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¿Qué hace el distingo entre una comunicación oral y otra comunicación oral efectiva?


Enviado por   •  30 de Octubre de 2016  •  Apuntes  •  9.829 Palabras (40 Páginas)  •  309 Visitas

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Capítulo 1.  

Comunicación oral efectiva

1.1        Introducción

Por qué debo hablar en público. ¿Qué tiene de particular una presentación en público que nos oblig a hablar de ella?

¿Qué hace el distingo entre una comunicación oral y otra comunicación oral efectiva?

Son muchas las reflexiones que acompañan a una persona antes de abordar su estreno como oradc o presentador en una instancia pública. Algunas van por el lado de justificar este tipo de intervenciór otras señalan las particularidades técnicas de este discurso y hay también las que apuntan escudriñar el entramado socio-psicológico que representa un sujeto hablándole a un grupo d personas. Cualquiera que sea nuestra perspectiva deberemos reconocer que estos énfasis hacen d los discursos públicos un elemento fascinante tanto para el análisis como para la ejecución en carn propia de un discurso.

Alguien que habla en público y lo hace bien, sin duda es alguien que genera un atractivo especial. S torna, pues, una obligación para quien aborde tal propósito, conocer las claves del proceso de I comunicación oral efectiva. ¿Cómo y por qué funciona así?

1.2        Comunicación oral

1.2.1        Por qué hablar en público

¿Se ha preguntado usted sobre el sentido, del porqué presentar en público ciertas temáticas e ideas, en circunstancias de que esos contenidos podrían entregarse por escrito? ¿Por qué subirse a un atril, un escenario o utilizar un micrófono para hablar de aquello que se sabe? En definitiva, ¿qué tiene de especial y atrayente el ver a alguien hablar persuasivamente sobre algún tema?

Elaboremos una simple reflexión para buscar respuestas a estas interrogantes. Cuando vemos a alguien hablar en público en una exposición, charla o conferencia y logra ser persuasivo ¿qué es lo que realmente estamos viendo y cómo ocurre aquello frente a nuestros ojos?

•        Escuchamos y vemos a alguien que sabe un tema determinado.

•        Vemos a esa persona desplazándose, moviéndose y gesticulando.

•        Estamos ante un hecho y no sólo un contenido.

•        Somos parte de ese hecho por cuanto el orador se dirige a nosotros.

•        Escuchamos mucha información, aunque no toda la podemos retener.

•        El orador refuerza sus palabras con material audiovisual, dibujos, etc.

De estas respuestas se desprenden varias deducciones. En primer lugar, el discurso oral presenta un nivel de percepción más amplio para el público que la simple lectura de un documento, es decir, hay más elementos en juego al momento de decodificar un mensaje hablado. Esto implica mayor complejidad en la producción, la ejecución y la lectura de esa intervención oral. La complejidad del discurso oral es la que a veces atemoriza a quienes se enfrentan a esta posibilidad comunicativa, prefiriendo no aprovechar las posibilidades que entrega esta opción.

En segundo lugar, la presentación oral de contenidos debiera implicar la capacidad del orador de hacer claros y elocuentes sus contenidos, es decir, justificar la razón de ser de esa presentación: dar a conocer en forma oral y no escrita sus puntos de vista. El tema es que no dé lo mismo la forma empleada para comunicar.

Según la máxima comunicativa que señala que siempre estamos comunicando tendremos que, por tanto, potenciar y enfocar las posibilidades del discurso oral para aprovechar la efectividad que éste tiene. Si siempre estamos comunicando deberemos, entonces, estar atentos a esa herramienta para mejorar no sólo la calidad del mensaje (que siempre está) sino también la calidad y las condiciones de recepción de ese mensaje. Lo que hace el discurso oral es preocuparse no sólo del mensaje en cuanto a dato sino también de las condiciones de emisión de ese mensaje, así llamado canal o medio, y además de las condiciones de recepción del espectador o del público.

El orador tiene a su disposición los que se llaman elementos fáticos. para corregir, actualizar o simplemente constatar que aquello que se está diciendo está siendo entendido y recibido y esa corrección o comprobación ocurre en el discurso mismo y, a la vez. constituye en sí una parte del discurso. Ejemplo: "Pues bien, este concepto, les ha quedado claro, ¿cierto? ¿Hay alguna duda? Voy a reiterar la definición que he dado". El discurso oral permite tener una comprobación in situ de la efectividad de los contenidos que se están expresando. Esta particularidad es lo que genera el atractivo y, a la vez, el riesgo y el temor de asumir una presentación pública. Reconocer esta posibilidad nos abre las perspectivas para entender la utilidad que una comunicación oral bien ejecutada puede tener. Esto lo saben, sin duda, los grandes oradores, ciertos políticos, líderes religiosos y algunos célebres vendedores o conferencistas. Ahí están sus libros y sus manifiestos, pero sin duda, lo que marca época y ha logrado establecer un modelo a seguir es su calidad retórica.

¿CUÁLE S SON LAS EXCUSAS MÁS COMUNE S PARA NO ABORDAR UNA PRESENTACIÓN EN PÚBLICO?

•        Me pongo demasiado nervioso frente a un público numeroso.

•        No tengo una vos adecuada, así que mejor no hablo en público.

•        No se me ocurre cómo plantear estos temas tan complejos en público.

•        Lo que tengo que decir no es tan importante.

•        Mis ideas son lo suficientemente atractivas y no necesitan que las actúe.

Pues bien, vamos a ir comentando cada una de estas objeciones para ver cuánto de verdad contienen:

En el caso de: Me pongo demasiado nervioso frente a un público numeroso; efectivamente, esta es quizás la observación más fundamentada de todas las que se formulan. Sin embargo, cabe señalar que el nerviosismo no es privativo solamente del hecho de hablar en público. Nerviosos estamos en muchas ocasiones y frente a variados estímulos. ¿Tiene algo de especial, quizás, el nerviosismo de hablar ante un grupo numeroso? Probablemente sí, ya que somete nuestras capacidades ante un juez público y masivo, que emitirá su veredicto rápidamente. Pero el nerviosismo como tal se expresará en nosotros de la misma manera que por ejemplo frente a una declaración de amor o en una entrevista de trabajo, etc.: sudoración. sequedad bucal, aceleración del ritmo cardíaco, tartamudeo. Si hemos convenido en que el nervio es natural tanto en esa como en otras situaciones el punto es cómo superarlo. Para eso se irá trabajando en ejercicios y dinámicas a lo largo de este curso. La clave es recordar que el nerviosismo es natural y positivo, pues le inyecta energía a nuestro actuar. El punto es cómo superarlo y controlarlo al momento de hablar en público y en tal sentido la experiencia es la mejor herramienta; vale decir, practicar y practicar.

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