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Poda De árboles Ornamentales


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2014  •  2.949 Palabras (12 Páginas)  •  263 Visitas

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JARDINERÍA

Ing. Agrónoma María Luisa Ferrari

Poda de árboles ornamentales

Por el Ing. Carlos Anaya – Revista TGM Nº 19

Antes de podar un árbol es necesario tener presente los objetivos del trabajo a realizar y el mejor momento para efectuarlo.

Un árbol vegetando aisladamente, sin ningún tipo de competencia y en buen estado sanitario, no necesita ni debe ser podado; la realidad de la mayoría de los árboles que desarrollan en áreas urbanas, es muy diferente y por diversos motivos hay que recurrir a la práctica de la poda.

La poda racional se basa en dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿por qué podar?, ¿qué podar?, ¿cuándo? y ¿cómo?.

Hay varios conceptos y prácticas erróneas referidas al cuidado de los árboles, que se vienen transmitiendo por generaciones y que se escuchan habitualmente: “pintando los troncos de los árboles con cal en el invierno se matan los bichos”, “podando los árboles se vienen más fuertes”, si está debilitado póngale clavos en el tronco”, “hay que podar en los meses que no tengan ´r`: mayo, junio, julio y agosto”...

La poda sin ningún lugar a dudas es una agresión al árbol, que produce heridas en el tejido de la corteza, constituyendo una puerta de entrada a diferentes patógenos.

Cuando no se conoce la técnica de la poda y se realiza en forma errónea, normalmente se observa pudrición descendente desde las ramas involucradas hasta el tronco, producto de la contaminación con hongos xilófagos; este proceso irreversible lleva a la declinación prematura y muerte del ejemplar.

Objetivos de la poda

El mantenimiento ordinario de un árbol consiste en operaciones de poda de escasa envergadura y de carácter netamente preventivo:

- Ramas muertas, secas, dañadas, enfermas, tocones: su eliminación disminuye los riesgos de ataque de fitopatógenos que provocan pudriciones de la madera.

- Renuevos: brotes que nacen de las raíces, muy común por ejemplo en el caso del tilo. Su presencia produce una menor vitalidad en el árbol por incremento de destinos.

- Chupones: son ramas que nacen con mucho vigor a expensas de alimentarse de las ramas que las sostienen y cuya dirección de crecimiento es casi perpendicular al suelo.

- Ramas mal dispuestas: las ramas con ángulos muy débiles, mal posicionadas en la copa, que se entrecruzan, que crecen muy cerca de otras provocando con el tiempo estrangulamiento de tejidos y muerte o bien cuando son de menor diámetro al frotarse con las vecinas por el viento se laceran, disminuyendo el potencial de traslocación.

Para comprender el porqué de la poda hay que conocer y entender previamente la morfología y la fisiología de la planta: qué función cumple cada parte del árbol, y cómo interaccionan entre sí, aspectos éstos que exceden al objeto de la presente nota.

El árbol es un todo, en el que la parte aérea y la radicular están íntimamente relacionadas, cualquier acción sobre el sistema aéreo, repercute sobre las raíces y cualquier acción sobre éstas últimas tiene incidencia sobre el follaje. Por ejemplo: si estamos en presencia de un árbol que fue sometido a un importante corte de raíces en la época de crecimiento debido a una excavación hecha para el tendido subterráneo de algún servicio en la vía pública, debemos regenerarle el equilibrio con la poda. Por un lado reducir la copa va a implicar una menor evapotranspiración de agua por disminución de su sistema radicular; al sacarle follaje, evapotranspirará menos, de modo que regularemos así el nivel hídrico de la planta. Por otro lado si hubo rotura de raíces de anclaje, podando el sistema aéreo opuesto al hemisferio subterráneo dañado, minimizaremos el riesgo de caída.

Similares respuestas hay que brindarle al árbol cuando, por ejemplo, sufre daños por escape subterráneo de gas domiciliario o bien cuando debe ser trasplantado o es afectado por alguna enfermedad que comprometa a las raíces.

Un árbol proveniente de semilla, si se deja crecer libremente, a los pocos años, siendo joven, tendrá una excesiva cantidad de ramificaciones que emergerán de su tallo. Al llegar a la madurez presentará una estructura típica de la especie con un fuste libre coronado de ramas de diámetros armónicos, producto de la selección natural que se deshizo de las débiles, enfermas, sombreas, mal ubicadas, etc.

Esto es característico de cada especie y tenemos casos extremos como el pino Paraná y el ciprés calvo, árboles en que en el primer caso la eliminación de ramas es prácticamente continua a lo largo de su vida y en el segundo no es muy significativa en términos cuantitativos.

Este proceso natural, puede acelerarse en forma artificial con la práctica de la poda, a fin de lograr una planta “formada” a la salida del vivero para poder ser trasplantada a su sitio definitivo (poda de formación).

Hay casos en que la poda persigue otros fines y entonces se corta material para elevar la productividad, como en los casos de la actividad frutícola o silvícola.

Aquí la poda tiene como objeto obtener cantidad y calidad de madera: fustes altos, pocos nudos (poda de escamondo) o de fruta: floración y fructificación homogénea para cosechar un producto de mayor tamaño y calidad, adecuada altura para la cosecha y tratamientos sanitarios, mayor resistencia por incremento de su vigor a causa de la redistribución de reservas (podas de formación, de acortamiento, de fructificación, de raleo).

En lo que respecta al árbol urbano, y más precisamente el que forma parte de la alineación de las calles, en muchas ciudades constituye un compromiso o problema.

Esto se debe a la mala elección de la especia plantada en relación al entorno en que vegeta: espacio aéreo y/o radicular reducido, efectos de sombreado en viviendas, aunque también los problemas que derivan de la mala plantación o falta de cuidados postrasplante.

También hay casos en que si bien la especie elegida fue la adecuada, se prioriza en determinado momento un proyecto de ingeniería sobre la vida del árbol añosos y se eleva el nivel de tierra sobre el cuello, se varía el régimen hídrico, se compacta el suelo por el peso de la maquinaria, se eliminan los primeros centímetros del suelo donde está el mayor porcentaje de raíces funcionales...

Ante la falta de gestión del arbolado o por la mala planificación del mismo, la poda constituye una de las únicas respuestas posibles que origina riesgos para la salud de los

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