Sicologia

LA SUPER MAMA

La súper mamá es aquel ser tal vez llegado de otro planeta, no Criptón, porque ya vimos que Súperman tiene su flaqueza, que es la criptonita y esta mujer goza de poderes pocas veces vistos, otorgados (ella cree) por un ser de fuera de este mundo, pero que en realidad descansa en lo profundo de su colon. Poderes estos con los que toda mujer sueña pero pocas tienen la suerte de haber sido las elegidas. Esta súper mamá piensa que sus hijos deben estar en toda clase de actividades extras porque así aprenden más y pueda que con el tiempo descubran que su hija es toda una virtuosa de la balalaika o del flamenco, además están convencidas de que su hijito es un crack del fútbol, tiene el saque más rápido en tenis de mesa y que su profesor de natación no está del todo bueno, y está buscando otra piscina, que además sea bien temperada y cubierta, porque el clima de Quito es fatal.

Trabaja más de ocho horas al día y atormenta a la señora del servicio con unas veinte llamadas por día. Llega a casa y se da cuenta de que la pobre señora no ha limpiado bien la planta del balcón, que rara vez alguien sale a ver, entonces la limpia ella misma. Se da el tiempo para revisar deberes y corregir, ella misma si es posible, algún pequeño error que el niño cometió. Baña a sus hijos exhaustivamente y también aquí debe darse a los clásicos juegos de bañera de media hora, ya que así desarrollan el gusto por la limpieza y la actividad lúdica es buena para el niño, aunque sólo aprenda lo que es el carnaval.

Y la cena, ah la cena! Ese es el momento de más enseñanzas a los hijos! Son las ocho de la noche, y no se sabe cómo, pero esta súper mamá ya ha realizado todas las tareas anteriores a cabalidad, pero además ha cocinado ella misma, aunque sea sólo recalentar el almuerzo y salpimentar adecuadamente y adicional ha puesto una mesa adorable. Pero es aquí donde los conejillos de indias (o sea los niños) deben aprender a comportarse en la mesa, a utilizar los cubiertos, la servilleta, - ¡niña, come con la boca cerrada!, ¿cómo estuvo el colegio? ¡que comas con la boca cerrada, te digo!-. Asimismo, resulta de muy mala educación el nuevo chiste asqueroso que trajo hoy su niño…pero vale la pena anotarlo para no olvidarse y contarlo en la oficina mañana. Ella misma debe recoger los platos, porque los niños deben cepillarse los dientes cantando en la mente el cumpleaños feliz, la versión larga claro (hasta el año tres mil) si no, no están bien cepillados. La exploración minuciosamente erudita de los dientes llega después.

Si, son las ocho menos cuarto y esta súper mamá no ha terminado su labor, ahora debe leerles el cuento de rigor, porque si falla un día, lo que su hijo leerá en el futuro no pasará de Condorito o de Cosmopolitan. Y por favor! Nada de cuentos violentos! El lobo de La Caperucita resulta no apto para niños y Hansel y Gretel

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