Saber Y Hablar
1100793128 de Octubre de 2014
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Saber hablar es una necesidad del ser humano, es usar de modo correcto el lenguaje y conocer la norma gramatical, además de ajustarlo a la situación, al momento y al lugar donde se está produciendo la comunicación, es decir obtener un discurso con ideas claras de lo que se desea transmitir y de manera precisa y concisa.
La comunicación es una de las principales características del ser humano, vivimos rodeados de palabras, inmersos en un constante mundo de expresiones como lo es diálogo por naturaleza.
Saber hablar reivindica el arte de la comunicación oral, motor de las relaciones interpersonales, sociales, económicas y profesionales, en un tiempo donde impera el dominio del verbo. Hoy más que nunca saber hablar bien es una necesidad. Debemos emplear el habla de manera adecuada según el momento y la situación, que pueden ser formales e informales dependiendo de las circunstancias y el lugar donde nos desenvolvemos cotidianamente.
Saber hablar explica con claridad, amenidad y rigor las pautas necesarias para expresar lo que pensamos; facilita la comunicación entre los seres; amplia los procedimientos de generación y precisión de ideas, de documentación y de planificación; nos ayuda a relacionar de forma conveniente el contenido del tema con la expresión, a elegir el registro y el estilo adecuados, y nos enseña a aplicar las técnicas de revisión y corrección exigidas en cualquier presentación oral.
El mundo moderno exige gente que se comunique con mayor precisión y claridad, solo aquellos que son capaces de hacerlo tienen todo el éxito a su favor, por lo que la comunicación es la habilidad más importante en la vida. Por esta razón, cada vez más personas se están preocupando por comunicarse mejor con sus semejantes, herramienta indispensable para todo aquel que desee alcanzar el éxito en esta sociedad moderna competitiva.
En el modo de hablar incluye el tono, la enunciación, la pronunciación, el volumen y la corrección de las palabras que se usan. También influyen el aplomo con el que hablamos, el control que tenemos de nuestros ademanes, y el contacto ocular que mantenemos con los interlocutores o el público. Si se quiere hablar bien hay que pagar el precio debido, hay que trabajar, pensar y practicar.
La voz, es el modo del que disponemos para transmitir nuestro mensaje, vía oral. De ahí la importancia del saber usarla, pues es una de las partes con la que comunicamos el mensaje que tratamos de transmitir. Las personas, tenemos una voz, que usamos, sin pensar, en cada una de nuestras interacciones, cada vez que nos comunicamos, lo usamos. En esto hay una excepción, cuando hablamos con alguien que nos merece respeto o admiración; por la tensión del momento, se transmite a las cuerdas vocales, que por consiguiente, nos lleva a cambiar involuntariamente, nuestro registro de voz. Como las cuerdas vocales son algo físico, el problema es físico. Por eso, el mejor remedio en estos casos, es, relajarse, hablar pausado y articular bien las palabras.
La pronunciación de las palabras, debe ir acorde con las mismas, dándole brío y alegría, cuando pronunciamos tales palabras y adecuando siempre voz y tono, al mensaje transmitido; pudiendo darle énfasis, a palabras y conceptos importantes de nuestro mensaje. El principio y el final, son momentos, clave de nuestro mensaje. Las primeras palabras deben ser altas y claras, con el fin de captar y atrapar la atención de nuestro oyente, se debe hacer lo mismo con cada concepto al que queramos dar más importancia y el final debe hacerse más poderoso, sobre todo si lo que transmitimos es para convencer o para hacer un llamamiento a la acción o de atención.
Por todo lo antes expresado hablar con orden, con claridad, con entusiasmo, con persuasión; en resumidas cuentas, con eficacia, no es un lujo sino una necesidad.
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