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REVOLUCION DE LOS COMUNEROS


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2013  •  1.834 Palabras (8 Páginas)  •  599 Visitas

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Revolución de los comuneros

La insurrección de los comuneros o revolución de los comuneros fue un levantamiento armado gestado en el Virreinato de la Nueva Granada en los años 1780.

Dentro del programa de reformas borbónicas llevadas a cabo en América, el gobierno español había procurado mejorar el sistema de recolección de impuestos. Desde 1736 se había implantado en el virreinato de la Nueva Granada el monopolio del aguardiente de caña; luego a mediados del siglo XVIII, se estableció el monopolio de la venta del tabaco. Dichos monopolios fueron reforzados entre 1776 y 1780, para atender las necesidades de la guerra con Inglaterra. La consecuencia fue el aumento del precio del tabaco y del aguardiente para el consumidor. La alcabala también se duplicó. Estas medidas contribuyeron al aumento de rentas y el Virreinato se volvió un poco menos dependiente en materia militar de sus pares más ricos de Perú y México.

Para garantizar los cobros se creó la figura del Visitador Regente, que en principio debía ser un jefe administrativo del virrey, pero que en la práctica iba más allá. Los primeros nominados eran funcionarios muy de la confianza de la Corona (especialmente de sus ministros) pero a la vez inexpertos y muy arrogantes. La regencia de la Nueva Granada se entregó a Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres. La actitud en búsqueda de ingresos fiscales emprendida por este regente provocó en 1781 la rebelión de los Comuneros. Gutiérrez resucitó el antiguo impuesto de la Armada de Barlovento o impuesto a las ventas que afectaba severamente a las gentes de la región de Guanentá en el actual departamento de Santander, porque el algodón crudo y los hilados de algodón figuraban entre los productos afectados y la región fabricaba textiles con este material.

La insurrección de 1781

Aunque ya en 1752 y 1764-67 habían estallado motines contra el monopolio del aguardiente, fueron las medidas tomadas a fines de la década de 1770, que provocaron que el nuevo levantamiento tomara una magnitud sin precedentes.

En los últimos meses de 1780 hubo motines contra los guardas de la renta del tabaco en Simacota, Mogotes y Charalá, pero la cabeza del movimiento fue la ciudad de Socorro, en donde el 16 de marzo de 1781, Manuela Beltrán rompió el edicto referente a las nuevas contribuciones, a los gritos de “viva el Rey y muera el mal gobierno. No queremos pagar la armada de Barlovento”.

En sus comienzos los protagonistas visibles eran los pobres, tanto mujeres como hombres. Las revueltas comenzaron luego a ser dirigidas por personas un poco mejor ubicadas (comerciantes, carniceros, pequeños agricultores) y la rebelión tomó forma. La presión logró que algunos hombres de prestigio se comprometieran en ella. También se incorporaron indígenas, liderados por Ambrosio Pisco, un cacique rico. Ellos agregaron al pliego de demandas la devolución de tierras tomadas a las comunidades amerindias.

Como general de los insurrectos fue elegido Juan Francisco de Berbeo, en asocio de Salvador Plata, Antonio Monsalve, y Francisco Rosillo, quienes constituyeron la junta llamada “El Común” de les vino el nombre de “Comuneros”. Se reunieron el Socorro cerca de 6.000 hombres que marcharon en dirección a Santafé (hoy Bogotá).

En el camino se agregaron voluntarios de otras poblaciones hasta completar un cuerpo de 20.000 hombres y, en el Puente Real (hoy Puente Nacional), cerca a Vélez se encontraron con la pequeña tropa enviada desde Santafé a órdenes de José Osorio y del capitán Joaquín de la Barrera, quienes no pudieron interrumpir el avance de los revolucionarios y, mientras el regente Gutiérrez de Piñeres salía en precipitada marcha hacia Cartagena de Indias, el gobierno acordó impedir la llegada y designó al oidor Vasco y Vargas y al alcalde don Eustaquio Galavís. El arzobispo (y después virrey) Antonio Caballero y Góngora ayudó con su presencia a las negociaciones.

En Resumen : La Revolución Comunera, que tuvo su escenario en Santander, puede considerarse como el antecedente más importante de la gesta de la independencia, que eliminó en la Nueva Granada el dominio español de más de tres siglos de duración.

En el año de 1781 la Villa del Socorro pertenecía a la Provincia de Tunja con las ciudades de Tunja, Muzo, Vélez, San Juan de Girón, Pamplona, Salazar de las Palmas y Villa de Leiva. Ocupaba el cuarto lugar en población después de Santa Fe, Cartagena y Popayán. Epicentro comercial de la comarca, sus industrias y manufacturas eran las más grandes en el Nuevo Reino de Granada, sustentadas en el cultivo de algodón para la elaboración de lienzos y mantas, producción de añil para pintura, tabaco y fábricas de cigarros, fique y manufacturas de alpargatas; caña dulce y producción de panela, azúcar, miel, aguardiente y conservas de guayaba, sobreros, millo, etc., únicos productos de exportación jalonados con el intenso devenir de arrieros, transeúntes y colonos por la Villa del Socorro, que igualmente cultivó una clase social aristocrática

LEVANTAMIENTO INDÍGENA TÚPAC AMARU

José Gabriel Túpac Amaru, era quinto nieto del último Inca y como tal reclamó para sí a los 22 años el título de cacique de los pueblos de Surimana, Pampamarca y Tangasuca. Había hecho sus estudios en el colegio jesuita para hijos de caciques del Cuzco.

En 1760 se había casado con Micaela Bastidas, valiente y decidida mujer que, además de darle tres hijos, lo animó y ayudó en una empresa que desde el primer momento consideró también como suya. No fue la única: vanas mujeres, indígenas y mestizas, participaron en esta gesta contra la opresión de un sistema tiránico y humillante.

Cuando se acerca por primera

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