Prevenir Antes Que Reparar

PREVENIR MAS NO REPARAR

“SE DEBE LLEGAR ANTES DE”

El abuso sexual es definido como todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios, insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona .

El abuso sexual infantil es el flagelo que está carcomiendo los cimientos de nuestra sociedad moderna; es una problemática frente a la cual cualquier niño, niña o adolescente puede estar expuesto. Se reproduce como un cáncer y avanza sin medida, causando efectos desastrosos, negativos, y en muchas ocasiones irreparables en la vida de quien se ve afectado. Este fenómeno es considerado en todas sus manifestaciones una de las más graves violaciones a los derechos humanos.

Unicef sitúa la incidencia poblacional de ASI (Abuso Sexual Infantil) en valores pandémicos. Este organismo ha estimado en América Latina y el caribe la ocurrencia de que por cada tres niños uno es abusado sexualmente.

Aunque no existen estadísticas exactas, se calcula que en Colombia hay más de 30.000 menores de edad víctimas de explotación sexual, situando el problema en referencia como una prioridad social.

La declaración de los derechos del niño, en su artículo 34, establece que las autoridades deben proteger a los niños de la explotación y los abusos sexuales . Partiendo de estos artículos, cabe denotar que las disposiciones del estado están enfocadas en la posible reparación de la víctima, aplicando las disposiciones legales vigentes para hacer frente y combatir al abusador sexual, mas no en la prevención del abuso sexual infantil que es apremiante.

Para efecto de lo anterior se hace necesario e indispensable la educación sexual infantil para combatir este fenómeno social, partiendo de la idea de que si se educa sexualmente a los niños, ellos tendrán las herramientas necesarias para decir NO y hacerle frente a los posibles abusadores (que en su mayoría son parientes cercanos del menor o amigos allegados a la familia) que buscan agredirlos física, psicológica y sexualmente.

Para abarcar a toda la sociedad colombiana, se hace indispensable la implementación de una catedra de sexualidad infantil en las instituciones educativas desde el grado preescolar, en donde se provea al niño de las herramientas necesarias para afrontar un posible caso de abuso sexual.

Esta catedra debe contener agentes de prevención, por medio de técnicas que fortalezcan el carácter y el autoestima del niño y promulguen el dialogo entre padres e hijos. Entre los factores de enseñanza debe incluirse una instrucción completa al niño para que reconozca sus partes privadas (sin necesidad de utilizar la terminología profesional de genitalidad) y cuide de ellas, para que reconozca cuando algún individuo quiera afectar su vida e integridad, recurriendo a mostrar o a querer ver sus partes privadas, y para que fortalezca los lazos de confianza con sus familiares y pueda contarles, con toda tranquilidad de que le van a creer, si en algún momento evidencia un riesgo de abuso sexual.

Arrancar el problema de raíz es una labor humanamente imposible, pero se debe fomentar la prevención del abuso sexual, y que mejor desde las instituciones educativas, en las cuales se educa de forma integral al niño. Se está en la obligación de proteger los derechos de los niños y velar porque su crecimiento sea el mejor, y no se vea interrumpido por aquellos individuos que quieren hacerles daño.

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