ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Psicologia


Enviado por   •  31 de Octubre de 2012  •  2.128 Palabras (9 Páginas)  •  258 Visitas

Página 1 de 9

INTRODUCCIÓN TEORÉTICA.

(El problema gnoseológico).

Cualquier hombre firmemente se juzga que es apto para conocer las cosas como son en s, de tal manera que se enoja contra aquellos que lo contradicen. Pues todos, contra los que impugnan nuestros juicios, protestamos diciendo: “Yo digo la verdad, ¡no miento, no fallo!”

Sin embargo, no se puede negar que nosotros con frecuencia caemos en el error en cualquier edad o estado de cultura.

Surge luego la pregunta:

¿El conocimiento humano aprende las cosas como son en sí? O de otra manera:

¿Se dan las cosas como son en sí? O de otra forma: ¿El conocimiento humano puede aprender las cosas como son en sí?

De esta última posición de la pregunta se deduce la denominación de la misma pregunta: se llama pues cuestión sobre el valor del conocimiento, es decir, de la capacidad del conocimiento humano para aprender las cosas como son en sí; mas como las cosas sean entes (), el valor del conocimiento se llama también valor real o valor ontológico del conocimiento humano.

Esta pregunta no es puesta por el hombre común, pues el mismo, aún cuando yerra, juzga poder conocer la verdad con certeza y de hecho muchas veces la conoce; la cuestión mas bien se pone por el filósofo, cuyo oficio es juzgar sobre el conocimiento, porque la filosofía es la ciencia fundamental (el problema radical y la doctrina universal de las cosas) o sea, la sabiduría.

Sin embargo, la cuestión no se pone en el ejercicio de filosofar: existe pues, un paralelismo entre la evolución cultural del hombre en singular y la evolución cultural de la humanidad y de la filosofía.

El hombre en su infancia considera solo el mundo circunstante y poco atiende el propio “yo”; en la juventud mas vale el yo para sí mismo que el mundo, mas el mundo se considera como puro instrumento del propio yo; y mientras antes muchas veces simplemente y sin disputa sostenía y retenía las cosas por la tradición y el testimonio de otros, tiempo después somete todo esto al juicio crítico y se hace a sí mismo preguntas buscando que sea el mismo, el mundo, que deba hacer para adquirir un óptimo estado de vida.

De una manera semejante, casi todos los primeros filósofos se estuvieron en la consideración del mundo (cosmologismo); después hicieron una reflexión hacia el propio “ego”, o sea, hacia el hombre y establecieron juicios acerca de la capacidad del hombre para conocer y para obrar.

La crisis siempre acompaña a la adolescencia, ya del hombre singular, ya de la filosofía.

Así mismo nosotros primero hemos tratado las cuestiones del mundo infrahumano (Cosmología), después las cuestiones del hombre (Sicología) siempre juzgando que el conocimiento nos refiere las cosas como son en sí. Ahora también por esto que:

1) Advertimos con frecuencia que hay error en nuestros conocimientos;

2) Encontramos muchas veces contradicción en las doctrinas de los filósofos.

3) Tendemos naturalmente a conocer las cosas suprasensibles acerca de las cuales se tienen muchas dificultades , ponemos el problema acerca del valor del conocimiento para que:

1) Desechemos el error por medios aptos.

2) Expliquemos en general la oposición de las doctrinas filosóficas,

3) Establezcamos la posibilidad de conocer las cosas suprasensibles o de construir la ciencia metafísica.

El problema, pues sobre el valor del conocimiento constituye el problema crítico ( juicio del conocimiento) o problema gnoseológico, cuya solución se da en la Gnoseología ( conocimiento,  ciencia).

No obstante analizaremos brevemente la historia del problema gnoseológico para que podamos resolver más claramente las cuestiones singulares.

II. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA.

Después de un inicio eminentemente gnoseológico, la filosofía griega trató también de cuestiones sobre el valor del conocimiento, es muy célebre la oposición entre Heráclito y Parménides: el primero prefiere el conocimiento sensitivo y sostiene que todas las cosas cambian continuamente, porque así aparecen a los sentidos; el segundo prefiere el conocimiento intelectivo (conceptual) y sostiene que todo se reduce al ente uno e inmóvil.

Heráclito por consiguiente sostiene que sólo el conocimiento sensitivo aprende las cosas como son en sí, Parménides sostiene que solo el conocimiento intelectivo aprende las cosas verazmente mientras el conocimiento sensitivo refiere sólo la mutación de las apariencias (de los fenómenos).

Por la doctrina de Heráclito y Parménides los sofistas dedujeron esta doctrina: el conocimiento humano no puede aprehender las cosas como son en sí, luego las cosas son como aparecen a cada hombre (relativismo, en cuanto el valor del conocimiento y la naturaleza de las cosas son relativos a cada hombre en singular: la verdad es relativa a los individuos).

Contra los sofistas, Sócrates proclama el valor universal y necesario del conocimiento intelectivo, es decir, el valor del concepto, el cual es necesario para la obligación universal y absoluta de la ley moral.

Platón y Aristóteles perfeccionaron la obra de Sócrates. Platón desprecia el conocimiento sensitivo; porque este aprende las cosas como mutables mientras aquello que es el ente debe ser necesario e inmutable; la sensación ofrece solo la opinión () o la probabilidad; de donde Platón exalta el conocimiento intelectivo; porque este solo aprende las cosas inmutables o sea los entes ejemplares eternos de todas las cosas ( ideas, especies, formas) y ofrece la ciencia ().

Aristóteles admite el valor del conocimiento, ya sensitivo, ya intelectivo. Según él, el conocimiento sensitivo aprende las cosas singulares y concretas como están en la naturaleza, el conocimiento intelectivo obtiene de las cosas aprendidas por los sentidos obtiene los conceptos universales por los cuales se obtienen los principios y las argumentaciones para la construcción de la ciencia.

Después de Aristóteles, los filósofos griegos, principalmente bajo el influjo de las condiciones políticas (sumisión de Grecia bajo Filipo macedonio) trataron más bien los problemas morales, pero no faltaron estudios del conocimiento y de la ciencia.

Algunos platónicos

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (13.6 Kb)  
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com