Resilencia

1. FUNDAMENTACIÓN CONCEPTUAL

¿Por qué algunos niños pese a las situaciones adversas y amenazas contra su desarrollo, logran salir adelante y desarrollarse de forma positiva y armoniosa, a pesar de que todo predice una evolución negativa? Gracias a esta interrogante muchos autores han realizado investigaciones para ver el por qué de dicha situación.

Un concepto básico y que es fundamental analizar para comprender dichos factores es el de resiliencia el cual como menciona Ramognini, M. (2008). Se usa para definir la capacidad de ciertos materiales de recuperar su estructura original luego de haber sufrido un impacto que los deformó. Pero al adaptar el término a las ciencias sociales la resilencia se utiliza para caracterizar aquellas personas que, a pesar de nacer y vivir en situaciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanos y exitosos (Rutter, 1993).

Pero ¿cómo lograr que un niño sea resilente? Para un niño desde su nacimiento y hasta la adolescencia sentirse amado, deseado, respetado genera capacidad de superar con mayor facilidad circunstancias vitales adversas que le ocurran a lo largo de su vida. Cuando estas condiciones no son óptimas, la resiliencia es algo que se puede introducir a través de la construcción de un vínculo reparador con un adulto significativo en la vida del niño. (Ramognini, M. 2008).

Como bien sabemos el primer ambiente donde se desarrolla el niño es en su entorno familiar, posteriormente es el el ambiente escolar, ya que los niños deben de ingresar a este ámbito desde los tres años ingresando al preescolar y como menciona Ramognini, M. (2008). Esta es una oportunidad que tienen quienes se dedican a la educación: el vínculo con el docente puede ser favorecedor de los procesos de resiliencia en tanto el niño o el adolescente sea tenido en cuenta, escuchado, respetado, querido.

Para ello el docente debe de crear un ambiente de confianza dentro del aula y como menciona Rutter (1990) es importante identificar los factores de riesgo y protección en tanto éstos permiten predecir resultados negativos o positivos en el proceso de desarrollo del niño. Para poder diseñar actividades donde se favorezca el desarrollo los niños para ello es necesario brindar una atención individualizada, observar detalladamente las acciones, actitudes y habilidades de los niños ante las actividades con un propósito fijo.

Una propuesta de actividades para fomentar la resilencia es la “educación por el arte” educar significa facilitar, motivar, promover en los niños la exploración permanente de los recursos creativos internos y sociales, acompañar y fomentar el desarrollo de la creatividad propios del ser humano. (Ramognini, M. 2008).

Ya que como menciona Ramognini, M.( 2008) el arte y los procesos creativos son inseparables de los procesos de simbolización. Siempre producen metáforas. Es decir posibilidad de sustitución, creación de sentidos nuevos. Es su condición de existencia.

Estas actividades ayudarán a la tercer vía que maneja la resilencia, la cual consiste en una alternativa, una salida a esta encrucijada: es posible crear otras formas de relacionamiento, otras respuestas a las adversidades, a las diversas situaciones de opresión y violencia sufridas por los sujetos, y esta salida tiene que ver fundamentalmente con la creatividad y la construcción de vínculos solidarios, basados en la equidad y el reconocimiento de los derechos, las diferencias, el respecto por el otro. (Ramognini, M. 2008).

A pesar de que las actividades propuestas se implementen la Resiliencia nunca es absoluta ni terminantemente estable. Hasta el niño más resistente puede tener altibajos y deprimirse cuando la presión alcanza niveles altos. (Ramognini, M. 2008).

Es importante tener en cuenta las expresiones que los niños manifiesten como las que menciona Ramognini, M. (2008).

1. EXPERIENCIA EN PRÁCTICAS DOCENTES

Durante los seis semestre que he cursado durante mi formación como docente, en la Escuela Normal Experimental de Colotlán, he tenido la oportunidad de tener un acercamiento directo a los jardines de niños, observando detalladamente las actitudes y formas de trabajo de las diferentes educadoras, de igual forma el contexto donde éstos se encuentran, su infraestructura y formas de organización, actitudes y participación de los padres de familia y lo más importante actitudes, habilidades y conocimientos de los niños.

Fue por eso que siempre que asistía a un jardín determinado, en mi mente llevaba la idea de que tenía que observar de forma individualizada y detallada a los niños, con el propósito de conocer más a fondo su forma de vida, su contexto familiar y social, sus comportamientos cotidianos y sus procesos evolutivos para reconocer el por qué de sus comportamientos y actitudes.

Siempre lo hice de forma peculiar pero en una ocasión, un niño en particular llamó totalmente mi atención, desde que ingrese al aula, la maestra comenzó sus actividades; todos los niños tenían un germinado de un frijol menos uno de ellos, la maestra explicaba:

Mtra.- a ver niños la planta está igual. (Siéntate Oswaldo)

Niños.- ¡no! La mía ya está más grande

Mtra. Qué más hay de diferencia (Oswaldo deja esa plastilina… bueno vete a sentar y no molestes).

La maestra continuó, el niño se fue y siguió con la plastilina, sin poner atención a la maestra o al menos eso se percibía; ese niño de nombre Oswaldo, es un niño muy simpático, alegre, siempre en movimiento para un lado y para otro, de ojos verdes y piel clara, su pelo es muy corto pero se alcanza a percibir que es rubio. Cuando la maestra término su explicación el niño se acerco y le entregó a la maestra todo el proceso de crecimiento de la planta pero hecho con plastilina, la maestra la tomo y solo la vio.

Fue por eso que, de inmediato ese niño llamó mi atención y me preguntó ¿cómo no robarte la atención un niño que hiso eso?, muchas preguntas pasaron por mi mete, ¿por qué se comporta así?, ¿porqué prefiere la plastilina que la planta natural?, ¿por qué la maestra no hiso hincapié en lo qué él realizó? Pero esas dudas solo

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