PERSONAS ADULTAS MAYORES EN MORELOS

PERSONAS ADULTAS MAYORES EN EL ESTADO DE MORELOS.

La población adulta mayor, comparada con la población infantil y la adulta, apenas representa un diez por ciento, sin embargo, el fenómeno demográfico de la mayor esperanza de vida que ya ha rebasado los 75 años, permite cada vez mayor cantidad de adultos mayores. Esto está provocando un cambio radical en la composición de la estructura de edades a nivel nacional y en el estado de Morelos.

Dichos cambios no solo condicionarán las necesarias nuevas capacidades y estrategias para atender a este sector de la población, sino las situaciones de cultura social para tener presentes a cada vez un número mayor de personas mayores que inferirán un cambio cultural sin precedente en la historia del estado.

El estudio de sus características demográficas, de sus demandas de servicios, de conformaciones familiares de su aún estadía de población económicamente activa, en sus sistemas de pensiones, en su medicina geriátrica, en el aprovechamiento de sus acumulaciones de experiencia de vida, en la necesidad de protección, en sus preferencias civiles, hace que sea importante tomarla en cuenta y hacerles partícipe de una vida social que, pese a pensamientos tradicionales, aún les pertenece.

La población adulta mayor en el 2010.

Los países desarrollados europeos, debido a su historial demográfico de haced décadas, tienen una estructura de edades muy distinta a los países latinoamericanos como el nuestro: un porcentaje menor y cada vez más reducido pertenece a los menores de 14 años y un porcentaje cada vez mayor, al de los adultos mayores, es decir, la proporción de los menores de edad, debido a las muy bajas a las muy bajas tasas de natalidad y fecundidad, es cada año menor en relación al resto de las edades y los adultos mayores van aumentando debido a la mayor esperanza de vida ya la reducción de la mortalidad. Este proceso de coberturas sociales, provoca una dinámica demográfica donde hay una cantidad considerable de pensionados, de atención médica en geriatría y de una cultura del anciano que la sociedad, en su conjunto ha asimilado con las décadas. Su sistema de atención pública a ese grupo de edad, también es considerable, y si bien esto es una inercia nacional en cada país, tiene ya varios años que ha venido conformándose hasta convertirse en una disposición poblacional continental indiscutible.

Otro es el caso de Latinoamérica y de México: recién está accediendo la tendencia a disminución de las tasas de fecundidad y las de mortalidad, primeramente la infantil y después la general, que empieza a provocar que la estructura de edades inicie su cambio hacia ese sentido, al de disminuir la proporción de los menores de edad y de aumentar la de los adultos mayores.

Sin embargo, si bien esto ya se ha palpado en los resultados censales de las últimas décadas, la estructura social, gubernamental y administrativa, además de la cultura, no está preparada del todo para acostumbrarse a esa cantidad cada vez creciente de adultos mayores que pronto llegará a niveles superiores.

Uno de los retos entonces, por parte de la administración pública, es diseñar los medios y las formas para atender a ese grupo de población de más de sesenta años en materia de salud, asistencia, empleo, pensiones, merecimiento de descuentos en pagos municipales y federales, consideración cultural del resto de la población y demás medidas que la dinámica demográfica impone en México, sin embargo, no es heterogéneo en la estructura demográfica de sus entidades federativas, pues estados como Nuevo León, Jalisco o el DF, son muy diferentes a Chiapas, Guerrero o al Estado de Morelos.

En éstos últimos, las tasas de fecundidad aun no alcanzan el nivel de las primeras ni tampoco en los indicadores de mortalidad, aunque sea

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