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Olores, sabores y colores.


Enviado por   •  29 de Junio de 2013  •  Exámen  •  409 Palabras (2 Páginas)  •  508 Visitas

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Olores, sabores y colores.

Dentro de la barriga de mamá, ella me brindaba todo por el cordón umbilical. Por cada segundo que transcurría, yo experimentaba las distintas emociones. ¿Cómo? Mi madre era la receptora y emisora para mí. Allí adentro, en la bolsa transparente nadaba bajo el líquido amniótico. A veces podía sentir los sabores y colores, cuando mi madre enseñaba la barriga hacia el sol.

Hoy, era un día desesperante. ¿En qué sentido? En que ya estaba muy apretado. No podía moverme y mi cuerpo pequeño reaccionaba en que debía hacer algo. Mi madre estaba impaciente. ¿Será que ya le estaba haciendo daño? No, no sabía. Sólo sé que ella se retorcía. Se abrazaba y acariciaba su panza. La podía palpar bajo el encanto de su emoción. Era el dolor. ¿Yo poder sentir eso? Las emociones eran más sensibles e intensificadas. Lo podía sentir a través del cordón umbilical.

Es esa unión que tenía con mamá. ¡Al fin! Pude comprender a mi escasa facultad de razonamiento. El cordón umbilical donde especulaba que era un adorno incrustado en mi barriga. Ella me alimentaba todo desde ahí y crecía lentamente. A veces jugaba con lazo con mis dedos mientras los iba detallando. Tenía varios y eran los mismos en direcciones contrarias. El dedo más largo que a veces jugaba cuando lo chupaba hacia mi paladar.

Los colores, ya me habían dicho de azul, café, amarillo, plateado… Las palabras que había rescatado con los pensamientos divergentes de mi prima. Ella me había dicho que el mar era azul, la arena de color café claro y animales de distintos colores como el dorado, plateado, amarillo, rojo. Si juntaba todos los colores haría un arco iris. Alguna vez mi madre lo pensó en sus épocas difíciles y estaba allí proyectándolo.

Mis hermanos, donde uno apareció sin darnos cuenta con mamá, y el otro durmiente. Me preguntaba si verdaderamente era un feto vivo o lo hacía para que no lo molestara. ¡Qué lástima! Quise jugar con él y aprovechar dentro del desarrollo de nuestros cuerpos con él. Ya era consciente que con él no podría contar; sin embargo, el que apareció tuvimos un encontrón. A tiempo pudimos limar asperezas y también quise compartir más entretención con él.

Mi madre ya estaba en las últimas, las horas para el parto. Preparándose y alistándose para traernos al mundo fuera de sus entrañas. Al fin, podré hacer travesuras entre colores, olores y sabores.

Un híbrido con más capacidad de sangre vampírica que ser humano.

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