PILARES DE LA EDUCACIÓN
ivonneglezv6 de Octubre de 2014
4.480 Palabras (18 Páginas)267 Visitas
INFORME DE LORS
Con el título original “Learning: The Treasure Within” (traducido al español como: La educación encierra un tesoro), la Unesco publicó en 1996 el informe que recibió de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors.
El informe es rico en consideraciones educativas, reflexiones pedagógicas y propuestas de trabajo escolar. Está dirigido a los educadores del mundo, a la familia, a los gobernantes, a los niños y a los jóvenes que el día de mañana tomarán el relevo de las generaciones adultas. Sin embargo, no debe olvidarse que fue publicado por primera vez hace 13 años y que, por lo tanto, algunas de sus apreciaciones necesitan ser revisadas en el contexto de los desafíos que plantea el nuevo siglo XXI al concluir la primera década.
Consta de una introducción que plantea a la educación como la utopía necesaria, nueve capítulos que resumen las principales conclusiones y un epílogo escrito por los miembros de la Comisión Internacional sobre dejados a la sombra y que no se incluyeron en el texto original por su carácter autónomo y personal. Termina el informe con un anexo explicativo de algunos aspectos formales propios de una comisión de trabajo que inicio sus labores en 1993.
Si bien es cierto, el “Informe Delors” no es un documento oficial ni la Secretaría de la Unesco asume ninguna toma de posición respecto a los estatutos jurídicos de los países; sí conviene tener presente el carácter prospectivo de sus consensos educativos, así como el idealismo de sus propuestas, principios filosóficos, axiológicos (valores), pedagógicos y realidades significativas del hecho educativo que merecen ser estudiadas y aplicadas según el sano juicio de la admiración (Platón) y aprovechamiento del intelecto (el logos).•
No se trata entonces de repetir como “loros” los cuatro pilares de la educación que establece el Informe, a saber, aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir en solidaridad y aprender a ser, sino de descubrir que hoy y siempre en el aula, en la casa y en la calle la educación es un patrimonio de nuestros antepasados que esconde una verdadera riqueza.
Por eso, el maestro es un incansable navegante en las aguas marinas del saber, donde saltando entre las olas, guía al sabio y al ignorante hacia buen puerto, para mostrarle con tolerancia, y estoicismo, el camino que lleva a la verdadera isla del tesoro: la educación.
Por lo anterior, mucho me gusta decir en mis lecciones universitarias que educar es: sembrar en las conciencias de los educandos los más hermosos recuerdos del futuro.
La educación del siglo XXI (Informe Delors)
11 de diciembre de 2000
Pere Darder Vidal, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona
El Informe Delors fue elaborado por una comisión internacional para la educación del siglo XXI, a petición de la Unesco. Su nombre obedece a que estuvo presidida por Jacques Delors.
Querría destacar que al contrario de otros informes sobre educación, el Informe Delors está hecho por personas del mundo de la educación y de otros «mundos», pero además estuvo compuesta no sólo por personas del mundo occidental, sino de todo el universo. Esto es muy importante, porque ciertamente hay grandes diferencias culturales entre unos y otros.
Me referiré a dos partes importantes: la primera la introducción del informe y la segunda la educación, una utopía necesaria. El informe es interesante porque dedica la menor parte a las previsiones hacia el futuro, y la mayor parte a intentar soluciones y alternativas para la educación del próximo siglo. En el primer párrafo se intenta dar las líneas que definen la orientación del trabajo. Aquí destacaré tres elementos: la educación es un factor indispensable para conseguir la paz; es fundamental en el desarrollo más humano de las personas y de la sociedad; y, aunque hay otros medios para lograrlo, la educación es el más importante.
En el primer apartado, analiza cuáles son las tensiones –no las plantea como problemas–. Asegura que el siglo XXI planteará diversas alternativas ante las cuales habrá que elegir, pero, frente a esta realidad, ¿qué debo hacer para que la tensión no me engulla?
Algunas de estas divergencias son globalización versus localización, universalización versus individualización: la sociedad actual tiende a que todos seamos cortados por el mismo patrón o lo que algunos han denominado el pensamiento único. El Informe Delors defiende que cada persona debe ser ella y que la única forma de superar tensiones es que cada uno sea como es.
Otra divergencia es tradición y modernidad: con esta modernidad que transmiten los medios de comunicación, muchas veces podremos perder aquellas cosas más humanizadoras.
Una tercera divergencia es la de las soluciones a largo y corto plazo: actualmente todo se debe resolver de hoy para mañana. Muchas veces, antes de conocer la propuesta, ya la estamos criticando. Este es un tema de importancia capital para la educación, porque en la educación de la persona se debe trabajar durante mucho tiempo; de un día para otro no cambian las cosas.
Una más es la competitividad versus la igualdad de oportunidades: debemos defender la igualdad de oportunidades.
La cuarta divergencia es la expansión del conocimiento contra la capacidad de asimilar: es imposible asimilar todo el conocimiento de que disponemos. En este sentido, creo que no se toman medidas serias, porque la verdad es que cada vez más, necesitamos el conocimiento.
Otra de las divergencias es la de las dimensiones materiales y espirituales: incluso se dice que precisamente en este punto nos jugamos la continuidad de la humanidad. Mientras nos sigamos decantando por las realidades materiales, agotaremos la naturaleza.
En el Informe Delors se habla de que todas estas divergencias tienen como principio los cambios en los estilos de vida, que van generando tensiones, cambios culturales, cambios en la estructura familiar, que vive el mundo contemporáneo.
Tras aconsejar que debemos superar estas tensiones, en la segunda parte el Informe Delors dice textualmente (pág. 76, cap. 4): «Eso que proponemos supone trascender la visión puramente instrumental de la educación considerada como la vía necesaria para obtener resultados (dinero, carreras, etc.) y supone cambiar para considerar la función que tiene en su globalidad la educación. La realización de la persona, que toda entera debe aprender a ser.» En esta parte explica los conocidos cuatro pilares de la educación.
1) Aprender a conocer: dominar los instrumentos del conocimiento, vivir dignamente y hacer mi propio aporte a la sociedad. Hace énfasis en los métodos que se deben utilizar para conocer –porque no todos los métodos que se utilizan sirven para aprender a conocer– y asegura que, en el fondo, debe haber el placer de conocer, comprender y descubrir.
2) Aprender a hacer: aprendemos para hacer cosas y nos preparamos para hacer una aportación a la sociedad. Las personas se forman para hacer un trabajo, aunque muchas veces no puedan ejercerlo. En lugar de conseguir una cualificación personal (habilidades), cada vez es más necesario adquirir competencias personales, como trabajar en grupo, tomar decisiones, relacionarse, crear sinergias, etc. Aquí importa el grado de creatividad que aportamos.
3) Aprender a convivir y a trabajar en proyectos comunes: en el Informe se asegura que este es uno de los retos más importantes del siglo XXI. Nunca en la historia de la humanidad se había llegado a tener tanto poder destructivo como actualmente. Ante tal situación, debemos aprender a descubrir progresivamente al otro; debemos ver que tenemos diferencias con los otros, pero sobre todo tenemos interdependencias, dependemos los unos de los otros. Y para descubrir al otro, debemos conocernos a nosotros mismos: cuando sepa quién soy yo, sabré plantearme la cuestión de la empatía, entenderé que el otro piense diferente de mí y que tiene razones tan justas como las mías para discrepar.
El Informe Delors propone que se favorezcan los trabajos en común, que se preste atención al individualismo –que no está en contra de la individualidad–, y que destaque la diversidad, como elemento necesario y creador. Tengo la sensación de que cuando se habla de la atención a la diversidad, se intenta romper la diversidad; pero no se trata de eso, no es acabar con la riqueza de la diferencia, sino tratarla adecuadamente para igualar a todos y así evitar conflictos. Este tercer pilar está muy influido por la actitud del maestro y por su relación con los alumnos.
4) Aprender a ser: es el desarrollo total y máximo posible de cada persona. La educación integral de la que se viene hablando desde finales del siglo XIX y comienzos del XX; aquella del pensamiento autónomo.
Creo que estos pilares son fundamentales si consideramos globalmente los cuatro, no de dos en dos, es decir, no poner por un lado el conocimiento (la ciencia), y por el otro, el hecho (la tecnología); esto no sólo en el sentido material sino también en el sentido humanístico.
En tercer lugar, este Informe también destaca el papel de las emociones. Nuestro sistema educativo ha dado prioridad a las dimensiones cognitivas, a las que están relacionadas con el conocimiento, y ha olvidado las dimensiones afectivas; ésta es una palabra que paulatinamente ha ido saliendo del ámbito escolar desde finales del siglo XIX e inicios del XX. Incluso, si nos paramos a pensar, vemos que la escuela acoge muy bien a los niños más pequeños y los satisfacen emocionalmente. Pero una vez terminada la primaria –no sé si esto es demasiado
...