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PAISES NORDICOS


Enviado por   •  28 de Abril de 2014  •  1.754 Palabras (8 Páginas)  •  384 Visitas

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ENTORNO ECONOMICO PAISES NORDICOS

En comparaciones internacionales, nada menos que según el índice de competitividad global del Foro Económico Mundial, los países nórdicos se encuentran por lo general a la cabeza o muy cerca de los primeros puestos. En un meta-índice que es un conjunto de 16 índices globales diferentes como (competitividad, productividad, crecimiento, calidad de vida, prosperidad, igualdad, etc.) los cuatro países nórdicos principales: Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia, encabezan la lista.

Es difícil encontrar algún tipo de patrón común nórdico que pueda ser transferible a otros países. De hecho, en asuntos de importancia, los países nórdicos siguen diferentes estrategias económicas. Esto se hace aún más evidente en cuanto a su postura frente al euro. Finlandia es miembro de la Unión Europea y ha adoptado el euro. Dinamarca es miembro de la UE, con la opción de excluirse de la unión de monedas, pero aun así mantiene su moneda estrechamente fijada al euro. Suecia es también un miembro de la UE, sin la opción de excluirse de la unión de monedas; no obstante, no es un miembro de la euro zona y tiene un régimen de moneda flotante. Por último, Noruega, no está en la UE ni en la euro zona. Cuatro países, cuatro estrategias diferentes.

Por supuesto, existen similitudes económicas. Los cuatro son economías pequeñas y abiertas con ingresos per cápita elevados. Todos tienen un sector público bastante grande con impuestos altos, y todos tienen un estado de asistencia y seguridad social inclusivo. Pero tienen historias y estructuras diferentes. El país nórdico más rico, Noruega, basa su creciente riqueza en gran parte, en los ingresos provenientes del gas y del petróleo. La economía de Dinamarca está basada en el transporte y la agricultura; Suecia ha prosperado en la industria fabril, en la pulpa y el papel, las telecomunicaciones y el diseño. La estructura industrial de Finlandia es similar a la de Suecia pero el sector de fabricación no es tan amplio. Dinamarca y Suecia tienen los índices más altos del mundo de impuestos con relación al producto interno bruto (GDP, por sus siglas en inglés). Finlandia tiene impuestos más bajos.

Lo que es más importante, es que los países nórdicos no han estado exentos de crisis. Por el contrario, se podría afirmar que una de las razones más importantes de su éxito relativo actual se debe a que sufrieron profundas crisis en los años 80 y 90, y fueron capaces de aprender de estas. Todos ellos las utilizaron para modernizar sus economías, reformar sistemas algo conservadores y hacerlos más flexibles. En este sentido los países nórdicos constituyen casos de cambios radicales. En unas pocas décadas han pasado de ser economías de un desempeño pobre a uno fuerte. Pero no hay un patrón común claro en sus estrategias de crisis. Los daneses iniciaron su cambio tan lejos como a fines de los años 70, los noruegos tuvieron su crisis en los años 80, mientras que los suecos y los finlandeses no la sufrieron hasta los años 90, lo que ocurrió de un modo más brutal.

Dinamarca solía tener la economía más turbulenta del área nórdica, sufriendo tanto de inflación, como de un elevado índice de desempleo. Se hizo miembro de la Unión Europea ya en 1973 (muy por delante de Finlandia y Suecia) y decidió pronto que una moneda fija era necesaria para superar la inflación y la falta de credibilidad en la política económica. En 1982 la corona danesa se fijó al marco alemán. Una serie de 6 estrictos programas de austeridad implementados en los años 80, especialmente el llamado la “cura de la papa”, hicieron posible la estabilidad y el tipo de cambio creíble, pero al mismo tiempo hicieron subir el desempleo. Como respuesta, la política del mercado laboral se flexibilizó mucho más. Con el tiempo, esto dio como resultado una baja en la inflación y un mercado laboral que mejoraba gradualmente.

Noruega sufrió una crisis inmobiliaria y financiera prolongada a fines de los años 80, luego de un auge crediticio mal administrado, que terminó en una crisis sistémica y la nacionalización de los bancos principales. A principios de los años 90, el gobierno, los trabajadores y la administración, llegaron a un acuerdo por el cual una política fiscal restrictiva debería contribuir a estabilizar la producción y el empleo, y las políticas salariales deberían apuntar a la competitividad en el sector exportador, mientras que la política monetaria fue orientada en un principio, hacia un tipo de cambio estable. Durante la crisis de la moneda europea en 1992, los encargados de las políticas monetarias adoptaron en cambio, una inflación proyectada y aceptaron una moneda flotante.

Tanto en Finlandia como en Suecia, la década de los años 80 fue un periodo de inflación elevada y de monedas débiles. Ambas naciones atravesaron varios ciclos de devaluación, con la consiguiente alza en la inflación. Ambas, como Noruega, tuvieron problemas para controlar las secuelas de la desregulación del mercado crediticio, y ambas sufrieron un shock económico a principios de los años 90; Finlandia soportó el colapso del comercio con la Unión Soviética y Suecia los altos índices de interés para proteger un tipo de cambio fijo. Las consecuencias fueron crisis bancarias, seguidas de severas recesiones con niveles descendientes del producto interno bruto (GDP, por sus siglas en inglés) y un crecimiento rápido del desempleo. Los números eran asombrosos. En Suecia, el déficit

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