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TAN SOLO UNA ILUSIÓN: UNA EXPLORACIÓN DEL CAOS AL ORDEN

bet_camil30 de Octubre de 2013

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¿TAN SOLO UNA ILUSIÓN?

UNA EXPLORACIÓN DEL CAOS AL ORDEN

ILYA PRIGOGINE

¿No es extraño cómo cambia este castillo al rememorar que Hamlet vivió en él?

Esta historia plantea sin más una cuestión tan vieja como la humanidad: el significado de la realidad.

Cuestión indisociable de otra: el significado del tiempo. Para nosotros, tiempo y existencia humana y, en consecuencia, la realidad, son conceptos indisociables.

La irreversibilidad es una ilusión, una impresión subjetiva, producto de condiciones iniciales excepcionales. Einstein escribió: “Para nosotros, físicos convencidos, la distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión, por persistente que ésta sea.” Giordano Bruno escribiera en el siglo XIV: “El universo es, por lo tanto, uno, infinito e inmóvil”.

Una la forma del alma, es el todo no tiene generación propia, que posee todos los seres, no es corruptible, es infinito, no es alterable.

El concepto mecanicista del mundo:

- Sustancias

- Locomoción

Carl Rubino, La llíada de Homero gira en tomo al problema del tiempo. Aquiles parte en busca de algo permanente e inmutable, «pero la enseñanza de La

llíada, amarga lección que el héroe Aquiles aprende demasiado tarde, es que sólo se logra tal perfección a costa de la humanidad del individuo: éste tiene que perder la vida para acceder a ese plano de gloria. Para los seres humanos, hombres y mujeres, para nosotros, ser inmutables, estar exentos de cambio, tener seguridad total y permanecer inmunes a los veleidosos altibajos de la vida, sólo es factible al dejar este mundo, al morir, o al convertirnos en dioses.

La Odisea, Odiseo puede elegir, y su fortuna es poder optar entre la eterna juventud y la inmortalidad, o el regreso a la humanidad y, en definitiva, a la vejez y la muerte. Sin embargo, elige el tiempo por la eternidad, el destino humano por el destino de los dioses.

Hay en Valéry un profundo sentimiento por lo inesperado; ¿por qué las cosas suceden así? El determinismo sólo es concebible para un observador situado fuera del mundo, cuando lo que nosotros describimos es el mundo desde dentro.

¿Debemos realmente elegir dramáticamente entre la realidad atemporal que conduce a la alienación humana y la afirmación del tiempo que parece desafiar la racionalidad científica?

Resulta evidente que la distinción kantiana entre el mundo del numen y el mundo del fenómeno fue un paso en este sentido, del mismo modo que el concepto de Whitehead sobre filosofía del proceso. Ninguno de estos intentos ha alcanzado un éxito definitivo. “Una decadencia progresiva de la «filosofía de la naturaleza”.

En el siglo actual, sufrimos las consecuencias del divorcio entre ciencia y filosofía que siguió al triunfo de la física newtoniana en el siglo XVIII. “Dos culturas”. Existe una oposición irreductible entre la razón clásica, que es una visión atemporal, y nuestra existencia, con la consiguiente interpretación del tiempo.

Poco a poco, somos cada vez más conscientes del hecho de que, a todos los niveles, desde las partículas elementales hasta la cosmología, la ciencia redescubre el tiempo.

Un diálogo entre ciencias naturales y ciencias humanas, incluidas arte y literatura, puede adoptar una orientación innovadora.

El siglo XIX fue fundamentalmente el siglo del evolucionismo. Baste con citar los trabajos de Darwin en biología, de Hegel en filosofía o la formulación en física de la famosa ley de la entropía.

Darwin: El origen de las especies, publicado en 1859, en su concepción se combinan dos elementos: la asunción espontanea de fluctuaciones en las especies biológicas; la idea de fluctuaciones o azar, de procesos estocásticos y la idea de evolución, de irreversibilidad. Pongamos de relieve que, a nivel biológico, de esta asociación resulta una evolución que corresponde a una complejidad creciente y a la autoorganizacion.

La ley de aumento de entropía, Clausisus en 1865. El elemento básico de dicha ley es la distinción entre procesos reversible e irreversibles. Los procesos reversibles ignoran una dirección privilegiada del tiempo. Por el contrario, los procesos irreversibles implican una flecha temporal.

Toda la química se basa en procesos irreversibles.

La entropía, en un sistema aislado, sólo puede aumentar debido a la presencia de procesos irreversibles, mientras que se mantiene constante durante los procesos reversibles. Por lo tanto, en un sistema aislado, la entropía alcanza al final un valor máximo cuando el sistema llega al equilibrio y cesa el proceso irreversible.

La entropía S está estrechamente relacionada con la probabilidad P.

S = k In P

Darwin, evolución y probabilidad, azar, están estrechamente relacionados. La probabilidad alcanza el máximo cuando se llega a la uniformidad.

Es evidente que el equilibrio se alcanza cuando en cada compartimento hay igual número de partículas. Por lo tanto, la aproximación al equilibrio corresponde a la destrucción de condiciones iniciales prevalentes, al olvido de las estructuras primitivas; contrariamente al enfoque de Darwin, para quien evolución significa creación de nuevas estructuras.

Volvemos a la primera contradicción heredada del siglo XIX: ¿cómo pueden tener razón a la vez Boltzmann y Darwin? ¿Cómo podemos describir a la vez la destrucción de estructuras y los procesos que implican autoorganización?

El prototipo de la física clásica es la mecánica clásica, el estudio del movimiento, la descripción de trayectorias que trasladan un punto de la posición A a la posición B. Una de las propiedades básicas de la descriptiva dinámica es su carácter reversible y determinista.

Podemos predecir con exactitud la trayectoria, la dirección del tiempo no desempeña papel alguno. Predicción y retroprediccion son idénticas.

La vida es un simple accidente en la historia de la naturaleza. Es decir, sería un tipo de fluctuación que, por algún motivo no muy claro, es capaz de mantenerse.

El universo en que vivimos posee un carácter plural y complejo. Desaparecen estructuras, como en los procesos de difusión, pero aparecen otras estructuras, como en biología y, con mayor claridad aún, en los fenómenos sociales.

Vivimos en un universo único. Como veremos, comenzamos a apreciar el significado de estos problemas; se empieza a ver que la irreversibilidad, la vida, están inscritas en las leyes básicas, incluso a nivel microscópico. Nuevo diálogo del hombre con la naturaleza.

Podemos decir que buscábamos esquemas globales, simetrías, leyes generales inmutables y hemos descubierto lo mutable, lo temporal, lo complejo. Actualmente hallamos por todas partes transiciones del caos al orden, procesos que implican la autoorganización de materia. Nos hallamos tan sólo al principio en la profundización de nuestros conocimientos sobre la naturaleza que nos rodea, y esto me parece de una importancia capital para la inserción de la vida en la materia y del hombre en la vida.

Primero, ¿cómo describir el origen de estructuras, de la autoorganización?

Una vez atribuida entropía a un sistema físico, distinguiremos, por una parte, entre equilibrio y no equilibrio y, por otra, situaciones que están lejos del equilibrio. Se ha visto que, en efecto, en la proximidad del equilibrio, la materia cumple el paradigma de Boltzmann, las estructuras se destruyen. Si perturbamos tal sistema, éste responde restableciendo su condición inicial; por lo tanto, estos sistemas se denominan estables. En cierto modo, siempre son capaces de desarrollar mecanismos que los hacen inmunes a perturbaciones. Sin embargo, estas propiedades no son aplicables en condiciones alejadas del equilibrio. Las palabras clave son «no linealidad», «inestabilidad» y «bifurcaciones». Esto no significa más que, si llevamos un sistema lo bastante lejos del equilibrio, entra en estado inestable en relación con la perturbación. El punto exacto en que esto sucede se denomina punto de bifurcación. En este punto, al volverse inestable la solución primitiva, se producen nuevas soluciones que pueden corresponder a un comportamiento muy distinto de la materia.

El sistema se vuelve rojo, luego azul y de nuevo rojo. Esto demuestra que las moléculas se comunican a grandes distancias y en tiempos macroscópicos. Cuentan con medios para señalarse recíprocamente su estado y reaccionar al unísono. Desde luego es algo muy sorprendente.

Siempre se había pensado que las moléculas interactuaban únicamente al estar sometidas a fuerzas de corto alcance y que cada una de ellas sólo estaba en contacto con sus vecinas. En este caso, por el contrario, el sistema actúa como un todo.

Otro aspecto que quiero poner de relieve es la idea de ruptura de simetría asociada a determinadas bifurcaciones. Las ecuaciones de reacción y difusión son enormemente simétricas; tras la bifurcación, hallamos soluciones distintas, cada una de éstas con ruptura de simetría. Naturalmente que, si tenemos, pongamos por caso, una solución «izquierda», tendremos también una solución «derecha», pero sucede que en la naturaleza, por el motivo que sea, sólo se observa una de las soluciones.

Pasteur llegó incluso a ver en la ruptura de simetría la auténtica característica de la vida. Finalmente, la aparición de bifurcaciones en condiciones alejadas

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