RESUMEN PEDAGÓGICO

En los últimos tiempos el pensamiento pedagógico ha dado un giro de 180o. La escuela ha pasado de ser un lugar en el que el docente era el centro, y los discentes, unos meros “copistas” que se acogían a toda norma propuesta por el profesor; a un lugar en el cual la disciplina no tiene sitio ya que se asocia con un autoritarismo relacionado con la dictadura.

La Escuela Nueva y la Psicología Humanista dejan en un segundo plano al docente permitiendo al alumno actuar más libremente y creando su “propio” conocimiento.

Pienso que este cambio tan radical se produjo como forma de rechazar el autoritarismo anterior. Desde mi punto de vista la idea de dar más importancia al discente es perfectamente comprensible, lo que no se plantearon fue ¿Hasta qué punto el discente tiene más importancia que el docente en un aula?

El naturalismo pedagógico de Rousseau, esconde sus principios en una falsa libertad. Sostiene que un niño debe educarse como ser totalmente libre, y el profesor únicamente debe guiar ese aprendizaje sin obstaculizar las decisiones del niño como ser libre. Mi pregunta es ¿Cómo va a ser libre un niño que no conoce? Deberá antes conocer y experimentar, teniendo como base una formación que únicamente le podrá dar el profesor.

Por otro lado la Psicología Humanista que tiene C. Rogers como principal impulsor sostiene que un clima agradable y un clima cálido proporcionará una buena educación en los alumnos y que el docente se debe encargan de que esto sea posible, es decir, para ellos el docente tiene una función de mero dinamizador del grupo. Si esto es así no se trasmitiría ningún tipo de valor al aula, sino que se tratarían únicamente los que los alumnos “traen” de casa.

Desde mi forma de ver la educación los maestros, y más aun los pedagogos somos personas que luchamos porque en un futuro, los alumnos que educamos sean ciudadanos comprometidos con la sociedad, y con el mundo que le rodea.

Está claro que para que el aprendizaje sea significativo para los discentes, este debe ser construido y comprendido por ellos mismos. Esto no quita que el docente tenga un papel fundamental, no solo como guía, sino como modelo; que establezca unas metodologías apropiadas para cada uno de ellos, observando a estos no únicamente como un conjunto, sino también como personas individuales con unas necesidades determinadas.

Ahora bien, ¿Cómo va a conocer un niño de infantil o de primaria su método de aprendizaje? ¿Cómo va a saber lo que es correcto y no? Necesita de un modelo, el maestro, que mediante una metodología democrática y sin perder de vista la disciplina del educador construirá junto al niño, un aprendizaje significativo.

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