POLITICA LGBT
MiguelPaez7916 de Octubre de 2014
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Cuando uno aborda cualquier problemática social parte del hecho de que su presencia debe tener un antecedente histórico determinado por ideologías y modos de operación de generaciones anteriores o de culturas que generan desacuerdos a su interior.
Es así que cuando abordé la problemática de los seres que no se homologan al modelo heterosexual, y como gerente social, quise abordar esta problemática actual desde dos dimensiones, una en un marco normativo que intenta rescatar esta condición dentro una cultura que lo había integrado y otra como un problema humano que desborda sus amparos ideológicos y legales ya que presentan unas condicionales muy particulares frente al desarrollo humano.
Inicialmente cuando se leen los decretos y discursos de la Alcaldía de Bogotá donde se le reconocen bajo una mirada internacional todos los derechos como personas de un mundo heterosexual, entiendo que este marco jurídico es una respuesta a una segregación de muchos órdenes y niveles que afectan su desarrollo como ser humano igual que un heterosexual, entendí la necesidad de que el estado debe regular cualquier segregación con el fin de tener una mirada pacífica del mundo moderno.
No obstante, cuando comparé este paraíso jurídico de 10 años, busqué en la biblia del siglo 21 – google - y encontré que en algunos países no existe este nivel de entendimiento y aceptación dado que hay países que tienen otro ordenamiento jurídico y cultural como Rusia y su marxismo como un discurso de clase heterosexual, sumado a ideologías cristianas ortodoxas que no lo aceptan.
Al ver que en los mensajes ideológicos de todas las series americanas españolas y europeas el mundo gay se ha salpicado en el mundo cultural y artístico, no creía que en algunos medios nos aceptan este tipo de personas con tendencias sexuales diferente al contexto de una lógica de una familia heterosexual como modelo de procreación biológica y psicológica.
Así mismo, al leer el decreto de la Alcaldía de Bogotá y ver tanta institucionalidad pública con deberes de respetar los derechos de la población LGTBI en diferentes contextos para garantizar derechos fundamentales como la salud, el trabajo, el respeto y accesos a todo lo público entendí que la norma respondía a toda una segregación y exclusión de hace pocos años contra aquellos sujetos que presentan tendencias homosexuales y que son diferentes a los falsos modelos educativos y familiares y en algunos casos con interpretaciones biológicas que afirman su origen genético.
Esta institucionalidad soporta una obligatoriedad jurídica que obviamente permea todos los medios de una legalidad supuesta de derechos de igualdad consagrados en los pilares constitucionales de nuestro país que siento no son aceptados por muchos colombianos que están enmarcados en ideologías espirituales, políticas y hasta culturales que niegan este acceso a personas que pueden afectar su modelo de vida “normal”.
Como gerente social, ante este tipo de condiciones sociales de un pequeño sector de la población considero que el avance institucional y jurídico de reconocimiento a la igualdad ha sido un gran avance para lograr Espacios de una construcción social con aceptación de diferencias muy fundamentales, casi iguales a las diferencias de clase tan extremas que hay en nuestro país.
Estas incitativas jurídicas que presentan herramientas de ordenamiento para todos los actores que tienen contacto con este sector marginal deben ir acompañadas de algunos proyectos culturales o de medios masivos que interiorice el avance de este tipo de propuestas integradoras a nivel urbano en una ideología de gran complejidad de las múltiples interpretación que hay de este tipo de problemática.
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