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Socialismo


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2013  •  2.263 Palabras (10 Páginas)  •  211 Visitas

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DEMOCRACIA LIBERAL Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

El siguiente ensayo tiene como objetivo comprender la importancia del estudio de la democracia y el socialismo en nuestras vidas, para lo cual es necesario realizar un análisis con el fin de acercarnos un poco a su naturaleza. Posteriormente, comprenderemos que es lo que nos orienta a seguir estos procesos, dado que este debate que se ha sostenido durante siglos en la humanidad, además no pretendo llegar a una respuesta absoluta, sino que entregar algunos elementos que permitan profundizar un poco en el tema y obtener sus propias conclusiones.

Antes de entrar en el tema de la relación entre democracia y so¬cialismo, definiré a cada una y luego plantearé algunos engaños de la democracia liberal o re¬presentativa, que se presenta ante el mundo como la única y ver¬dadera democracia, argumentado con base según la declaración de los derechos humanos etc….

Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada en Asam¬blea de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, la voluntad del pueblo debe ser la base de la autoridad del gobierno. La declaración dice textualmente: Artículo 21 1,” Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos. 3. La vo¬luntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódica¬mente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto”

La democracia liberal es una forma de gobierno que consiste en una democracia representativa donde la capacidad de los representantes electos para la toma de decisiones políticas se encuentra sujeta al Estado de Derecho y normalmente moderada por una Constitución que enfatiza la protección de los derechos y libertades individuales y colectivas, estableciendo restricciones tanto a los líderes como a la ejecución de la voluntad de una determinada mayoría.

Los derechos y libertades protegidos por las constituciones de las democracias liberales son variados, pero normalmente incluyen gran parte de los siguientes: derecho a un debido proceso, a la intimidad, a la propiedad y a la igualdad ante la ley, así como las libertades de expresión, asociación y culto. En las democracias liberales esos derechos (a veces conocidos como “derechos liberales”) suelen estar protegidos o bien constitucionalmente, o bien mediante ley que pueden dar a ciertas instituciones civiles la capacidad de administrar o reforzar dichos derechos.

El término “liberal” dentro de la expresión “democracia liberal” no implica que el gobierno de una democracia de este tipo deba seguir estrictamente la ideología política del liberalismo. La palabra es una mera referencia al hecho de que el marco inicial de las democracias liberales modernas fue creado durante la época de la Ilustración por aquellos filósofos que reclamaban la libertad como el derecho del individuo a estar protegido del ejercicio arbitrario de la autoridad. En la época presente existen numerosas ideologías políticas diferentes que defienden la democracia liberal. Algunos ejemplos son el neoliberalismo, conservadurismo, la democracia cristiana, la socialdemocracia, el social liberalismo y algunos tipos de socialismo.

El socialismo es una ideología política que designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden un sistema económico y político, basado en la propiedad y administración de los sistemas de producción y en el control social (parcial o completo) de los sectores económicos y políticos. Sin embargo, en la práctica el significado de factor del socialismo ha ido cambiando con el transcurso del tiempo.

Aunque es un término político bastante cargado, permanece fuertemente vinculado con el establecimiento de una clase trabajadora organizada, creada ya sea mediante revolución o evolución social, con el propósito de construir una sociedad sin clases, razón por la cual en la actualidad la mayoría del socialismo se identifica con los postulados marxistas y comunistas.

También se ha enfocado últimamente a las reformas sociales de las democracias modernas. El concepto y término socialista se refieren a un grupo de ideologías, un sistema económico o un Estado que existe o existió. El estudio del socialismo propiamente dicho suele iniciarse a partir de la Revolución Francesa en 1789, que supuso el derrocamiento de la clase feudal francesa y la ascensión al poder de la burguesía, y el período pre marxista en la historia del socialismo, corresponde a los cien años aproximadamente (de mediados del siglo XVIII a mediados del siglo XIX) en los que los principales países de Europa desarrollan el proceso de sustitución del feudalismo por el capitalismo como sistema económico, y en el que los estados feudales se unen para formar las modernas Naciones Estado.

A raíz de la Revolución Francesa, aparece François Babeuf, el primer pensador socialista (aunque en su época esta palabra no se utilizaba todavía) que se pone a la cabeza de un movimiento llamado la Conspiración de los Iguales. Por su parte Inglaterra fue la cuna del socialismo utópico y reformador en la primera mitad del siglo XIX. Existen dos causas importantes que dan al socialismo utópico inglés su carácter peculiar: la revolución industrial con su cortejo de miserias para el naciente Proletariado y el desarrollo de una nueva rama de la ciencia : la economía política. Recordemos entre los socialistas utópicos a Robert Owen (1771-1858), que fue el primero en considerar al proletariado como clase independiente con intereses comunes.

La democracia liberal es presentada como la única y verdadera democracia. Además de que, en su nombre, se invaden territorios y sacrifican pueblos enteros, la voluntad popular no se expresa libremente en las urnas y, en última instancia, el pueblo no es quien gobierna. No es suficiente otorgar un sentido social a la democracia liberal al atender, por ejemplo, problemas como alimentación, salud y educación, sino que el desafío es que los pueblos rescaten la política para instalar un democracia verdade¬ra donde las personas, al luchar por cambiar las circunstancias, se transformen a sí mismas. Dada la injusticia y desigualdad predo¬minantes, hablar hoy de socialismo tiene sentido. No se trata de copiar modelos foráneos o de exportar el nuestro, sino de trans¬formar la economía, instalar la democracia participativa y conso¬lidar una ética solidaria e igualitaria para construir el socialismo en cada país.

La participación popular y las redes de democracia directa son el fundamento para el desarrollo humano socialista.

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