RACIONALIDAD Y FELICIDAD
biictorf7 de Mayo de 2013
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CAPÍTULO PRIMERO
: EL DILEMA DE LA ORGANIZACION
A diferencia de las organizaciones primitivas, la organización moderna da un alto valor a la racionalidad, la efectividad y la eficiencia. Combinando recursos con personas y evaluando constantemente su desempeño, la organización persigue objetivos que benefician a la sociedad.
La organización no es un invento moderno. Sin embargo, la sociedad moderna tiene más organizaciones, que satisfacen una mayor cantidad de necesidades, de una mayor cantidad de personas y afectan a una mayor proporción de la población. La organización moderna es, también, más eficiente que la antigua o la medieval.
El costo social de este desarrollo de la organización se verifica en que muchas veces la organización se ha convertido en amo de la sociedad, en vez de ser su servidor. Por eso se hacen muchos esfuerzos para minimizar la frustración y distorsión que provocan a veces las organizaciones sociales, al mismo tiempo que se mantiene o aumenta su eficiencia.
El dilema es entonces aumentar la racionalidad sin disminuir la felicidad (del elemento humano constituyente de las organizaciones).
No se verifica necesariamente una relación inversa entre ambos conceptos: No todo lo que aumenta la racionalidad, disminuye la felicidad humana. Hasta cierto punto, estos conceptos van de la mano hasta el punto en que dejan de sostenerse.
Un personal que está satisfecho es más eficiente, sin embargo se llega a un punto en que no todo trabajo puede ser bien remunerado o satisfactorio. Aquí surge el dilema.
Así, la organización debe apuntar a construir agrupaciones humanas tan racionales como sea posible y al mismo tiempo producir un mínimo de efectos indeseables y un máximo de satisfacción.
Definición de Organizaciones son unidades sociales construidas para conseguir objetivos específicos.
Se caracterizan por:
1) la división del trabajo.
2) la presencia de uno o más centros de poder que controlan los esfuerzos y dirigen hacia los fines.
3) la sustitución de personal, en caso de que no sea adecuado en la tarea que realiza.
CAPÍTULO VI
CONTROL Y JEFATURA DE LA ORGANIZACIÓN
Es evidente la tensión entre las necesidades de la organización y las de los participantes -entre efectividad, eficiencia y satisfacción- en el campo del control de la Organización. Las dos series de necesidades se apoyan mutuamente.
El éxito de una Organización depende en gran parte de su capacidad de mantener el control de los que participan en ella.
Todas las unidades sociales controlan a sus miembros; pero en las Organizaciones el problema del control es específicamente agudo. Las Organizaciones en cuanto unidades sociales que sirven finalidades específicas son unidades sociales artificiales. Están planeadas, estructuradas deliberadamente; revisan constantemente sus actuaciones y se reestructuran a sí mismas de acuerdo con ello. Las organizaciones requieren una distribución formalmente estructurada de recompensas y sanciones para apoyar la obediencia a sus normas, reglamentos y órdenes.
Para desempeñar esta función de control, la organización debe distribuir sus recompensas y sanciones según la actuación, de manera que aquellos cuya actuación se ajusta a las normas de la organización sean recompensados, y aquellos cuya actuación se desvíe de ellas sean castigados.
Clasificación de los medios de control.
Los medios de control aplicados por una Organización pueden clasificarse en 3:
• Física: El físico afecta al cuerpo. El control basado en medios físicos se designa como poder coercitivo.
• Material: Las recompensas materiales consisten en bienes y servicios. La concesión de símbolos (por ej. dinero) que permitan adquirir bienes y servicios se clasifica como material, porque el efecto sobre el que los recibe es similar al de los medios materiales. El uso de los medios materiales con fines de control constituye el poder utilitario.
• Simbólica: Son símbolos normativos, los de prestigio y estimación; y símbolos sociales, los de amor y aceptación. El uso de símbolos con fines de control corresponde al poder normativo, normativo-social o social. El poder normativo se ejerce por aquellos que ocupan rangos superiores para controlar directamente los rangos inferiores. El poder normativo-social se usa indirectamente, como cuando un superior apela a los iguales de un subordinado para controlarlo. El poder social es el poder que los iguales ejercen sobre otros.
El uso de varias clases de medios con fines de control de poder tiene diferentes consecuencias en la naturaleza de la disciplina obtenida. El uso del poder coercitivo es más enajenador para aquellos sometidos a él que el uso del poder utilitario, y el uso de éste más enajenador que el uso del poder normativo. El poder normativo tiende a engendrar más compromiso que el utilitario, y el utilitario más que el coercitivo. En otras palabras: la aplicación de medios simbólicos de control tiende a convencer a la gente, la de los medios materiales tiende a desarrollar sus intereses en obedecer y el uso de medios físicos tiende a forzarlos a obedecer.
Las actividades expresivas en la prisión son controladas casi exclusivamente por jefes reclusos que establecen y hacen cumplir las normas relativas a lo bueno y lo malo.
Los oficiales de la prisión tienen poco control de estas normas y relaciones. Esta es una de las razones por las cuales los esfuerzos de rehabilitación y el trabajo psiquiátrico no tienen mucho éxito en las prisiones tradicionales mientras no se cambie la estructura básicamente coercitiva.
El principal control instrumental de los oficiales es ecológico: incluye mantener a los reclusos en la prisión y asignarlos a las diversas secciones y celdas.
Cuanta menos coerción se emplea, más influencia se logra sobre la cuenta de los reclusos, y mayor es la probabilidad de que se desarrolle una jefatura formal. Al aumentar el equipo profesional y reducirse la coerción de estas cambiando recompensas sociales por castigos físicos, la influencia de los terapeutas en los reclusos crece gradualmente, aunque nunca llega a la de los jefes en O sumamente normativas.
En O basadas predominantemente en controles normativos, tiende a haber pocos “oficiales” y pocos líderes informales; los líderes formales efectivamente controlan a la mayoría de los que participan en la O.
El control de las O normativas depende mucho más de las cualidades personales que en las O coercitivas. Los esfuerzos sistemáticos de las O normativas para procurarse una jefatura en los puestos formales, y el altísimo grado de éxito de semejantes esfuerzos, hace menos probable la evolución de líderes informales.
Los líderes formales en las O normativas tienen menos éxito en el ejercicio del control tanto instrumental como expresivo, aunque se preocupen más de controlar las actividades expresivas.
Las O religiosas son O normativas típicas. Los hospitales son también O normativas, en cuanto el médico tiene que convencer el enfermo de que siga sus indicaciones.
El control en las O utilitarias se divide más simplemente entre los oficiales de la O, los líderes formales y los líderes informales de los empleados. Además, la principal preocupación en estas O es el control instrumental de asuntos tales como la producción y la eficiencia, y no el control de relaciones y normas establecidas por los obreros, en cuanto éstas no afecten negativamente a las actividades instrumentales. El esquema particular de liderato que se desarrolle depende en gran parte del grado relativo de enajenación o compromiso de los empleados.
En las fábricas en las que los obreros están menos enajenados, y en las O de trabajadores no obreros, la jefatura formal ejerce considerablemente más control, de manera especial sobre las actividades instrumentales.
Las O normativas parecen ser el único tipo que requiere una jefatura formal considerable para operar, e incluso éstas pueden marchar bien con el control formal de las actividades expresivas y solamente algo de las instrumentales.
En la O que se estudie o que se quiera examinar hay que: En primer lugar, ha de determinarse la naturaleza del poder típicamente empleado por la organización: ¿Es coercitivo, normativo o utilitario? Después, ha de establecerse la orientación típica del grupo de participantes observado. ¿Están enajenados o comprometidos? Esto puede entonces relacionarse con el lugar de la jefatura dentro de la estructura de poder de la O. ¿Está su lugar en los puestos de la O (formal) o entre los participantes inferiores, que no tienen puestos de poder dentro de la O (informal)? La jefatura de la O ¿Es solamente instrumental, solamente expresiva, o ambas?
EL PLACER Y LA NORMA EN CIENCIAS SOCIALES
Martín Serrano considera que, los padres fundadores de las ciencias humanas estuvieron empeñados en la búsqueda de la felicidad, la verdad y la justicia, y colocaron estos valores como fundamento de prueba de las organizaciones
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