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TEMA- HISTORIA DE LA ENFERMERÍA EN MÉXICO.


Enviado por   •  27 de Agosto de 2016  •  Apuntes  •  2.278 Palabras (10 Páginas)  •  454 Visitas

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HISTORIA DE LA ENFERMERÍA EN MÉXICO

RESUMEN Los aztecas vivían en el México precortesiano, eran politeístas, ellos sostenían la visión de que los acontecimientos astronómicos podían afectar las funciones corporales, y a la inversa, el comportamiento humano podía afectar el equilibrio y la estabilidad del universo. La religión azteca combinaba la religión del Estado con el shamanismo. La enfermedad era el resultado de un mal vivir. Ticitl era el hombre o la mujer que se dedicaba a la atención de los enfermos (enfermera). Tlamatqui-ticitl era la partera. La enfermera administraba brebajes, ponía lavados intestinales, curaba dando fricciones, colocaba férulas, vigilaba los temaxcalli (baños de vapor para que sudando se alejaran los malos humores). En el momento en el que se da el encuentro de dos mundos vemos que se inicia en México una nueva etapa histórica, y con esto una nueva manera de practicar la enfermería que ha llegado en nuestros días hasta su profesionalización. Palabras Clave: aztecas, funciones corporales, equilibrio.

En el México precortesiano las culturas mesoamericanas eran politeístas, existiendo dioses mayores y menores. El Dios más importante era Quetzalcóatl o serpiente emplumada, el Dios de la guerra era Huitzilopochtli y Tláloc el de la lluvia. Una de las culturas que vivían en México eran los aztecas, quienes sostenían la visión única de que la estructura y la función del cuerpo humano replicaban la estructura y organización del universo. Los acontecimientos astronómicos podían afectar las funciones corporales, y a la inversa, el comportamiento humano podía afectar el equilibrio y la estabilidad del universo. La religión azteca era única por su combinación de una compleja religión de Estado con el shamanismo. Según las prácticas shamanistas todos los fenómenos del medio son animados, el alma puede separarse del cuerpo durante la vida, y puede perderse o alejarse durante el sueño. Un shamán en estado de éxtasis puede proyectar su alma o la experiencia de un estado alterado de la conciencia como parte de la iniciación de un shamán en su actividad. Tiene la adquisición de un poder sobrenatural o medicinal de una fuente externa. Los shamanes eran los agentes elegidos para curar las clases de enfermedades causadas por desequilibrio del universo o por la intrusión de seres de otros niveles cósmicos. El diagnóstico y la cura de estos padecimientos requerían que el curador viajase a esos otros mundos. El viaje al cosmos se lograba por medio del ritual y de la ingestión de psicotrópicos. La curación shamánica sigue teniendo amplia difusión entre grupos nativos de Mesoamérica. Creen también que el poder para curar se adquiere mediante viajes a otros mundos, que se llevan a cabo en estados alterados de la conciencia.

Además, en el México precortesiano, ticitl “era el hombre o la mujer que se dedicaba a la atención de los enfermos”. El aprendizaje de esta práctica se realizaba a lado de otra u otro ticitl, era un trabajo exclusivo de esclavos o sirvientes. La enseñanza de la medicina era impartida por los sacerdotes, la que era llamada Ticiotl. El médico curaba las enfermedades mediante las propiedades de miles de plantas medicinales, las cuales hasta el momento se siguen utilizando. Tanto mujeres como hombres podían ser enfermeros o médicos o curanderos en el hogar. La mujer se dedicaba a cuidar enfermos por instinto natural, aplicando remedios usados en ese tiempo, dirigidos a sus familiares cuando se enfermaban, procurando alimentarlos y cuidarlos. Entre los aztecas, la principal figura fue la partera, que se ocupaba de atender a la madre desde que se consideraba embarazada; y luego, daba atención a la madre y al producto durante el parto y los primeros meses del niño; estas mujeres tenían el nombre de tlamatqui-ticitl (significa partera)3 . La mujer era primordialmente partera, era entrenada por su abuela o madre, quien hubiera ejercido el oficio. Las parteras utilizaban hierbas para acelerar el trabajo de parto y la dilatación del cuello uterino; al iniciar el parto bañaban a la embarazada, realizaban rotación interna del feto cuando la presentación era inadecuada, o efectuaban embriotomías cuando el producto estaba muerto. La enfermera administraba brebajes, ponía lavados intestinales, curaba dando fricciones, colocaba férulas, vigilaba los temaxcalli (baños de vapor para que sudando se alejaran los malos humores). Entre las diosas de la medicina estuvo Cihuacóatl, que según los mexicanos fue la primera mujer que parió. Pero, en todo caso, la diosa Xochiquétzal fue la propicia para las embarazadas. La diosa Centéotl o diosa de la tierra, lo era también de la medicina. Al respecto dijo Fray Bernardino de Sahagún (1558, citado por Ocaranza, 1995): “Era la diosa de las medicinas y de las yerbas medicinales; adorábanla los médicos y los cirujanos y los sangradores y también las parteras y las que dan yerbas para abortar”. Dentro de los conocimientos anatómicos de los nahuatlacas o aztecas, podemos decir que tenían una anatomía artística, en vista de los detalles precisos que se miran en los cráneos y en los huesos largos que tallaron en bajo relieve. Conocieron asimismo el pericardio o péyotl y por lo tanto a la sangre o eztli. No establecían distinción entre arterias y venas, a las cuales llamaban ezcotli genéricamente, aunque sí aplicaban el nombre de ezcocopitzactli a los vasos más delgados. Entre los aztecas, el oficio de curar estaba subdividido, más todos ellos pertenecían al mismo gremio. El tlama-tepati-tícitl era como médico internista, curaba con medicinas ingeridas o aplicadas sobre los tegumentos. El toxoxotla-tícitl era como el cirujano, el tezoc-tezoani era como los flebotomianos, la tlamatqui-ticitl era como la comadrona (partera) y el papiani-panamacani era como el boticario o, más propiamente dicho como el herbolario. Había también mujeres que daban yerbas para provocar abortos. Según Sahagún (1558, citado por Ocaranza, 1995), “tenían grandes conocimientos de los vegetales, sabían sangrar, sobaban, reducían las luxaciones y fracturas, sajaban y curaban las llagas, la gota, y en las oftalmias cortaban las carnosidades”.

En 1958 Alfonso Caso opinó que esta sabiduría botánica, era la contribución más valiosa que habían hecho los indígenas americanos a la cultura universal. La información la han dado los códices, la cerámica, la pintura o la escultura, así, se han encontrado numerosos padecimientos osteoarticulares, inflamatorios, degenerativos y tumorales que sufrieron estas culturas. Antes de la conquista, las mujeres aztecas embarazadas evitaban salir de noche para no llegar a ver un eclipse de luna. Se pensaba que el eclipse se debía a que la Luna estaba mordida, y el bebé nacido de una mujer que había visto una Luna mordida podía tener, por magia, labio leporino, es decir, una mordida en la boca (Ortiz, 2003; citado por Aguilar y colaboradores, 2003.

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