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Repensar El Desarrollo


Enviado por   •  14 de Marzo de 2014  •  2.512 Palabras (11 Páginas)  •  220 Visitas

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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRES-POSTGRADO EN CIENCIAS DEL DESARROLLO

MAESTRÍA EN ESTUDIOS CRÍTICOS DEL DESARROLLO

CIDES-UMSA

LOS IMAGINARIOS SOCIALES MODERNOS

Boris Urquizo Rodríguez

Agosto 2013

Ensayo académico para el módulo Modernidades Alternativas

Docente: Mauricio Gil

I. Introducción

Uno de los principales mitos producidos por la modernidad de Europa del siglo XVIII fue la afirmación de que la ciencia permite a la humanidad hacerse cargo de su destino. Sin embargo, una mirada crítica a las complejidades y diversidad de los fenómenos políticos, económicos y culturales a los que asistimos, nos revela que al parecer hay otros modos de ser modernos, que no hay una modernidad canónica sino múltiples modernidades.

El presente trabajo pretende analizar las relaciones existentes entre los imaginarios sociales y la modernidad o modernidades. Se parte de una breve descripción sobre la manera en que se elaboran los imaginarios sociales, incorporando para ello algunos conceptos de Max Weber y Cornelius Castoriadis.

Complementariamente a manera de concretizar este análisis se mencionan y analizan algunos imaginarios relacionados con la modernidad, primero desde una óptica occidental y posteriormente desde América Latina. Finalmente se reflexiona sobre los diferentes elementos que constituyen al debate entre lo que es la modernidad y las múltiples modernidades.

II. Desarrollo

Sobre la construcción de los imaginarios sociales

Según Max Weber los sistemas de dominación necesitan de algún tipo de creencia para otorgarle legitimidad, bien fuera de carácter tradicional, carismático o racional. La obediencia al que ejerce el poder encontraría así su fundamento sociológico, más allá de la estructuración económica. Esa forma es la obediencia a los mandatos, produciéndose entonces la paradoja de que sólo alguna instancia tiene poder si otra, que se supone por principio desprovista de poder, la reconoce como poderosa a través de la sumisión. Los mecanismos para la construcción de esa relación de confianza y por tanto de aceptación de algo como real son los imaginarios sociales. Durante la década del 60 emergieron conceptos nuevos tratando analizar a la acción social como un conjunto heterogéneo e independiente de voluntades de los actores sociales. También llegan a constituirse en las percepciones de cómo se mira a una sociedad en su conjunto, sus conocimientos explícitos e implícitos, accionar, etc.

Los imaginarios sociales llegan a ser una construcción simbólica que favorece las relaciones entre personas, objetos e imágenes. Cornelius Castoriadis sugiere que para poder observar críticamente a la sociedad actual, es necesario comprender la dinámica del mundo moderno y mirar las representaciones imaginarias desde la subjetividad, En ese sentido éstos llegan a ser una creación social- histórica y psíquica de figuras, formas e imágenes que proveen de contenidos significativos que son insertados dentro de las estructuras simbólicas sociales (Castoriadis, 1989). El imaginario social se expresa a través de ideologías y utopías, además de símbolos, tradiciones, rituales y mitos, llegando a ser una magma que todo lo impregna . Estos elementos llegan a influir a nivel conductual y de estilos de vida tanto para la preservación del orden vigente o para la generación de cambios. Es decir llega a ser un factor regulador o estabilizador, permitiendo que estos modos no sean considerados como únicos y definitivos. Por lo tanto existe una fuerte interrelación entre acción social- imaginario social e imaginario colectivo (Matos Gamboa, 2012), que provoca como efecto la cohesión social, que con el tiempo llega a modificarse.

Las primeras construcciones sobre la realidad fueron elaboradas por los diferentes sistemas teológicos, y aunque no son exclusivos del sistema religioso se pueden encontrar en otros ámbitos del sistema social tales como el político, el científico, etc. Tiempo después en competencia con estos programas apareció la Ilustración europea, cuyo objetivo común fue iniciar una lucha política e ideológica contra lo absoluto como principio de fundamentación de lo real y deslegitimar el orden social basado en los supuestos teológicos. Estas dos formas se diferencian en primer lugar por los códigos que rigen las operaciones de construcción de la realidad y se diferencian también por los metarelatos que subyacen a la construcción de evidencias de validez no discutida y que producen sentido en la percepción, comprensión y explicación de las experiencias individuales y colectivas en las sociedades pre-modernas y modernas.

En ésta primera etapa se distingue como principal metarelato la salvación del individuo y la correspondiente inserción del concepto del mal en la historia del hombre. Gracias a este imaginario todas las operaciones de salvación han sido múltiples en la historia y se llega a asumir a la realidad como única, y fuera de esta no habría salvación. A su vez los discursos construidos por los ilustrados proponen como eje de su discurso la instrucción. La teoría ilustrada del conocimiento, bajo el supuesto del monoteísmo ontológico, establecía una continuidad entre el sujeto y el objeto, entre la causa y el efecto, entre el conocimiento y la ignorancia. El principio que orientaba a la producción del conocimiento era eminentemente reduccionista a través de analogías o comparaciones asociativas.

Para Max Weber la construcción de realidad desde diferentes instancias representa una ruptura con el monoteísmo ontológico y un paso al politeísmo. Desde otra perspectiva temporal, a inicios del Siglo XX la crítica científica, filosófica y de las ciencias sociales no sólo problematizan los instrumentos del conocimiento, sino mas bien las capacidades del sujeto, las epistemologías positivistas, la percepción de los objetos.

En filosofía va a ser Husserl quien al hacer referencia a la crisis de las ciencias europeas al plantear reflexiones decisivas en la configuración de la actual teoría sociológica. De esta crítica emergen las propuestas teóricas denominadas como constructivismo sistémico para hacer referencia a propuestas de construcción de realidad y las interpretaciones positivistas del discurso marxiano, en particular la Teoría Crítica de la Sociedad.

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