funciona a corto plazo pero no permite que el infante aprenda buenos hábitos alimenticios.

Solo 10% de las casos de gordura en los niños se atribuye a causas genéticas. Los padres cometen errores a diario en los hábitos de alimentación que le inculcan a sus hijos. El cambio debe comenzar en casa

Les dan de comer arepas todos los días, jugos de cartón con altas cantidades de azúcar, refrescos y malta; además de dulces en las noches, salsas y el permiso de ver televisión y jugar videojuegos a toda hora. Estos son algunos de los errores que cometen a diario los padres de familia zulianos.

Lo ideal sería sustituir la harina de la arepa por integral, incluir en la lonchera porciones de fruta, cambiar los refrescos por agua, agua saborizada, jugos naturales o refrescos sin azúcar, cuidar la cantidad de dulce, comer grasas necesarias que se encuentran en pescados y frutos secos, y siempre practicar un deporte o ejercicio.

Esto debido a que en los niños, la obesidad puede convertirse en un factor muy común si los padres no les proporcionan una buena alimentación; destacó Ana D' Scrivan, nutricionista clínica. "Cuando los niños comen más alimentos de los que necesitan, sus cuerpos absorben las calorías sobrantes para almacenarlas en adipocitos y utilizarlas después como energía. Si más adelante sus cuerpos no requieren de su uso y continúa el mismo patrón, pueden comenzar a presentar obesidad".

Entre el 28 y el 30 por ciento de la población infantil venezolana es obesa. Solo el 10 por ciento de los casos son atribuibles a causas genéticas u otros trastornos. El otro 90 por ciento de sus causas están asociadas a problemas en el ambiente que los rodea que pueden ser modificables, como el sedentarismo, consumo de azúcares simples, exceso de grasas saturadas, falta de alimentos ricos en fibras y ausencia de actividad física.

"La obesidad en los niños es producto generalmente de agentes obesogénicos en el hogar".

Mayor riesgo a enfermarse

Estudios médicos revelan que las personas obesas tienen entre dos y siete veces mayor probabilidad de padecer enfermedades respiratorias, como el asma, que una persona en su peso ideal. Esto se debe a que en el obeso, el pulmón, las paredes de la caja torácica y el diafragma se expanden menos, lo que obstruye el paso de oxigeno.

La obesidad es conocida como factor de riesgo cardiovascular, pero resulta que también se comporta como una importante afección respiratoria. Entre sus consecuencias se encuentra la insuficiencia respiratoria, que es la característica principal del síndrome de hipoventilación; el incremento de la prevalencia del asma a medida que el peso vaya en aumento; y en algunos casos la aparición de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño (SAHS).

Cómo prevenirla

• Según Ana d’ Scrivan, nutricionista, existen tres maneras efectivas para prevenir la obesidad infantil:

• Que todos los colegios comiencen a ofrecer educación alimentaria, inculcando a los niños a comer alimentos saludables.

• Que padres y educadores motiven a los niños a realizar actividades físicas, como deportes, atletismo, natación, e incluso juegos que impliquen esfuerzo corporal.

• Que los padres cambien los hábitos de alimentación en las casas.

Aumento del sobrepeso y la obesidad infantiles

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema es mundial y está afectando progresivamente a muchos países de bajos y medianos ingresos, sobre todo en el medio urbano. La prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2010 hay 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones viven en países en desarrollo.

Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenibles. Por consiguiente hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.

La obesidad infantil se asocia a una mayor probabilidad de muerte y discapacidad prematuras en la edad adulta. Los niños con sobrepeso u obesos tienen mayores probabilidades de seguir siendo obesos en la edad adulta y de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.

El riesgo de la mayoría de las enfermedades no transmisibles resultantes de la obesidad depende en parte de la edad de inicio y de la duración de la obesidad. La obesidad en la infancia y la adolescencia tienen consecuencias para la salud tanto a corto como a largo plazo. Las consecuencias más importantes del sobrepeso y la obesidad infantiles, que a menudo no se manifiestan hasta la edad adulta, son:

• Las enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes vasculares cerebrales);

• La diabetes;

• Los trastornos del aparato locomotor, en particular la artrosis, y

• Ciertos tipos de cáncer (de endometrio, mama y colon).

Los datos de 2005 muestran las consecuencias a largo plazo de un estilo de vida no saludable. Cada año mueren a consecuencia del sobrepeso y la obesidad por lo menos 2,6 millones de personas.

Más allá de las estadísticas, los múltiples problemas de salud asociados como cáncer de colon, cirrosis, gota, gastritis, diabetes mellitus, ansiedad, infertilidad y otrascomplicaciones cardiovasculares, hacen que de la obesidad sea algo alarmante.

Ni fuerte ni saludable

Hasta hace algunos años, para muchas familias, tener un hijo gordito y con llantitas era una señal de que estaba fuerte y saludable pero, contrario a ser signos de salud, la obesidad ocasiona diversos problemas en la salud física, mental y social de los niños y niñas que la padecen.

El mayor error es creer que los niños obesos no deben recibir tratamiento "porque al llegar a la edad adulta dejarán de serlo". La realidad es otra, el riesgo de que un niño obeso siga siéndolo de grande es elevado. Cuando la obesidad inicia entre los 6 meses y los 7 años, el porcentaje de los que seguirán siendo obesos en la vida adulta es del 40% y los que inician con este problema entre los 10 y los 13 años, el 70% tiene posibilidades de continuar siendo obesos.

Malos hábitos alimenticios

Si bien en algunos casos la obesidad puede ser ocasionada por problemas endocrinológicos, que deben ser atendidos por un especialista, la mayoría de las veces se debe a malos hábitos alimenticios, disgusto por ciertos alimentos como frutas y verduras, falta de ejercicio físico regular y sedentarismo.

Es el consumo excesivo de alimentos ricos en grasas o carbohidratos es otro elemento que origina sobrepeso. Y aunque no existe una cantidad exacta de comida que deban consumir los niños, ya que cada uno tiene diferentes necesidades y gustos, lo que sí es importante es evitar los excesos y nunca obligarlos a comer de más, cuando ya saciaron su apetito.

Factores de riesgo

Según los especialistas, la obesidad y el sobre peso tiene mucho que ver con el estilo de vida familiar y entre los principales factores están:

+ La genética, ya que este problema puede ser hereditario cuando alguno o los dos padres son obesos.

+ El padecer algún problema emocional o psicológico, puede desencadenar también obesidad.

+ La selección y forma de preparación de alimentos. Esto incluye un exceso de alimentos grasos o con gran contenido en carbohidratos y azúcares o con muchos condimentos y la falta de alimentos con fibra como frutas y verduras.

+El sedentarismo, es decir la falta de ejercicio físico diario.

+ El consumo excesivo de alimentos chatarra con exceso de grasa, condimentos y de bajo valor nutritivo, que se ha convertido desafortunadamente en una "opción", para los padres que trabajan y tienen muchas ocupaciones durante el día.

+ El abuso en el consumo de panes, galletas, pastas, dulces y refrescos, lo que para muchos padres no tiene importancia, porque lo que desean es saciar el hambre de sus hijos, sin preocuparse si están o no consumiendo todos los nutrimentos que necesitan para crecer sanos y fuertes.

+ La obsesión de los padres por la cantidad de alimentos que deben consumir los niños.

Menos tele y más juegos físicos

Un aspecto fundamental para el desarrollo de la obesidad infantil es el sedentarismo ya que aparte de consumir a toda hora alimentos chatarra con alto contenido en grasas y azúcares, las actividades de muchos niños se han reducido a ver televisión, jugar en la computadora o a los videojuegos que por supuesto van acompañadas por dulces, papitas y refrescos.

También influye mucho la falta de ejercicio físico regular o la práctica de un deporte, que además fomenta el desarrollo de muchos valores.

Medidas preventivas

Para prevenir la obesidad en los niños y niñas se recomienda:

+ Preparar un desayuno y comida que incluyan alimentos de los tres grupos, para que tengan energía, proteínas, vitaminas y minerales que les permitan crecer sanos y fuertes.

+ Cenar ligero.

+ Servirles cantidades adecuadas a su edad y evitar la repetición. En familias con padres obesos, suelen servir mucha cantidad de comida para los niños.

+ Impedir que coman alimentos chatarra en lugar de comidas completas.

+ Comer despacio, a una hora determinada y masticando bien los alimentos. +Comer de prisa a veces ocasiona que se quiera comer de más.

+ Poner en su lunch escolar, frutas, verduras crudas como zanahoria o pepinos, jugo de frutas con pocas calorías o agua simple, un sandwich que contenga verduras, además de las carnes frías.

+ Evitar el consumo excesivo de fritangas o alimentos fritos.

+ Controlar el consumo de dulces antes o durante las comidas.

La obesidad infantil no es algo menor, México es el principal consumidor mundial de refrescos y otras bebidas azucaradas, con un promedio de 163 litros por persona al año. Se cree que esto podría ser parte del origen del problema. Para el año 2017 la obesidad costará a México entre 70,000 y 101,000 millones de pesos.

Alejandro Cruz | México, D.F. 14 de agosto, 2013. Los niños de entre 3 y 5 años de edad que padecen obesidad van a llegar a perder 10 años de esperanza de vida, afirmó el secretario de Salud del Distrito Federal, Armando Ahued Ortega. Insistió en la necesidad de tener una alimentación balanceada y hacer ejercicio para evitar esa problemática.

Tras anunciar la realización del foro Mitos y realidades de la obesidad y los trastornos de la conducta alimentaria, que se llevará a cabo los próximos 20 y 21 de agosto, dijo que este fenómeno es el principal problema de salud en la ciudad, que entre los menores de edad afecta más a las mujeres, pues 6 de cada 10 sufren de obesidad, mientras en los varones el promedio es de 5 por cada 10.

En conferencia de prensa, el funcionario manifestó que uno de los objetivos del acto es romper con mitos, como que si el niño está gordito, está sanito, pues de continuar esta tendencia, que ha colocado a México en primer lugar mundial en obesidad infantil y segundo en adultos, no habrá sistema de salud que pueda atender la demanda de servicios por las enfermedades derivadas de la obesidad, como la diabetes y las cerebro cardiovasculares.

Acompañado de diputados y funcionarios que atienden este fenómeno, consideró alarmante que 6 de cada 10 niños en edad escolar no realizan ningún tipo de ejercicio, de allí que, dijo, se intensificarán las acciones para promover la activación física, así como una alimentación adecuada para los niños y los adultos.

El foro es organizado en coordinación con la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y se llevará a cabo en el antiguo Colegio de Medina, ubicado en la calle República de Brasil, en el Centro Histórico. Participarán especialistas del Instituto Nacional de Nutrición Doctor Salvador Zubirán, de la Universidad Nacional Autónoma de México y representantes de dependencias del gobierno capitalino.

Fracasan los programas contra obesidad infantil

Torreón, Coah.- Debido a la falta de compromiso de los padres de familia, los programas para combatir la obesidad infantil en las escuelas han fracasado, reconoció Demetrio Zúñiga Sánchez, subsecretario de Educación en La Laguna.

Y es que el fomento a la activación física y la limitación de productos poco saludables en los planteles de nada sirven si en la casa los papás dejan que los niños caigan en el sedentarismo y consuman lo que quieran, indicó.

“Necesitamos capacitar no sólo a los alumnos, también a los padres en cuestión alimentaria, desgraciadamente, mientras la alimentación saludable no sea una forma de vida vamos a seguir teniendo el problema; el problema no se resuelve sólo con información.

“La mayoría de las personas que tiene obesidad no desconocen lo que les puede pasar y la gravedad de lo que les puede pasar en su salud, simplemente falta cultura de la prevención”, señaló.

Reiteró que poco se ha avanzado en la lucha contra la obesidad infantil, pues mientras en las escuelas se hace el esfuerzo, en la casa todo se viene abajo por la mala costumbre de ingerir refrescos y alimentos chatarra.

Expuso que parte del problema es que la publicidad impacta de manera considerable en los menores de edad y los padres de familia no hacen nada por evitar esa influencia.

“Es que ya ni siquiera juegan los niños en la calle, los papás ya no promueven la actividad física, como se tenía en otras generaciones, ahora los niños tienden a tener obesidad por el sedentarismo y por la no atención adecuada de los padres, quienes prefieren tenerlos expuestos a un televisor”, puntualizó Demetrio Zúñiga.

La obesidad infantil en México: una cuestión de peso

Para prácticamente nadie es una novedad el saber que ocupamos el poco honroso segundo lugar mundial en sobrepeso infantil, superados únicamente por el vecino del norte, los Estados Unidos.

Hemos pasado de la concepción de que los niños rollizos son saludables a tener cifras francamente alarmantes acerca de las condiciones de salud de nuestros niños. Sabemos que existe un problema, sin embargo aún poco se ha hecho para resolverlo y partiendo de la base, tampoco para atacarlo.

La obesidad infantil es un problema serio de salud que debe interesarnos a todos, puesto que en un futuro, también nos afectará como sociedad. Las cifras y estadísticas que constantemente leemos son sólo un pequeño adelanto de lo que sucederá con nuestros infantes cuando lleguen a la juventud y se encuentren enfermos o incluso incapacitados para estudiar y trabajar.

De acuerdo al artículo “Sobrepeso y Obesidad en el Niño y el Adolescente” del Dr. Raymundo Paredes Sierra de la Facultad de Medicina de la UNAM “De no establecerse estrategias que detengan el avance del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes […] enfermedades tales como la hipertensión, cardiopatía isquémica, infarto al miocardio, dislipidemias, diabetes, patología músculo esquelética y algunas neoplasias, cobrarán numerosas víctimas.”

Eso sin contar el costo que tendrá para los sistemas de salud pública atender a los numerosos enfermos que tendrán que recibir tratamiento de por vida para aliviar las enfermedades asociadas con la obesidad. Jóvenes que antes de cumplir treinta años tendrán severos problemas de vista o ceguera permanente, derivados de diabetes.

La Federación Mexicana de Diabetes publica en sus estadísticas que en nuestro país, uno de cada tres adolescentes de entre 12 y 19 años tiene obesidad o sobrepeso y que las cifras de individuos enfermos de diabetes han aumentado exponencialmente durante la última década.

ESTADÍSTICAS DIABETES

 Cada hora se diagnostican 38 nuevos casos de diabetes

 Cada dos horas mueren 5 personas a causa de complicaciones originadas por la diabetes

 De cada 100 pacientes con diabetes, 14 presenta alguna complicación renal

 El 30% de los problemas de pie diabético termina en amputación

 De cada cinco pacientes con diabetes, 2 desarrollan ceguera

México ocupa el décimo lugar en diabetes mundial y se estima que para 2030 ocupe el séptimo puesto.

Sin duda, éste es un tema que debe interesar a todos los sectores de la sociedad: desde el académico hasta el médico y el empresarial, pues de la participación de una sociedad en conjunto dependerá la salud de una nación entera.

Solamente a través de programas de salud efectivos y que generen conciencia, así como políticas gubernamentales enérgicas referentes al tema y sin duda –y quizá lo más importante- campañas de educación y concientización, podremos lograr un cambio significativo.

Un país enfermo es un país cuyos índices educativos y laborales no progresarán. El avance de México a través de sus estudiantes y futuros profesionistas es un tema que también requiere salud para marchar. Todos, desde nuestras trincheras, podemos hacer un cambio que logre encaminarnos hacia ser una nación más sana, eliminando así el lastre de la obesidad en nuestros niños y jóvenes.

Bibliografías

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