Reconocimiento De La Fertilidad En Adolescentes

PROPUESTA EDUCATIVA: “VALORAR LA FERTILIDAD COMO RIQUEZA HUMANA QUE DEBEMOS APRENDER A ADMINISTRAR”

Mi propuesta de enseñar a adolescentes a reconocer su fertilidad, constituye un desafío educativo que convoca ineludiblemente a padres y docentes. Su abordaje, debe ser necesariamente interdisciplinario; podría pensarse que dicha propuesta estaría destinada solamente a las jóvenes, pero estaríamos incurriendo en el error de poner nuestra atención solo en ellas, olvidándonos que la fertilidad es una capacidad o mejor dicho una riqueza humana presente tanto en mujeres como en varones, si bien la misma se presenta en ambos de manera diferente, cíclica en la mujer y permanente en el varón; por lo tanto la implementación de estrategias didácticas para el reconocimiento de la fertilidad está destinada a ambos sexos, con las adaptaciones necesarias.

No quiero poner el acento solo en la información de conceptos que señalen el funcionamiento del cuerpo de ambos como una máquina perfecta generadora de vida, sino también en la necesaria educación de la castidad y cuidado de la salud integral.

Reconocer en la adolescencia la fertilidad como capacidad humana, constituye continuar en el camino, que se inició con el descubrimiento, la aceptación y valorización del propio sexo.

En los programas de enseñanza, el reconocimiento de la fertilidad, muchas veces o mejor dicho siempre está presente como punto de partida para llegar a prevenir conductas de riesgo (embarazos no planificados, enfermedades de transmisión sexual) pero debemos tener presente que esta propuesta es mucho mas amplia, ya que debe sustentarse en el valor del respeto por la persona y su dignidad.

Si bien, pretendo poner el acento en los jóvenes de 13 a 15 años, como la edad oportuna para iniciar esta propuesta, por ser esta la franja de edad de mayor posibilidad preventiva, resulta necesario hacerlo en cualquier momento de la adolescencia o juventud.

Para la implementación de la propuesta de seleccionar estrategias didácticas adecuadas que permitan a los jovencitos aprender a reconocer su fertilidad, se requiere, como en toda propuesta pedagógica, de docentes formados y comprometidos con su labor educativa. El éxito de esta enseñanza va a depender de la importancia que la institución educativa invierta en el terreno de la educación de la sexualidad.

Un adolescente de 13 años en adelante puede reconocer con precisión las señales que observa en su cuerpo; para esto deberá aprender a leer los signos y síntomas que hacen a su fertilidad. De esta manera pueden entender lo que les pasa y así poder vencer temores e inseguridades que les impida elaborar vivencias positivas.

El aprendizaje de interpretar señales resulta sencillo, lo importante es que se fundamente correctamente cual es el beneficio que obtiene conociéndose así mismo, y se logre una motivación adecuada.

Aprender que la fertilidad es una capacidad que debe ser valorada como una riqueza que hay que saber administrar y no como un problema que hay que aprender a resolver, resulta de enorme utilidad a posteriori para elaborar su proyecto de vida.

El auto conocimiento, tanto en el plano físico como psicoafectivo y espiritual, es el punto de partida para logar la auto aceptación y auto posesión. La persona que se conoce, se acepta y puede llegar a hacer uso adecuado de su verdadera libertad.

El adolescente que analiza, verifica y acepta que cada uno de sus actos pueden tener consecuencias, va madurando en su sentido de responsabilidad.

Partiendo del reconocimiento de la fertilidad, se debe tener presente fundamentalmente que los adolescentes incorporen conceptos que hacen a una sexualidad sana y plena, donde lo relacional o unitivo contempla lo procreativo.

En cuanto a la educación de la castidad es totalmente posible dado que toda persona tiene la capacidad, por poseer inteligencia y voluntad, de postergar la satisfacción de sus impulsos. Esta capacidad de postergación, de espera en todos los ordenes de la vida, deberá

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