Sustentabilidad Y Confort térmico

SUSTENTABILIDAD Y CONFORT TÉRMICO

Introducción.

El concepto de Sustentabilidad es bastante amplio, desde su origen ha englobado aspectos de los diversos ámbitos correspondientes al crecimiento y mejoramiento de la vida humana, es así que los pilares que sostienen este ideal son la economía, las cuestiones ambientales, los rasgos sociales y culturales. El desarrollo sostenible debe entenderse más allá de un modelo estrictamente establecido, se trata de un proceso constante en el que el ser humano concientiza sus acciones y se plantea el uso racional y equilibrado de los recursos necesarios para lograr un bien común: calidad de vida.

Como base de este pensamiento se establece la protección del medio ambiente debido a los cambios climáticos percibidos, con lo cual surge el interés de estudiar los factores que intervienen en el deterioro del contexto natural, donde el agente decisivo es el ser humano con sus acciones y las modificaciones ejercidas en su entorno contiguo con el fin de satisfacer sus necesidades de habitabilidad; necesidades que se han incrementado debido al asentamiento de comunidades en áreas geográficas con climas extremos en los que se presenta un mayor esfuerzo por proveer de una envolvente protectora que permita al individuo desarrollar sus actividades diarias dentro de un estado de confort con el principal fin de mantener la salud del usuario, y por ende elevar su rendimiento en las labores.

Desarrollo.

De acuerdo a Pierri (2005), los problemas ambientales comenzaron a tratarse en el año de 1949, sin embargo se reconoce como parte aguas del tema la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre Ambiente Humano que tubo lugar en Estocolmo, Suecia en el año de 1970, en la que el desarrollo sustentable se trató por primera vez por el Club Roma, grupo integrado por empresarios, políticos y científicos. Los resultados de dicha reunión fueron publicados en el año de 1972 bajo el nombre de “Los Límites del Crecimiento”, allí se plantea que de mantenerse las tendencias de crecimiento poblacional, la industrialización, la contaminación ambiental, la producción de alimentos y el agotamiento de recursos, el planeta alcanzaría sus limites de crecimiento en los próximos cien años; de este modo, a pesar de que el término no es descrito como tal, se establecen las bases de lo que más tarde se interpreta como sustentabilidad. Por otra parte, el tema se jerarquizó mediante la creación del Programa para las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

La Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CMMAD) fue creada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1983, y en 1987 presentó el Informe Brundtland, basado en un análisis de la situación global en el que se confronta el desarrollo y la sustentabilidad, dicho documento califica las acciones humanas como insostenibles, pues lejos de generar mejoras en las condiciones de vida degrada el medio ambiente y ocasiona mayor pobreza. Como respuesta a lo anterior, se propone un desarrollo protector de la humanidad, la cooperación internacional en políticas de medio ambiente y desarrollo, y el comprender el compromiso por parte de los individuos, organizaciones, instituciones y gobiernos. Es aquí donde se acuña el término de sustentabilidad, definiéndolo como el “desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las capacidades que tienen las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades”; además, se fijan tres enfoques base de la sustentabilidad: el económico, el ambiental y el social.

En el desarrollo sustentable se plantea a trabajar en cinco puntos:

I. Población y recursos humanos, se establece necesario reducir la pobreza e implementar programas de educación.

II. Especies y ecosistemas, implementar políticas de conservación y protección.

III. Energía, invertir en fuentes renovables.

IV. Industria, reciclar desechos y reducir la contaminación.

V. Urbano, regular los asentamientos humanos.

El siguiente acontecimiento internacional significativo fue la Cumbre de la Tierra, celebrada en Junio de 1992 en Río de Janeiro, Brasil. En ella se buscó establecer los métodos para comprometer a los gobiernos a implementar acciones en pro del desarrollo sustentable y de esta manera hacer frente a los grandes problemas ambientales y de desarrollo, así se aprobaron cinco documentos principales: “Declaración de Río sobre medio ambiente”; la “Agenda XXI”, la “Convención marco sobre cambios climáticos”; la “Convención sobre diversidad biológica”, y la “Declaración de principios sobre el manejo, conservación y desarrollo sustentable de todos los tipos de bosques”.

La “Agenda XXI” es un programa de acción mundial que promueve el desarrollo sostenible; la “Declaración de Río sobre medio ambiente” es un conjunto de principios que define los derechos y deberes de los gobiernos; la “Declaración de principios sobre el manejo, conservación y desarrollo sustentable de todos los tipos de bosques” es un conjunto de principios que apoyan el manejo sostenible de los bosques a nivel mundial; la “Convención marco sobre cambios climáticos” y la “Convención sobre diversidad biológica” son instrumentos jurídicos.

Aunque la Cumbre de Río 1992 fue preparada como la mayor instancia para instrumentar globalmente el desarrollo sustentable mediante compromisos jurídicamente vinculantes entre los gobiernos, varios países defendieron su libertad de agredir el medio ambiente y se rehusaron a disminuir sus emisiones de gases de efecto invernadero y pagar por el daño ya causado al planeta. De esta manera indudablemente quedan expuestas las dificultades que implica trabajar a favor de la sustentabilidad, pues es evidente la falta de compromiso y de disposición a cooperar de algunos países desarrollados y las limitaciones de los subdesarrollados.

La siguiente Cumbre de la Tierra fue realizada en 2002 en Johannesburgo, también denominada Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, los resultados son dos documentos: la “Declaración de Johannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible”, y el “Plan de Aplicación de Johannesburgo”. En la Declaración de Johannesburgo los representes en la Cumbre se comprometen a edificar una sociedad equitativa y consciente de la necesidad de dignidad humana para todos, además asumen la responsabilidad de impulsar y fortalecer los fundamentos del desarrollo

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