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PLAN ANUAL DE TRABAJO CARRERA MAGISTERIAL


Enviado por   •  10 de Febrero de 2013  •  3.139 Palabras (13 Páginas)  •  735 Visitas

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Ocotic, Mpio. de Cuquio, Jal., a 14 de marzo del 2012.

INTRODUCCIÓN

Educar es enseñar a vivir. No se trata de hacer del aula un lugar interesante, sino de hacer del aprendizaje una experiencia emocionante y relevante. No se trata de una nueva educación a través de las nuevas tecnologías, sino de motivar el aprendizaje significativo, el análisis crítico y el pensamiento creativo día a día.

En toda educación es importante la figura del educador, el poder del educador depende menos de su palabra que de su ejemplo. El niño necesita un modelo de identidad, una persona ejemplar a la que admirar y en quien aprender. Las palabras mueven pero el ejemplo arrastra.

Ejercer con serenidad la profesión teniendo claridad, lo que depende de la acción profesional y lo que escapa de ella, es pararse ante una realidad que se dibuja frente a los docentes, y que en muchas ocasiones no observamos. Pero reconocer que hay que superar la superficialidad de formación profesional desarrollando las competencias para una práctica reflexiva con enfoque sistémico que tome en cuenta las necesidades de los alumnos y genere el escenario para una democratización del acceso al saber, podría ser unas de las alternativas por las que podríamos caminar los docentes.

Luego entonces el reto docente sería una práctica reflexiva que no se limite únicamente a la acción sino que también se centre en sus finalidades y en las posturas éticas que le sustentan.

Resignificar el sentido educativo de la docencia implica por añadidura reconceptualizar la innovación, es decir, entenderla no como una ruptura total con los saberes ni quehaceres, sino como una modificación de la práctica pedagógica con una intencionalidad clara y hasta cierto punto gradual.

Bajo estos criterios educar es una tarea con mucho sentido de responsabilidad, por lo cual se debe de considerar todos los factores que pueden influir en el aprendizaje de los alumnos, como los psicológicos, pedagógicos y sociológicos.

La escuela pública mexicana enfrenta retos que la llevan a asumirse como promotora del cambio y la transformación social, reorientando su misión de cara a las nuevas demandas de la sociedad a la que se debe.

Transformar la gestión de la escuela para mejorar la calidad de la edu¬cación básica tiene varios significados e implicaciones; se trata de un proceso de cambio a largo plazo, que tiene como núcleo el conjunto de prácticas de los actores escolares (directivos, docentes, alumnos, padres de familia, super-visores, asesores y personal de apoyo) y conlleva a crear y consolidar formas de hacer distintas, que permitan mejorar la eficacia y la eficiencia, lograr la equidad, la pertinencia y la relevancia de la acción educativa.

LA PLANEACIÒN

El constructivismo social expone que el ambiente de aprendizaje óptimo es aquel donde existe una interacción dinámica entre los instructores, los alumnos y las actividades que proveen oportunidades para los alumnos de crear su propia verdad, gracias a la interacción con los otros.

Aunque muchos docentes consideramos la planeación como un requerimiento administrativo u otros como una herramienta didáctica. La cuestión es que la diferencia es no un principio de generalidad entre los docentes, más bien es un principio de utilidad.

En este planteamiento conceptual ha dado poca atención en los últimos años al enfoque de utilidad que proyecta la planeación, se sabe por ejemplo, que muchos docentes cumplen con ella porque es una obligación impuesta por las autoridades educativas, ya sea para mantener la percepción de un recurso económico o evitar una sanción administrativa. En este sentido aparece como una carga más, carente de significado y utilidad, volviéndose una rutina automatizada apartada del verdadero objetivo de esta. Otros más la consideramos una tarea desfasada y que provoca una pérdida de tiempo, ya que supone tener la suficiente experiencia como para plasmarla en un papel o afirmando que ya existen los materiales que contienen la planeación y no hay necesidad de hacerla. Finalmente otros la dejamos en el olvido, la simulan o simplemente caen en la apatía.

Es necesario recalcar que no por el hecho de que el maestro planee su práctica el problema está resuelto, por el contrario, exige que se realicen los siguientes pasos: la aplicación real al proceso enseñanza aprendizaje, posteriormente su análisis y reflexión con el fin de mejorarla día con día sin perder de vista su verdadero sentido de utilidad, evitando con esto que se vuelva una rutina cansada y tediosa. Además se requiere que directivos y supervisores tomen un nuevo papel en este proceso, más que ser inquisidores inflexibles, deberán ser orientadores que promuevan la colaboración para la adaptación, enriquecimiento y mejoramiento continuo de los planes de clase, en virtud de que a los maestros nos gusta aprender, lo que no es que los empujen y ahoguen; pues en un contexto laboral con problemas en el que se desconfía de lo nuevo, de lo innovador, las iniciativas personales de mejora están condenadas a un fracaso casi seguro.

Se trata, en última instancia de valorar que las condiciones actuales de la planeación no mejoraran hasta que los docentes cambiemos la inercia de nuestro status y tomemos las medidas pertinentes para su aplicación, sabiendo que la efectividad de la planeación dependerá de tres dimensiones: saber hacer, querer hacer y poder hacer, bajo un criterio bien planeado la institución educativa proyectara sus actividades cocurriculares, considerando todas las dimensiones de su contexto, para lograr que los alumnos que no cuentan con las mismas habilidades logren regularizar parte de sus competencias.

TRABAJO EN COLECTIVO

El propósito de este enfoque es avanzar en la construcción de nuevas formas de gestión, práctica docente y participación social, que permitan transformar la cultura orga¬nizacional y el funcionamiento de las escuelas públicas de educación básica; la estrategia es apoyar las acciones que cada centro escolar decida para mejorar tanto la calidad del servicio educativo como los resultados de aprendizaje, a través de una reorientación de la gestión institucional —federal y estatal— para ampliar los márgenes de decisión escolar; asesoría y acompañamiento especializado para enriquecer el proceso de transformación escolar; con apertura de espacios para la participación social responsable y la provisión de recursos financieros administrados directamente por la escuela.

De este modo, se busca generar en la

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