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Relaciones Humanas


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2013  •  5.844 Palabras (24 Páginas)  •  194 Visitas

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RELACIONES HUMANAS

Una persona es producto de sus propios pensamientos.

Suba el termómetro de sus esperanzas y subirá la cantidad de sus triunfos. Hay que hacer que la mente trabaje “a favor nuestro” y no “en contra nuestra”. Me comparé, dice una persona, con los que triunfaron, me di cuenta que no eran más superdotados que yo. ¿Entonces por qué obtuvieron los triunfos que yo no he alcanzado?

Consiguieron los triunfos porque pusieron la mente a trabajar en su favor, y ella les produjo iniciativas, anhelos de triunfo y seguridad de conseguir sus metas. Yo en cambio tenía mi mente ocupada en llevarme hacia el abismo con sus pensamientos negativos, lleno de pesimismo y desesperanza.

La mente es una fábrica de pensamientos.

Pero tiene dos jefes: el señor Triunfo y el señor Derrota. El señor triunfo fabrica pensamientos positivos: Tiene razones para convencerlo a usted se que si se puede obtener éxitos a montones. Y el señor Derrota fabrica pensamientos negativos. Se especializó en decirle a usted las razones por las cuales todo le va a resultar mal.

Triunfo y Derrota son muy obedientes. Usted llama al señor derrota es tremendamente eficaz, lo convencerá a base de pensamientos negativos de que usted fracasará, porqué ya fracasó otras veces. Que la gente dice… que usted no sirve para nada….

Pero usted llama al señor Triunfo, el también empieza a producir pensamientos positivos. Este es un día estupendo. La salud anda bien. La gente tiene muy buena voluntad… etc. Usted le dice: Me encuentro en una situación difícil señor triunfo ¿qué me aconseja? Y el señor Triunfo le dice recuerde que otras veces ya triunfó… que la gente tiene confianza en usted que hay muchos que hablan bien de sus buenas cualidades, etc.

Ahora bien: ¿para qué llama usted al señor Derrota si él solo le tiene pensamientos tristes? La única solución acertada es despedir al señor Derrota. Usted no lo necesita. Él no le puede ayudar en nada. Échelo a la calle. Y emplee al señor Triunfo. Él le tiene toda una colección de pensamientos optimistas en su depósito de la mente. Utilice los consejos del señor Triunfo hora por hora y minuto por minuto. Esto le hará gran bien.

Ho aparecen en el mundo más de un millón de probabilidades para gente que desea triunfar: Sea usted uno de ellos. No sea de esos que van gateando por la vida creyendo que nada les va a salir bien que nada pueden obtener.

Sean de los que creen que Dios preparó triunfos para ellos. El primer paso que no puede ser evitado, para poder triunfar es: crea en la ayuda de Dios. Crea en usted mismo, y triunfará. “Si Dios está con nosotros, ¿Quién podrá contra nosotros?”.

Los que creen que valen poco. Obtienen poco. Los que creen que no pueden hacer grandes cosas, no las hacen. La creencia en el éxito es el termómetro que marca los triunfos que vamos a conseguir.

Observe a los mediocres, el termómetro de su propia esperanza de triunfar está siempre en cero. Y esa falta de creencia en el éxito se refleja en sus palabras, en sus obras y en sus fracasos. Los que creen que pueden hacer grandes cosas lo hacen. Examinemos la vida de las personas que van avanzando en progreso. Tienen pensamientos positivos. Están seguros de un porvenir triunfante. Creen que el buen Dios los trajo al mundo para que participen de sus triunfos, y no para ser unos fracasados.

Tres medios para obtener el poder de la creencia en el triunfo:

1. Siempre piense en el éxito, nunca piense en el fracaso. Cuando se le presente una situación difícil no piense nunca “Probablemente perderé”. Diga más bien “Venceré”.

2. Nunca piense “Soy un descalificado. Yo no lograre obtener lo que él obtuvo”. Piense más bien: “Yo también tengo posibilidades, yo también puedo”. Al pensar en probables éxitos su mente crea planes que los producen, pero si imagina el fracaso, su mente produce pensamientos que lo atraen.

3. Recuerde que usted es mejor de lo que cree ser. Los afortunados no son superhombres. El éxito no exige tener una súper inteligencia. Las gentes exitosas sin por lo general personas ordinarias, pero que han desarrollado la creencia que sí pueden triunfar y creen en el buen resultado de lo que hacen.

4. Nunca se venda usted barato ¡Nunca se venda a bajo precio! Usted vale mucho más de lo que se imagina.

5. Crea en grande. Si piensa en metas reducidas obtendrá realizaciones mínimas. Si se propone metas grandes, obtendrá éxitos grandes.

Invierta en sí mismo.

El mejor modo de gastar es ahorrar. Invierta en educación, en instruirse cada día un poca más, el conseguir ideas nuevas, en presentarse mejor en planéalo que hace. Dedique un rato de cada día para formarse: leyendo, meditando los planes para triunfar, consultando, examinando sus fracasos, el cómo tratar mejor a los demás. etc., este rato puede ser su mejor inversión para el futuro.

Cúrese de las escusas.

La gente fracasada sufre de esta enfermedad: pensamiento apagado o escusas. Cuanto más exitosa es una persona menos excusas busca para decir que el fracaso es mu probable.

Las personas mediocres buscan muchas razones para excusarse por lo que no hacen. Las personas prosperas echan afuera las excusas que le podrían invitar a no actuar.

Beethoven habría podido excusarse en su sordera para no componer música. Milton podía haberse escusado en su ceguera para no escribir poesía.

Bolívar podía haberse escusado en sus 17 primeras derrotas, para no aspirar a ser el Libertador de América. Pro no admitieron excusas, y creyeron que el éxito era posible de obtener, y lo obtuvieron.

Cuidado: usted puede llegar hacer lo que piensa, así actuará. Si continuamente se da palizas mentales, diciendo: no valgo para nada:¿Qué éxitos puede esperar?

Redacte cada día su propio comercial.

O sea ¿Qué hice de bueno? ¿Qué me sucedió de agradable? ¿Qué buenas cualidades tuve hoy? ¿El trabajo que estoy haciendo vale la pena? Si, trabajo con ánimo. No estoy perdiendo el tiempo. Tengo un futuro animador Creo en la felicidad! Hablaré de felicidad. Creo en el progreso. Soy un tipo de buenas ideas: Desde hoy voy a cultivarlas y llevarlas a la práctica.

T. Smith decía: Antes de fabricar mis propios comerciales para venderme caro a mí mismo, yo me creía inferior todos y vivía triste. Ahora creo que valgo más, que soy capaz, que puedo vencer, y venceré. Ahora soy feliz”.

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