ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

PSICOLOGIA POSITIVA

STUART0124 de Septiembre de 2014

3.330 Palabras (14 Páginas)283 Visitas

Página 1 de 14

En tal sentido, la psicología a lo largo de su

desarrollo, ha descuidado los aspectos positivos

que se involucran en el desarrollo de los seres

humanos; como lo plantean Seligman &

Csikszentmihalyi (2000), quienesenfermedad

o la patología, la ha hecho descuidar los

aspectos positivos que por naturaleza propia tienen

los seres humanos, tales como el bienestar, la satisfacción,

la esperanza, el optimismo, el flujo y la felicidad;

ignorándose así, los beneficios que éstos

presentan para las personas.

A lo largo del tiempo, la psicología, además, ha contribuido

al desarrollo de la cultura de la victimología,

al focalizar su atención de forma exclusiva en los potenciales

efectos patológicos de la vivencia traumática,

lo cual sesga ampliamente la investigación y el desarrollo

de su teoría (Seligman & Csikszetmihakyi,

2000) y que ha llevado a asumir una visión pesimista

de la naturaleza humana.

Park (1998); Gillham & Seligman (1999); Davidson

(2002) aseveran que desde la Psicología Positiva se recuerda

que el ser humano tiene una remarcable capacidad

de adaptarse, de encontrar sentido y de crecimiento

personal ante las experiencias traumáticas

más terribles, capacidad que ha sido ignorada e inexplicada

por la psicología durante muchos años. (Citado

por Vera, 2004).

Así, distintos autores proponen reconceptualizar la

experiencia traumática o difícil desde un modelo

saludable, que, basado en métodos positivos de

prevención, tenga en consideración la habilidad

natural de los individuos de afrontar, resistir e incluso

aprender y crecer en las situaciones más adversas

que puedan vivir a lo largo de su vida. (Calhoun

& Tedeschi, 1999; Paton et al., 2000;

Stuhlmiller & Dunning, 2000; Gist & Woodall,

2000; Bartone, 2000; Manciaux, 2000; Pérez-Sales

& Vázquez, 2003). (En Vera, 2004).

Avia & Vázquez (1998) postulan que en el campo

de la salud mental, es habitual la presencia de ideas

esquemáticas sobre la respuesta del ser humano

ante la adversidad, y que éstas son ideas erróneas

preconcebidas acerca de cómo reaccionamos ante

determinadas situaciones, basadas únicamente en

prejuicios y estereotipos y no en hechos y datos

comprobados.

Así, se ha tendido a ignorar las diferencias individuales

en la respuesta a situaciones estresantes, tal y como lo

plantean Peñacoba & Moreno (1998); se ha asumido

que existe una respuesta unidimensional y de muy escasa

variabilidad en las personas que sufren pérdidas o

experimentan sucesos traumáticos o difíciles.

Frente a esta línea de pensamiento, existen estudios

que caminan en otra dirección, Wortman & Silver

(1989) revelan la existencia de un gran número de ideas

preconcebidas acerca de la respuesta humana ante la

pérdida, ideas fuertemente arraigadas en la cultura occidental

aún sin pruebas que demuestren su veracidad.

En su estudio, ambas autoras recopilan un amplio espectro

de resultados empíricos que demuestran que

suposiciones de este tipo no son correctas: La mayoría

de las personas que sufren una pérdida irreparable

no se deprimen, las reacciones de duelo y sufrimiento

no son necesarias y su ausencia no significa necesariamente

que exista o vaya a existir un trastorno. Y

es que las personas normales suelen resistir con insospechada

fortaleza los embates de la vida, e incluso

ante sucesos extremos hay un elevado porcentaje de

individuos que muestran una gran resistencia y que

salen psicológicamente indemne o con daños mínimos

del suceso. (En Bonanno, 2004).

L I B E R A B IT

84

Este estudio debe servirle a los profesionales de la salud,

para comprender la gran cantidad de ideas erróneas

sobre la respuesta humana que se asumen sin

evidencias empíricas, quizá, como hipotetizan estas

autoras, debido a una tendencia del ser humano a interpretar

los hechos en el sentido de sus creencias y

expectativas (profecías autocumplidas).

Algo importante a resaltar en ese estudio es que estas

personas resilientes afirmaron haber sentido emociones

negativas, pensamientos negativos y rumiaciones

en determinados momentos posteriores a la pérdida.

La diferencia estriba en que en su caso fueron transitorios

y no interfirieron en la habilidad de continuar

funcionando en otras áreas de la vida ni de experimentar

afectos positivos.

En definitiva, propone Bonanno (2004), lo que se

deduce de las investigaciones actuales sobre trauma

y adversidad, es que las personas son mucho

más fuertes de lo que la psicología ha venido considerando.

Los psicólogos han subestimado la capacidad

natural de los seres humanos de resistir y

"rehacerse", de ser resilientes frente a situaciones

difíciles o adversas.

Investigaciones recientes, ha demostrado que las emociones

positivas coexisten con las negativas durante circunstancias

estresantes y adversas; y además, como afirma

Fredrickson (1998) pueden ayudar a reducir los niveles

de angustia y aflicción que siguen a la experimentación

de dichas circunstancias. (Citado por Vera, 2004).

La psicología no es sólo psicopatología y psicoterapia,

nos encontramos frente a la ciencia que estudia

la mente humana y debemos pedirle a los profesionales

psicólogos, que se ocupen de todos sus

aspectos, no exclusivamente de sus debilidades,

traumas, trastornos y problemas.

En esta línea, debemos intentar reconducir el estudio

de la respuesta humana ante la adversidad con el

fin de desarrollar nuevas formas de intervención

que se basen no tanto en la patología y el trastorno

sino en un modelo más positivo, centrado en la salud

y la prevención, basado en intervenciones que

faciliten la recuperación y el crecimiento personal.

Stuhlmiller & Dunning (2000) afirman que se trata

de adoptar en lugar de un paradigma patogénico, un

paradigma salutogénico o saludable para la conceptualización,

investigación, diseño y aplicación de intervenciones

efectivas para el trauma o la adversidad.

Todos hemos tenido ocasión de comprobar como los

profesionales y la población en general se centran en los

aspectos negativos de los sucesos del 11 de Septiembre

de 2001, con los atentados en elWorld Trade Center de

NewYork, EstadosUnidos; y lo ocurrido el 11 deMarzo

de este año, con el atentado en la ciudad deMadrid,

España; todos, en tod el mundo hemos podido ser testigos

como las televisoras se llenaron de profesionales

de la salud mental alertando de las potenciales patologías

y traumas que iba a desarrollar la ciudadanía.

De esta forma, la palabra trauma pasa a formar parte

del vocabulario cotidiano de la población y se perpetúa

la cadena victimista y la visión del ser humano como

débil y necesitado de ayuda. (Citado por Vera, 2004).

La labor del psicólogo debe ir por el camino de reorientar

a las personas para que encuentren la manera

de aprender y crecer con su experiencia traumática. Y

esto se puede conseguir estudiando no sólo la patología,

la debilidad y el daño, sino la fuerza, la virtud y la

capacidad de crecimiento personal, aplicando las bases

de la Psicología Positiva a la concepción del trauma,

de la dificultad, el daño y la adversidad.

Vera (2004) afirma que desde la concepción patológica

del mundo se concibe al ser humano como débil frente

a las desgracias. Desde la reconceptualización que

propugna la Psicología Positiva, el hombre se hace

fuerte y capaz de aprender de todas sus experiencias.

Quizá se en esos terribles atentados contra la humanidad,

además de contemplar todas las consecuencias

patológicas posibles que dejan como secuela

en la población; los profesionales de la salud

mental debimos centrarnos en establecer los principios

resilientes, con el fin de poder contribuir al

desarrollo de las potencialidades y recursos de las

personas par salir adelante a pesar de la adversidad,

y no sumergirlas únicamente en los traumas, trastornos

y consecuencias negativas; tal cual se viene

haciendo desde hace muchos años.

A RTICULOS OR IGINA L E S

85

Después de haber abordado una de las principales

problemáticas y limitaciones de la psicología en general,

y haber remarcado la importancia de empezar a

evolucionar en nuestro terreno, y de dar mayor énfasis

a un nuevo enfoque y forma de trabajo psicológico,

pasaremos a desarrollar con más profundidad la

propuesta y cimientos de la Psicología Positiva.

Retomando los planteamientos de Seligman &

Csikszentmihalyi (2000), la Psicología Positiva, tal y

como su nombre lo indica, da énfasis en los aspectos

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (26 Kb)
Leer 13 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com