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Organizador De Ideas

ayleen.r22 de Junio de 2014

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AUTOCONTROL CORPORAL EN LA INTEGRACIÓN CON SU MEDIO

EL CONOCIMIENTO Y EL CONTROL DEL PROPIO CUERPO

Las posibilidades motrices son el primer recurso que poseen los niños y las niñas para comunicarse y relacionarse con el mundo que les rodea; por lo que a partir del propio movimiento y en el marco de la interacción social, los niños y las niñas deberán aprender a conocer su propio cuerpo y a utilizarlo como medio de expresión y de intervención en el medio y, sobre esta base, construirán su identidad personal.

Además, a través de la experiencia del propio movimiento, los niños y las niñas deberán ir coordinando sus esquemas perceptivo-motrices y conociendo su propio cuerpo, sus sensaciones y emociones.

Aprenderán a ir poniendo en juego las distintas partes de su cuerpo para producir un efecto interesante o para su propio placer y, al mismo tiempo, las irán sintiendo, interiorizando; organizando y construyendo a partir de ellas una imagen integrada del esquema corporal.

En definitiva, una imagen adecuada del esquema corporal es la base para la elaboración de la propia identidad personal.

Poco a poco los niños y las niñas enriquecen la imagen de sí mismos a partir de las propias experiencias y sentimientos, de la valoración de los propios logros y dificultades y de la actitud de los demás hacia ellos.

Y para que los niños y niñas consigan un conocimiento y una valoración ajustados de sí mismos, es también muy importante el contexto grupal. La participación en grupos distintos, en un clima de colaboración, les permite ir conociendo las pautas de conducta, actitudes, roles sexuales, opiniones de los demás y enriquecer su propio repertorio personal.

Por último, hay que destacar, entonces, que, cuando hablamos de "conocimiento del cuerpo" por parte del niño/a, nos referimos, de acuerdo con Tasset (1980), a que el niño/a tome conciencia de la existencia de las diferentes partes del cuerpo y de las relaciones que éstas tengan, de manera estática o en movimiento, con el mundo externo.

Y, en cuanto al "control del cuerpo", hay que decir que se encuentra íntimamente ligado al correcto funcionamiento y dominio de la tonicidad. Por ello, la ejecución de un acto motor voluntario es imposible si no se tiene control sobre la tensión de los músculos que intervienen en los movimientos. Así, la independencia segmentaria (dominio corporal) se consigue cuando tenemos control sobre todos los elementos que intervienen en la elaboración del esquema corporal, es decir, sobre: tonicidad, esquema postural, control respiratorio, lateralización, estructuración espacio -temporal y control motor práxico.

LA NOCIÓN DE CUERPO EN LOS INFANTES

Las sensaciones primeras del recién nacido se refieren a su cuerpo. El malestar o el bienestar, las impresiones táctiles, las movilizaciones y desplazamientos, las sensaciones visuales y auditivas, etc., le proporcionan informaciones que poco a poco le servirán para distinguirse del mundo exterior y posteriormente para identificarse a sí mismo.

El esquema corporal, que puede entenderse como la organización de todas las sensaciones relativas al propio cuerpo (principalmente táctiles, visuales y propioceptivas) en relación con los datos del mundo exterior, consiste en una representación mental del propio cuerpo, de sus segmentos, de sus límites y posibilidades de acción.

La construcción de este esquema corporal, juega un papel fundamental en el desarrollo del niño/a, pues dicha organización es el punto de partida de sus diversas posibilidades de acción.

Por otro lado, la observación del desarrollo del niño, ha permitido extraer varias leyes en cuanto a la noción del cuerpo. Éstas son:

1. Cualquiera que sea el ritmo del desarrollo, variable según los sujetos, el orden de sucesiones de los elementos nuevos es siempre el mismo.

2. Ciertos comportamientos aparecen al margen de toda enseñanza.

El desarrollo está asociado en todos los casos a la maduración nerviosa y regido por las dos leyes psicofisiológicas válidas antes y después del nacimiento:

3. Ley cefalocaudal: el desarrollo se extiende a través del cuerpo desde la cabeza a los pies, es decir que los progresos en las estructuras y las funciones empiezan en la región de la cabeza extendiéndose luego al tronco para finalizar en las piernas.

Es fácil comprobar, efectivamente, que la parte superior del cuerpo en el niño es bastante más pesada, ya que es la más desarrollada, como asimismo lo son las funciones motrices; cuando a un niño se le acuesta sobre el vientre puede enderezar la cabeza mucho antes de poder hacerlo con el pecho. De igual manera el control de los ojos, la cabeza y hombros precede al de las extremidades.

4. Ley proximodistal: el desarrollo procede de dentro a fuera a partir del eje central del cuerpo. En el desarrollo prenatal, la cabeza y el tronco se forman antes que las piernas. Los brazos van alargándose progresivamente desarrollándose a continuación las manos los dedos. Por otro lado, la maduración nerviosa que permite el paso progresivo de la actividad indiferenciada a la actividad consciente y diferenciada está íntimamente asociada y dependiente de la experiencia vivida.

Estas leyes de las que hablamos, por su parte, se traducen por un proceso que es siempre el mismo: las etapas de la elaboración del esquema corporal.

1ª Etapa: desde el nacimiento hasta alrededor de los dos años

• El niño empieza a enderezar y mover la cabeza (reflejos nucales).

• Endereza a continuación el tronco.

• Lo que le conduce a la primera postura: la estación sedente, posición que facilita la prensión.

La individualización y el uso de los miembros lo llevan progresivamente:

• A la reptación.

• El gateo.

Con la diferenciación segmentaria y el uso de los miembros aparecen la fuerza muscular y el control del equilibrio; vienen entonces:

• El enderezamiento hasta la postura erecta.

• El equilibrio en bipedestación.

• La marcha.

• Las primeras coordinaciones globales asociadas a la prensión.

Con las posibilidades de acción ha adquirido ya el niño también todas las posibilidades para descubrir y conocer.

2ª Etapa: de los dos a los cinco años

Es el período global del aprendizaje y del uso de sí. Siguen siendo válidas las mismas leyes del desarrollo y de manera especial las leyes psicofisiológicas de la maduración nerviosa.

• A través de la acción y gracias a ella, la prensión va haciéndose cada vez más precisa, asociándose a los gestos y a una locomoción cada vez también más coordenada.

• La motilidad y la cinestesia, que van íntimamente asociadas, permiten al niño una utilización crecientemente diferenciada y precisa de su cuerpo entero.

A partir de los cinco años pasa el niño del estadio global y sincrético al de la diferenciación y análisis, es decir, de la actuación del cuerpo a la representación.

Y esta elaboración del esquema corporal prosigue hasta los once u doce años, siguiendo siempre las mismas leyes.

Por último, hay que decir que en la construcción del YO corporal que permite al niño despegarse del mundo exterior y, por ende, reconocerlo en tanto que tal, se halla implicado el ser por entero, "cada sensación tiene su motilidad, la sensación lleva en sí una respuesta motriz", dice P. SCHILDER. No se puede, por tanto, disociar la motricidad del psiquismo, ya que son los dos aspectos indisociables del funcionamiento de una misma organización.

LA NOCIÓN DE CUERPO A TRAVÉS DEL DIBUJO

Para el niño, el dibujo es un medio de expresión privilegiado. Es a la vez una actividad sensorio motriz y lúdica ligada a las posibilidades de expresión gráfica (prensión, coordinación, etc.) y un idioma más fácil de someter a su fantasía que la palabra.

Por otra parte, el dibujo deja una huella afirmándose como un resultado, mientras que las palabras se desvanecen inmediatamente.

LAFON nos decía que gracias al dibujo el niño "se hace con los objetos, las personas o situaciones llevándolas tranquilamente a su medida de creador omnipotente".

En este sentido, todos los observadores están de acuerdo en reconocer que la función gráfica es una función natural íntimamente relacionada con toda la personalidad del niño, es decir, nivel de desarrollo general, conocimiento de sí mismo, afectividad, etc., y así se han diseñado métodos para utilizar el dibujo para explorar la personalidad infantil.

Así, podemos decir que, en realidad, existen unos nexos entre la evolución del esquema corporal: consciencia y control del cuerpo propio, independencia segmentaria, independencia izquierda -derecha, etc., y ciertas manifestaciones de la inteligencia, tales como la expresión verbal y gráfica, capacidades de atención perceptiva, orientación y organización en el espacio, etc.

Además, aunque es cierto que cuando el niño dibuja una figura humana lo hace relacionándola consigo mismo; lo que se le solicita representa, de todas maneras, algo del exterior. Con más razón aún, cuando se le pide al niño un hombre y se le guía -lo que es un hecho corriente-, el resultado no puede ser nunca una educación del esquema corporal, puesto que parte del exterior, mientras que la educación debe partir de vivencias. Lo que sí parece cierto es que hasta la edad de 5-6 años, si no ha habido una educación metódica, el niño dibuja la

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