POLITICA PARA AMADOR CAPITULO SEXTO

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POLITICA PARA AMADOR

CAPITULO SEXTO

LAS RIQUEZAS DE ESTE MUNDO

ANA LUISA OCHOA AGUIÑAGA

SEPTIMO CUATRIMESTRE

18 SEPTIEMBRE 2018, HERMOSILLO, SONORA.

¿Los animales son ricos o pobres? No es una incógnita que nos interese o nos deba preocupar. A pesar de que nos encontramos con algunas fabulas que nos dan enseñanzas.

Los animales al igual que los seres humanos tenemos necesidades, con la diferencia que los animales se satisfacen y se dedican a disfrutar y a descansar el resto del tiempo y no vuelven a satisfacerse hasta que es nuevamente necesario para ellos, no se dedican a inventar necesidades nuevas o sofisticadas más allá de las que están programados. Cuando buscan tienden a equivocarse al buscarlo pero saben firmemente lo que tienen que buscar; ¿un animal rico es aquel que llega a satisfacer exitosamente sus necesidades y pobre aquel que no lo consigue? por ello dejo al criterio de cada lector la respuesta.

Por el contrario nosotros los seres humanos después de satisfechos buscamos más problemas y a problemas le llamo a la comodidad, porque nunca estamos conformes con nada de lo que hacemos, siempre buscamos más sin saber qué es lo que necesitamos, todas nuestras necesidades las complicamos hasta hacerlas casi insaciables tal y como lo es a la hora de comer que siempre buscamos hasta excentridades, construimos rascacielos y a la hora d tener sexo mejor ni lo menciono.

Los animales buscan y nosotros rebuscamos. La necesidad es una simple necesidad pero también es todo lo que nosotros queremos que sea, lo que queremos que llegue a ser. El satisfacer una necesidad no solo es eso, también produce inquietud, afán y el querer más.

En el siglo XVIII el filósofo Jean-Jaques Rousseau atribuyo al desarrollo de la civilización la desigualdad, la explotación, la rivalidad entre los humanos y casi todos los restantes males de nuestra condición “Todos los hombres nacen libres y en todas partes viven encadenados”. En sus inicios el hombre vivía solo, sin habla y respondiendo solo a sus instintos y la naturaleza; Los humanos tenían ya una facultad que los animales no tienen, la facultada de perfeccionarnos. Rousseau no decía que volviéramos al mundo primitivo pero que llegáramos a una segunda naturaleza, una artificial en la que se hayan corregido la mayoría de nuestras desigualdades.

A nadie le gusta la idea de regresar a un mundo primitivo, como lo dice Fernando Savater “quiero terminar de escribir estas letras en la computadora e irme a ver televisión y tomarme unas aspirinas para el dolor de cabeza que me dio por pensar tanto, para que tú en algún momento puedas leer  lo escribo; en la actualidad nadie desinventa, solo hacen obsoletas las cosas o reinventan algo… más y mejor”.

La propiedad, los conflictos empezaron cuando las personas comenzaron a adueñarse de las cosas, a limitar los senderos con cercas, a diferenciar lo tuyo de lo mío. El origen de la desigualdad no es político sino económico, las sociedades primitivas son muy igualitarias en lo económico. A estas alturas la propiedad va ligada a la individualidad, cuando la individualidad se hace privada por así decirlo privada, particular; la propiedad también se hace particular y privada. También a lo inverso, a partir de propiedades privadas, van surgiendo individuos privados.

Las mentes esplendidas pero tajantes valoran las realidades sociales y políticas de forma absoluta; positivo y negativo, bueno y malo. La propiedad privada fomenta las desigualdades, las envidias, la codicia y hace que los humanos se identifiquen con lo que tienen y no con lo que son, es decir; la propiedad privada permite autonomía. Si no existiera la propiedad privada todos los hombres seriamos hermanos.

La propiedad y el dinero fueron problemas que llegaron con la urbanización, al dejar de vivir como campesino y al crear las grandes ciudades donde en ellas hay menos igualdad económica, donde hay más posibilidades de inventar una vida, donde hay un mayor número de jerarquías.

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