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Reflexiones

El valor del anillo

Las personas estamos buscando que los demás nos otorguen una valoración o apreciación, es un comportamiento que efectuamos inconscientemente. Es muy natural que nosotros como individuos anhelemos esa aceptación social, sin embargo; esta reflexión nos deja muy en claro una idea y es que el valor de uno es otorgado por uno mismo, es decir, sólo un gran conocedor es capaz de otorgarnos el valor justo y quién nos conoce más que nosotros mismos.

Hace un tiempo atrás yo estaba muy arraigada a la idea de conseguir esa aceptación social, a tal grado de que incluso cambiaba mis hábitos y forzaba mis gustos; sin embargo, tras muchas reflexiones por fin me di cuenta de que en realidad la primera persona que me debe aceptar soy yo. En realidad no importa si encajas o no en un grupo social, pero lo que sí debemos tener muy presente es que en momentos de soledad sólo te tendrás a ti mismo, por ello es de suma importancia tener una relación estable con uno mismo, o en otras palabras, sentirte cómodo con tu propia existencia.

Actualmente he aprendido a darme mi propio valor, ya no busco ser aceptada por los demás; a raíz de esto puedo afirmar que es mucho más cómodo vivir de este modo, puedo ser yo misma sin avergonzarme de nada; y sobre todo, puedo hacer mi vida sin que la opinión de los demás interfieran en las decisiones que tomo.

La metáfora del caballo

Es muy común que cuando nos sentimos sin valor los demás nos intenten sumir aún más, parece ser que el hecho de sentirse mal atrae las malas vibras de las personas que nos rodean. Sin embargo, debemos hacer todo lo posible para salir adelante, debemos aprender a escalar a través de los comentarios negativos y bajas expectativas que tienen los demás sobre nosotros.

Para mí es muy común que las personas me menosprecien y me desvaloricen, generalmente se plantean expectativas exageradamente altas sobre mí, y siempre que cometo un error, por muy mínimo e insignificante que sea, me lo  reprochan brutalmente. A base de la

experiencia aprendí a no rendirme ante los comentarios negativos de los demás, al contrario, los tomo como motivación para superarme a mí misma y demostrarle al mundo entero de lo que soy capaz. Me enseñé a aprovechar el hecho de que me tiren tierra para motivación, lo cual al final me generará resultados positivos, que es a lo que más le tomo importancia. En pocas palabras, tomo los comentarios negativos y los comienzo a visualizar como un reto. Es claro que debe haber un equilibrio en este aspecto, ya que si me tomo muy personal todos los comentarios no haré más que estancarme en un punto donde sólo se produzcan sentimientos negativos y de remordimiento, por lo cual también es esencial aprender a tomarse un poco a la ligera los malos comentarios a perdonar.

La renovación del águila

Es de lo más normal y común que lleguemos a un punto donde nos sentimos estancados, y es sano romper todas las cadenas que nos atan y comenzar desde cero. Para ello es vital, en primer lugar, marcar un alto en nuestro camino, para “aislarnos” con nosotros mismos y renovar todas las relaciones, sentimientos o remordimientos que obstruyen nuestro paso hacia un futuro brillante.

Algunas veces he decidido hacer un cambio drástico en mi vida (aunque no del todo completo) sobre todo durante la preparatoria, considero que es bueno cambiar de perspectiva de vez en cuando. Empiezo por determinar y alejarme de todo lo que me traía negatividad, como lo son las redes sociales y algunos vínculos sociales tóxicos, me doy tiempo para mí misma, tiempo que me es de mucha ayuda para conocerme más a fondo: saber quién soy y qué metas quiero lograr.

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