Sexo Anal
Znyxed1 de Octubre de 2013
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El sexo anal es una práctica sexual consistente en la introducción del pene (o de un juguete sexual en el caso de la masturbación anal) en el ano y el recto de la pareja. Otros términos sinónimos son «sodomía», «coito anal», «pedicación». Además de los seres humanos, se conoce la existencia de esta práctica entre primates y cánidos.
Muchas personas encuentran placentero el sexo anal, y algunas pueden alcanzar el orgasmo, mediante la estimulación a través del ano Punto G y el clítoris en mujeres, así como mediante la estimulación de la próstata en los hombres.1 2 3 4 Sin embargo, muchas personas lo consideran doloroso, en ocasiones de forma extrema,5 6 lo que en algunos casos puede ser de origen psicosomático.6
Es posible también que una mujer penetre analmente a un hombre o a otra mujer por medio de una prótesis, que comúnmente va sujeta a su pubis por medio de un arnés. Esta variante del sexo anal recibe el nombre de pegging. En un enfoque ampliado la sexualidad anal abarca diversas formas de estimulación, desde la masturbación anal con los dedos al sexo oral-anal, conocido también como beso negro o rimming.7
Índice [ocultar]
1 El sexo anal en la historia
1.1 Prevalencia
2 Sexo anal en la cultura
2.1 Sexo anal en la literatura
2.2 Sexo anal en el cine
3 Términos relacionados
4 El deseo de sexo anal y su estímulo
5 Sexo anal seguro e higiene
5.1 Riesgos del sexo anal
5.2 Higiene
5.2.1 Lubricación
5.2.2 Relajación del músculo del ano y dilatación del esfínter
6 Práctica
6.1 Práctica de la penetración anal
6.1.1 Placer en la fase de penetración
6.2 Masturbación anal
7 Posturas más frecuentes para la práctica del sexo anal
7.1 Back swinging
7.2 Postura del perrito o coito a tergo
7.3 Coito anal con la persona penetrada sentada encima del pene de su pareja
7.4 Con las dos personas tumbadas de costado o postura de la cuchara
8 Otras prácticas relacionadas
9 Referencias
9.1 Bibliografía
9.2 Enlaces externos
El sexo anal en la historia[editar · editar código]
En la antigua Grecia, la superioridad masculina se trasladaba asimismo a la práctica sexual, tomando el hombre a la mujer por detrás, teniendo ésta que adoptar una posición sumisa. Su práctica era tan extendida que incluso ha llegado hasta nuestros días con el nombre de griego, haciendo referencia directa al sexo anal, aunque en el coito a tergo puede ser tanto anal como vaginal en el caso de las parejas heterosexuales.
Aunque en Roma no estaba permitido —ni por consiguiente bien visto— que un ciudadano romano mantuviera sexo anal (poedicare) con otro ciudadano romano, no había ningún impedimento si lo hacía con un esclavo o esclava. Horacio (65-8 a. C.), poeta lírico y maestro de la sátira, se hace eco de esta situación tan ubicua:
Cuando la entrepierna azuza y tienes a mano un esclavo y una esclava, ¿sobre quién saltas enseguida? ¿No preferirás que se te reviente, no? ―Por supuesto que no. Me gusta el sexo fácil y asequible.
Sátiras 1.2.114-9
El sexo anal ha sido considerado tabú en muchos países occidentales desde la Edad Media cuando se rumoraba que miembros varones de movimientos heréticos lo practicaban entre ellos.
Durante la Edad Media, la mayoría de los clérigos cristianos no eran del todo célibes, pero las órdenes más elevadas de algunos credos heréticos sí, lo que generaba el rumor de su atracción hacia miembros de su mismo sexo. Algunos retablos y drolleries medievales en madera retratan a personas realizando anilinguo con un demonio mitad cabra, mitad hombre.
Esta práctica ha sido condenada en los últimos dos mil años por la mayoría de las religiones: tanto por ser infértil (es una de las prácticas naturales más típicas para el control de la natalidad, en cuanto coito substitutivo del vaginal), como por conllevar serios riesgos higiénicos. Aún en 2007 la pedicación se considera delito en ciertos estados de Estados Unidos de América, incluso dentro de matrimonios legalmente constituidos.
La persistencia del tabú a lo largo de los siglos ha difundido la idea de que el coito anal sería «antinatural», frente al coito vaginal. Sin embargo, hay que considerar que en el proceso evolutivo la vagina es un conducto de muy reciente aparición, y que en la etapa en que se desarrollaron los reptiles el conducto receptor del semen fue la cloaca, por lo que ambas prácticas sexuales se dan en la naturaleza, y en realidad el sexo anal se viene dando desde muchos millones de años atrás. Hay que considerar también que la sexualidad humana tiene fines más amplios que el meramente reproductivo, y en este sentido, en tanto que esta práctica también puede considerarse un juego sexual, tiene también pleno sentido biológico.
Prevalencia[editar · editar código]
Actualmente, el sexo anal está considerado una de las prácticas sexuales más extendidas en parejas homosexuales y también heterosexuales. Diversos estudios revelan que, hoy en día, mujeres y hombres confiesan disfrutar del sexo anal. Aproximadamente el 40% de las parejas heterosexuales lo han intentado al menos una vez y, según atendamos a unos u otros estudios, entre el 10 y el 20% de las parejas lo practican con regularidad. Incluso en algunos países de Latinoamérica la práctica es realizada por el 20% de las mujeres y el 24% de los hombres, siendo la práctica más común tras el sexo vaginal y el oral.8
Sexo anal en la cultura[editar · editar código]
Sexo anal en la literatura[editar · editar código]
Además del Marqués de Sade, muchos autores como Bocaccio, Chaucer, Petronio o Rabelais han descrito este tipo de prácticas en sus obras. Entre los autores del siglo XX que han introducido escenas de sexo anal en sus escritos, se encuentran Guillaume Apollinaire y Pierre Louys. En lengua española, Eso no de Marcelo Birmajer es una colección de relatos centrados todos en el sexo anal, fundamentalmente heterosexual.
Sexo anal en el cine[editar · editar código]
Se considera que el primer coito anal del cine convencional lo protagonizó Gunnel Lindblöm, quien enseñó que se podía tener coitos en otro lugar que no fuera la alcoba con la luz apagada y por otro lugar que no fuera la vagina. El coito anal filmado en la película El silencio (1963) de Ingmar Bergman se llevó a cabo en las butacas de un cine semivacío.
También se podría indicar Querelle de Rainer Werner Fassbinder (1982)
Otros títulos en los que sucede sexo anal son los siguientes:
El último tango en París (la famosa escena de la mantequilla entre Marlon Brando y Maria Schneider);
El expreso de medianoche
Instinto básico (o, según la traducción en otros países hispanohablantes, Bajos instintos) (con los personajes de Michael Douglas y Jeanne Tripplehorn);
Isi/Disi. Amor a lo bestia
La buena estrella;
La casa de cristal
Pulp Fiction, del director Quentin Tarantino, en la escena del policía y Marselus Wallace.
Unfaithful (película), estelarizada por Richard Gere, Diane Lane y Olivier Martinez.
Brokeback Mountain, dirigida por Ang Lee, presentándose el sexo anal tanto hombre-hombre como hombre-mujer.
En cuanto a la cinematografía pornográfica, las escenas que contienen sexo anal se han vuelto omnipresentes, al ser una práctica muy demandada. En dichas escenas es común que, en ocasiones, las nalgas y el ano de la persona penetrada estén afeitados o depilados, así como los testículos y el pubis de la persona que penetra, para una mejor visualización de la penetración.
Términos relacionados[editar · editar código]
El carácter tabú de esta práctica ha provocado que aparezcan palabras alternativas, con distintas utilidades, para identificar y, en su caso despreciar, su realización por parte de homosexuales. Tal es el caso de la palabra «sodomizar», usada para suavizar el significado griego o, por el contrario, para remarcar peyorativamente el hecho, al tratarse de una rotura de tabú del tipo "le rompió el culo".
El origen del término «sodomía» proveniene de Sodoma, ciudad de Canaán que —según el capítulo 19 del libro del Génesis, en la Biblia— el Dios Yahveh destruyó por medio de una lluvia de fuego para castigarla por el pecado (a pesar de que el vulgo cree que fue la práctica de la homosexualidad, misma que quisieron realizar a la fuerza con unos visitantes que fueron a avisar a Lot del inminente cataclismo (que resultaron ser ángeles enviados por Yahvé). De su gentilicio «sodomita» surge la palabra ahora sinónima de homosexual.
En la Italia de finales del Renacimiento, al pintor Giovanni Antonio Bazzi lo llamaban «Il Sodoma» («el sodomita» u homosexual).
El término bujarrón (utilizado sólo en España), «bufarrón» (empleado sólo en Uruguay) y el lunfardo bufa (usado en Argentina) se origina en la Europa medieval como un insulto utilizado para describir las supuestas prácticas homosexuales de los herejes de la secta neomaniquea de los bogomilos búlgaros.[cita requerida]
El deseo de sexo anal y su estímulo[editar · editar código]
Con independencia de la llamada al deseo que puede originar el poder romper un tabú, existen razones antropológicas por las que la visión de un trasero provoca deseo sexual.
Ernst Gräfenberg, el investigador alemán que descubrió el punto G y le da nombre, creía que la postura ideal para estimular esa zona -y obtener la máxima excitación- era
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