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Semiotica


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2012  •  1.378 Palabras (6 Páginas)  •  450 Visitas

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DEL TRATADO DE SEMIÓTICA GENERAL. Umberto Eco. Lumen, Barcelona. 1988.

Hay sistema de significación (y, por tanto, código), cuando existe una posibilidad establecida por una convención social de generar funciones semióticas, independientemente de que los funtivos de dichas funciones sean unidades discretas llamadas “signos” o grandes porciones del habla, con tal de que la correlación haya sido establecida precedente y preliminarmente por una convención social.

Hay proceso de comunicación cuando se aprovechan las posibilidades previstas por un sistema de comunicación para producir FISICAMENTE expresiones, y para diferentes fines prácticos.

Una teoría semiótica general debe considerarse “potente” en la medida en que consiga proporcionar una definición formal apropiada para cada clase de función semiótica ya sea ésta codificada, codificanda o codificante. Por tanto, una tipología de los modos de producción de signos tiende a proponer categorías capaces de describir también las funciones semióticas que todavía no están codificadas y que se postulan en el instante mismo en que se las produce por primera vez.

La semiótica se ocupa de cualquier cosa que pueda CONSIDERARSE como signo. Signo es cualquier cosa que pueda considerarse como substituto significante de cualquier otra cosa. Esa cualquier otra cosa no debe necesariamente existir ni debe substituir de hecho en el momento en que el signo la represente. En ese sentido, la semiótica es, en principio, la disciplina que estudia todo lo que puede usarse para mentir.

Si una cosa no puede usarse para mentir, en ese caso tampoco puede usarse para decir la verdad: en realidad, no puede usarse para decir nada.

La definición de “teoría de la mentira” podría representar un programa satisfactorio para una semiótica general.

La semiótica estudia todos los procesos culturales como PROCESOS DE COMUNICACIÓN. Y, sin embargo, cada uno de dichos proceso parece subsistir sólo porque por debajo de ellos se establece un SISTEMA DE SIGNIFICACIÓN.

Definamos, entonces, un proceso comunicativo como el paso de una señal (lo que no significa necesariamente “un signo”) desde una fuente, a través de un transmisor, a lo largo de un canal, hasta un destinatario (o punto de destino).

En un proceso entre una máquina y otra, la señal no tiene capacidad “significante” alguna: sólo puede determinar el destinatario sub specie stimuli. En tal caso no hay comunicación, aun cuando se pueda decir, efectivamente que hay un paso de información.

En cambio, cuando el destinatario es un ser humano (y no es necesario que la fuente sea también un ser humano, con tal de que emite una señal de acuerdo con reglas conocidas por el destinatario humano), estamos ante un proceso de comunicación, siempre que la señal no se limite a funcionar como simple estímulo, sino que solicite una respuesta INTERPRETATIVA del destinatario.

El proceso de comunicación se verifica sólo cuando existe un código. Un código es un SISTEMA DE SIGNIFICACIÓN que reúne entidades presentes y entidades ausentes.

Un sistema de signifación es una construcción semiótica autónoma que posee modalidades de existencia totalmente abstractas, independientes de cualquier posible acto de comunicación que las actualice.

Entre mundo animal y mundo humano, vemos en el dominio semiótico el estudio de los SISTEMAS OLFATIVOS, cuya existencia, por lo demás, había tentado a los poetas románticos (Baudelaire es testimonio de ello) y que, si no otra cosa, revelan la existencia de olores que funcionan como indicios o como indicadores proxémicos.

En el mismo umbral tenemos el estudio de la COMUNICACIÓN TACTIL, que llega a considerar comportamientos sociales como el beso, el abrazo, el golpecito en el hombro. O el de los CÓDIGOS DEL GUSTO, presentes indudablmente en las costumbres culinarias.

El vasto dominio de la PARALINGÜÍSTICA estudia los rasgos en un tiempo llamado “suprasegmentales” (o variantes libres) que corroboran la comprensión de los rasgos lingüísticos propiamente dichos: y hasta esos rasgos suprasegmentales resultan cada vez más ‘segmentados’ o por lo menos ‘segmentables’ y, por consiguiente, institucionalizados o institucionalizables, de modo que hoy la paralingüística estudia, con la misma precisión con que en un tiempo se estudiaban las diferencias entre fonemas, las diferentes formas de entonación, la ruptura del ritmo de elocución, el sollozo, el suspiro, las interjecciones vocales, los murmullos y gemidos entre las elocuciones, hasta estudiar

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