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Proyecto D Ela Diversidad


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2014  •  3.461 Palabras (14 Páginas)  •  182 Visitas

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PROYECTO DE LA DIVERSIDAD

La crisis de la exportación bananera precipitó el descalabro de la estabilidad constitucional, pero abrió también paso a un conflictivo proceso de modernización y cambios de corte reformista. Desde los años sesenta hasta el fin de los setenta o inicios de los ochenta, se dieron profundas transformaciones de la sociedad ecuatoriana. No se trataba solamente de un cambio en el producto básico de exportación (banano por petróleo), sino de un agotamiento del modelo agroexportador y del surgimiento e inicial consolidación de un nuevo modelo de dominación. Un esfuerzo de modernización y racionalización de la estructura, acompañado de los consiguientes conflictos y tensiones sociales, fue la forma concreta que asumió este proceso en el que se produjeron significativas variaciones en la ubicación de los grupos sociales, al mismo tiempo que se definían cambios en las relaciones dependientes del Ecuador. La situación internacional en su conjunto, particularmente la de la metrópoli norteamericana, sobre determinaron la acelerada transformación de la realidad del Ecuador.

Desde los años sesenta fue ganando impulso la integración latinoamericana. Su primer intento fallido fue la ALALC. En 1969, con la presencia de Ecuador, se fundó el “Pacto Andino”, que con logros y dificultades avanzó hasta fin del siglo y cambió de nombre y estructura en la Comunidad Andina, CAN.

El cambio gestado en el agro, junto a un proceso de desarrollo industrial y el robustecimiento del capital financiero, marcaron la tónica del período. Un nuevo cuadro de ubicaciones, contradicciones y alianzas de los sectores sociales se iba configurando.

Y en el plano más estrictamente político se dio una expansión sin precedentes del ámbito del Estado junto con el resquebrajamiento de los tradicionales frentes y organizaciones políticas. Las Fuerzas Armadas, a tono con el proceso de modernización y complejización del Estado, fueron desarrollando cierto espacio de autonomía en su acción política, que se expresó en sus dictaduras.

A inicios de los años sesenta, la protesta social se intensificó bajo condiciones de influencia internacional del triunfo de la Revolución Cubana y el ascenso de la lucha antiimperialista continental. Pero aunque el sentimiento pro-izquierdista se difundió mucho, las organizaciones de izquierda sufrieron quiebras internas. El Partido Socialista y el Partido Comunista se dividieron en varias alas. Las fuerzas tradicionales, conservadurismo y liberalismo, empezaron, por su parte, a sufrir cuarteamientos. De este modo, dentro del aparato del Estado y en la escena política surgieron tendencias reformistas y modernizantes, que se consolidarían en los años setenta.

Pero las modificaciones no se circunscribieron al Estado y a la escena política. Los años sesenta estuvieron marcados por el inicio de transformaciones de la sociedad toda.

La creciente urbanización; la difusión de medios de comunicación, entre ellos la radio hasta en alejados sectores rurales, y la televisión; el crecimiento significativo de la educación, son ejemplo de esto. Pero quizá el aspecto más visible fue el profundo cambio de la Iglesia católica, que fue abandonando su actitud apologética antiliberal y enfatizando en cuestiones sociales. Fue así como surgió una corriente de cristianos renovados y comprometidos con la lucha de los pobres, cuya máxima figura es monseñor Leonidas Proaño, quien tuvo que enfrentar la persecución de las dictaduras e inclusive de la propia jerarquía eclesiástica.

De la crisis al auge (1960-1979)

En las elecciones de 1960 Velasco Ibarra explotó el sentimiento antiimperialista y los deseos de cambio y logró un caudaloso triunfo, pero no pudo sostenerse en el poder.

Fue depuesto en 1961 y le sucedió constitucionalmente el Vicepresidente. El gobierno de Carlos Julio Arosemena (1961-1963) afrontó conflictos surgidos del intento por sofocar y aislar la campaña norteamericana anticomunista, histérica y virulenta, en la que el clero fue instrumento de las agencias de seguridad norteamericana. Al cabo de varios meses de tensión, los jefes militares depusieron al Presidente, inaugurando una nueva dictadura.

La Junta Militar de Gobierno (1963-1966) enmarcó su acción dentro de la tónica general impuesta por la influencia norteamericana en el subcontinente. Fue, por una parte, ferozmente anticomunista, como reacción al “peligro cubano”; por otra parte, buscó una modernización que readecuara al país, y especialmente sus sectores más tradicionales, a las nuevas condiciones del desarrollo capitalista. La Ley de Reforma Agraria, destinada a cambiar las relaciones precapitalistas en el agro, el crecimiento enorme de una tecnoburocracia pretendidamente apolítica, pero derechista pese a su estilo modernizante, son quizá los hechos fundamentales de un gobierno que, pese a todo, no logró ser sino parcialmente reformista. En efecto, cuando intentó una reforma de los impuestos al comercio exterior, la oligarquía afectada orquestó la reacción de varios sectores sociales que terminó por echar abajo a los coroneles. Fruto de un acuerdo de notables fue el interinazgo de Clemente Yerovi, que duró justamente lo necesario para organizar una nueva Asamblea Constituyente. Reunida en 1966, eligió presidente interino a Otto Arosemena Gómez, cuyo gobierno representó una alianza de la vieja derecha con grupos de la oligarquía de vertiente más moderna, vinculados al comercio y la banca. En 1968 volvió Velasco al poder, pero su triunfo estrecho fue síntoma de que su momento estaba ya pasando. La crisis económica y fiscal y la consecuente agitación fueron los detonantes de una nueva dictadura en que se embarcó el anciano caudillo en 1970. Pese a sus renovados esfuerzos por “reconstitucionalizar” al país, cayó en 1972, casi al fin del período, por acción de los militares que habían sostenido su régimen de facto.

El Gobierno Nacionalista y Revolucionario de las Fuerzas Armadas, presidido por el general Guillermo Rodríguez Lara, comenzó en 1972, justo en el momento en que se abría la mayor expansión económica que registra la historia nacional. La exportación petrolera se inició en una coyuntura internacional de elevación sostenida de los precios de los hidrocarburos. Eso dio al gobierno recursos que nunca antes había manejado, y que fueron dedicados, a veces en forma superflua o mal planificada, al robustecimiento y modernización del Estado y el aparato productivo. El gobierno tuvo iniciativas progresistas, especialmente en su política internacional, puesto que defendió la soberanía del país sobre sus recursos naturales. El Ecuador ingresó a la Organización de Países Exportadores

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