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Oratoria Sobre El Arte En La Vida Cotidiana.

janyz123431 de Marzo de 2014

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El mundo está lleno de pequeñas alegrías; el arte, consiste en saber distinguirlas. Buenos días público en general, mi nombre es….. y el día de hoy me presento ante ustedes con un tema de interés social. Arte y vida cotidiana.

En la mayoría de las calles de la ciudad de México podemos observar a hombres y mujeres que se dedican a mostrarnos sus talentos y excentricidades, y es que el arte está presente hasta en lo más sencillo de observar, puede ser un paloma emprendiendo el vuelo, una fotografía tomada al azar, el sonido de las aves o un simple artista callejero. Y hago pausa en estos últimos, puesto que pienso que en ocasiones, todos ellos son muy poco valorados, el mundo está lleno de artistas y vale la pena recalcar que, como dijo Picasso; un artista no es aquél que pinta lo que vende sino aquél que vende lo que pinta.

Todos, y me atrevo a decir que sin excepción de nadie, hemos observado a un artista callejero e incluso llegamos a consumir sus productos, tomo por ejemplo, a aquellos maravillosos hombres que se dedican a plasmar en papel una caricatura nuestra, trabajos que están realmente muy bien elaborados y por los cuales tenemos el descaro de brindar un pago, por mucho de ¡veinte miserables pesos! ¿Se trata de una broma verdad? Es que esa simple idea me parece una falta de respeto y me es inconcebible, cuántas veces nos quejamos o hemos oído mencionar que en México no hay artistas, ¡claro! ¿cómo queremos que los haya si los que tenemos ni son tomados en cuenta, ni son apoyados de ningúna forma para sobresalir!

Estoy bastante segura de que el talento se reparte de manera equitativa en todo el mundo, lamentablemente, la pobreza, la escasez de educación y LA FALTA DE CULTURA en los mexicanos nos hace más miserables, y con ello dejar pasar como un simple “artista callejero” a aquellos que bien pudiesen poner en alto el nombre de nuestro país. Vemos las calles de nuestra ciudad llenas de “graffitis” que en lo personal ¡no es para nada un acto de vandalismo! Sino una mera expresión juvenil ante la represión, una única forma de mostrar nuestra inconformidad, puedo asegurar que todos y cada uno de estos jóvenes, a quienes la mayoría considera “vándalos” con la instrucción que es debida llegarían muy lejos. Sin embargo, nos cegamos con los estereotipos sociales, pensamos que aquella persona que está trabajando en la calle lo hace por el simple hecho de que no quiere un “trabajo verdadero” por decidía o flojera… Y no sé qué trabajo valga la pena para ustedes, no sé qué trabajo sea lo suficientemente bueno para ser aceptado en la sociedad, está sociedad que cada día va de mal en peor. Lo que si sé es que cada uno de nosotros tiene derecho a trabajar en aquello que le gusta.

Hago hincapié en una historia por la que siento la plena necesidad de contar; El 12 de enero pasado, a las 07:51 de la mañana, el artista y ex niño prodigio Joshua Bell comenzó su recital de seis melodías de diversos compositores clásicos en la estación de L'Enfant Plaza, epicentro del Washington federal, entre cientos de personas cuyo único pensamiento era llegar a tiempo al trabajo. En los 43 minutos que tocó, el violinista recaudó en su estuche 32 dólares y 17 céntimos cifra, que está muy lejos de los 100 dólares que los amantes de su música habían pagado tres días antes por asientos decentes (más no los mejores) en el Boston Symphony Hall, que registró un lleno completo.

Con base en esto yo he de preguntarle al público presente; ¿Percibimos la belleza en un lugar común? ¿Podemos apreciar la belleza en un entorno inesperado? Si pasamos de largo ante uno de los mejores músicos del planeta y la más hermosa música ¿Cuantas otras cosas bellas nos hemos perdido por seguir una rutina diaria?

He de dejarles con estos cuestionamientos personales y con una pequeña tarea, observar con claridad y valorar el trabajo

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